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    La reina Federica, Pablo I de Grecia y sus dos hijos

    Se harán públicos unos diarios que recogen las actividades personales de la reina Federica desde el año 1939 hasta el momento en el que tuvo que abandonar su país de adopción a consecuencia del Golpe de los Coroneles. Unos manuscritos recopilado en tres tomos y más de 1.400 páginas en los que aparece la infancia de la Reina Emérita Sofía. 
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    Sofía, la Reina que creció en soledad

    La Reina Sofía creció en el seno de una familia extremadamente unida. Después de su vuelta a Grecia junto con su hermana Irene, se sintió bastante sola, ya que sus padres estaban continuamente viajando en la región o en el frente.
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    Federica, una madre explosiva

    La reina Sofía heredó el carácter de su padre, el rey Pablo. Su madre Federica de Hannover era muy a menudo explosiva y poseía un carácter cambiante. Lo que sí es cierto es que las dos mujeres compartían la solidaridad y compasión por la gente que sufre. Además, ambas eran muy religiosas, de mente abierta, pero ausentes de dogmatismos.
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    Sofía, una deportista nata

    De joven, la Reina era muy aventurera. Le encantaba ir a lomos de las mulas y visitar lugares. También era amante de los deportes acuáticos. Practicó vela de forma profesional. 
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    Los padres de Sofía, muy unidos

    La pareja real griega estaba extremadamente unida. No eran apariencias o convencionalismos. Era una unión verdadera y profunda. "Es lo que afirmaban, sin excepción alguna, todos aquellos que tuvieron relación directa con ellos en el tiempo", afirma el historiador Costas Stamatópulos.
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    Madre e hija, solidarias

    Entre Sofía y su madre predominaba el sentido del deber: hacer el bien, a veces con abnegación, en su profesión de princesa y de reina. Se pueden leer en los manuscritos numerosos ejemplos de su solidaridad.
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    Sofía y Juan Carlos: el crucero que los unió

    Sofía y el rey emérito se conocieron cuando las familias reales organizaban cruceros para que se reencontraran príncipes y princesas en edad casadera. Ella estaba en las quinielas para comprometerse con Harald de Noruega y él pronto se enamoraría de la princesa italiana María Gabriela de Saboya. 
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    Su boda, un cuento de hadas

    La reina Sofía y Juan Carlos se casaron el lunes el 14 de mayo de 1962 en Atenas. Una boda catalogada como un "cuento de hadas". La boda entre un príncipe de España rubio, apuesto, desenfadado y sin trono, y la hija mayor de los reyes de Grecia, una joven algo tímida, responsable y discreta.