Los gestos de felicidad de la reina Sofía tras la boda de Philippos de Grecia y Nina Flohr: la razón de su sonrisa
La reina emérita, acompañada por la infanta Elena, derrochó simpatía en la comida con los recién casados en el Club Náutico de Atenas.
25 octubre, 2021 09:47Noticias relacionadas
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Hacía medio siglo que la capital de Grecia no celebraba una boda real con el glamour y la majestuosidad que requiere una cita de tal envergadura. Esa gran reunión llegó este fin de semana con motivo del enlace de Philippos de Grecia (35 años) y Nina Flohr (34). Al especial evento acudieron representantes de las casas reales más importantes de Europa, y por supuesto, no faltó la reina Sofía (82), tía directa del novio, ni su hermana Irene (79), ni tampoco la infanta Elena (57).
Han sido tres días de festejos para ensalzar el amor de los protagonistas, pero la ceremonia religiosa tuvo lugar el sábado, así como la gran fiesta. Antes, el viernes, se llevó a cabo una cena con todos los invitados. Pero el domingo continuó la celebración. Los recién casados decidieron poner el broche de final a su apoteósico 'Sí, quiero' con una comida informal en el Club Náutico de Atenas, uno de los lugares favoritos de la Familia Real griega, con sus amigos y familiares más allegados. En la emblemática terraza del lugar, Philippos y Nina Flohr despidieron uno por uno a sus invitados, a quienes agradecieron su asistencia a su boda y su cariño.
Para acudir a esta comida, los ilustres invitados se trasladaron desde su lujoso hotel King George de Atenas hasta el Club Náutico en diversas furgonetas habilitadas para poner rumbo a su nuevo destino y último festejo con motivo de la gran boda griega. Precisamente la representación española -con la reina Sofía a la cabeza, su hermana Irene y la infanta Elena-, fue de las primeras en subirse al vehículo y presentarse en el lugar del almuerzo. La madre de Felipe VI (53) destacó por su gran sonrisa durante toda la jornada y por su estilismo relajado: un pantalón acampanado, blazer en color azul celeste y numerosos collares de abalorios. La reina emérita se mostró feliz de estar en su Grecia natal y con sus familiares de sangre, y es que, tras las polémicas de su marido, el rey Juan Carlos (83), y las complicadas situaciones vividas en España, cuando aterrizó en Atenas pudo alejarse de los escándalos y sentirse respetada y cuidada en el ambiente en el que se siente más cómoda: entre su familia y con los miembros reales más distinguidos.
Junto a la reina emérita, su hermana y su hija, también destacó la presencia de Christian de Hannover (36) y Sassa de Osma (33), que de nuevo se coronó como la más elegante de la velada con un sofisticado vestido color caldera con estampado de caballos, un original bolso estilo bombonera y unas veraniegas cuñas negras. En la misma línea apareció Tatiana Santo Domingo (37), acompañada por Andrea Casiraghi (37) y luciendo un vestido midi con botones frontales en colores pastel, con cuello caja y manga corta abullonada. En esta última cita nupcial, el marido de Beatriz de York (33), Edoardo Mapelli (38), se dejó ver en solitario y lo hizo con un original borsalino.
Tras despedirse personalmente de los novios en la espectacular terraza del club, los invitados hicieron lo propio entre ellos y mientras algunos volvieron al hotel, otros pusieron rumbo ya a sus respectivos países y hogares. Sin duda, muchos de ellos, como la reina Sofía, regresarán a su casa con un emotivo y bonito recuerdo después de tres intensos días de boda real.
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