Meghan y Harry reciben una especial invitación de Isabel II mientras sale a la luz el lado más oscuro de la actriz

Un año más, Meghan Markle (40 años) y el príncipe Harry (37) han sido invitados a disfrutar de unas vacaciones en Balmoral, el refugio de verano de los Windsor. Los duques de Sussex han recibido la invitación de la reina Isabel II (96), quien pretende pasar una temporada con sus bisnietos, Archie (3) y Lilibet Diana (1). 

Según informa la prensa británica, la soberana tiene previsto pasar 10 semanas en Balmoral junto a su familia. Pero de momento, no ha tenido confirmación del príncipe Harry. Hasta ahora se desconoce si los duques de Sussex han aceptado la invitación de la Reina o si, por el contrario, volverán a fallar en esta cita tan especial para Isabel II. 

De aceptar, aseguran los medios ingleses, los hijos de Harry y Meghan pasarían tiempo con su bisabuela, pero no así con el resto de la Familia Real. De acuerdo con la prensa local, los duques de Sussex se resisten a estar con el príncipe Carlos (73) y el príncipe Guillermo (40). 

Meghan Markle y el príncipe Harry en el Jubileo de Platino de Isabel II. Gtres

"Se le ha dicho al personal que espere la lista completa de miembros de la realeza, incluidos Harry, Meghan y sus hijos, Archie y Lilibet", desveló una fuente al diario The Sun. 

De no asistir a Balmoral, los duques de Sussex fallarían a su cita de verano por quinta vez consecutiva. Desde que contrajeron matrimonio, los duques de Sussex no han viajado a la residencia vacacional de los Windsor durante la temporada estival. 

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En 2018, estando recién casados, se esperaba su primera visita al destino favorito de Isabel II, pero prefirieron no asistir porque Meghan se encontraba en las primeras semanas de embarazo -anunciado públicamente en octubre del mismo año-. En 2019, la historia volvió a repetirse. Los duques de Sussex, que acababan de convertirse en padres de Archie, prefirieron evitar su traslado a Balmoral porque su primogénito, entonces de cuatro meses, era demasiado pequeño. 

A pesar de estos dos plantones, la reina Isabel recuperó las esperanzas cuando en 2020 Meghan Markle y el príncipe Harry aceptaron su invitación, aun estando fuera de la Corona. Ambos, además, prometieron que llevarían a su hijo Archie para que pudiese compartir con sus bisabuelos, tíos y primos. Lo que no imaginaron jamás es que una pandemia les impediría cumplir su palabra.

En 2021, aunque las restricciones de mermaron, Meghan Markle y el príncipe Harry tampoco viajaron a Balmoral. Los duques de Sussex, que entonces acababan de dar la bienvenida a su segunda hija, Lilibet Diana, pasaron la mayor parte de la temporada estival en la costa de California, Estados Unidos. 

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Meghan Markle y el libro de Tom Bower en un montaje de JALEOS.

A pesar de todos estos desplantes, este año han vuelto a ser invitados por Su Majestad, incluso cuando han salido a la luz unas explosivas declaraciones de la protagonista de Suits. A la vez que la Reina ha extendido su invitación, Tom Bower ha sacado un libro que lleva por título Venganza: Meghan, Harry y la guerra entre los Windsor, que muestra la peor cara de la estadounidense y su lado más oscuro como miembro de la Familia Real. 

El periodista presenta a Meghan Markle como una auténtica arribista que ha ido dejando "víctimas en el camino". Browne asegura que ha descubierto "cosas reamente extraordinarias" que sorprenden, y mucho. Así, deja al descubierto una imagen que dista mucho de la dulzura que la duquesa de Sussex siempre muestra y del papel de víctima que suele trasmitir en sus diferentes entrevistas y declaraciones públicas, siempre apoyada por el príncipe Harry.