Muere David Delfín a los 46 años, 'enfant terrible' de la moda española
Tras más de un año conviviendo con el cáncer y ser sometido a una intervención para extirparle varios tumores cerebrales, el diseñador fallecía en el día de hoy.
3 junio, 2017 23:49Noticias relacionadas
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"Con gran dolor os comunicamos que David Delfín ha fallecido esta noche en su casa de Madrid rodeado de sus seres queridos. Agradecemos las muestras de cariño y apoyo que habéis transmitido a David durante este tiempo. Gracias por vuestro amor y respeto", ha informado Macarena Blanchón, su directora de Comunicación. "La capilla ardiente se instalará mañana en el Museo del Traje de Madrid”.
Rodeado de su familia, esa que componían sus muchos amigos. Así ha vivido el diseñador sus últimos días. Desde que llegó a Madrid este malagueño se creó un ambiente a su medida, en el que siempre tuvieron un lugar especial los hermanos Postigo y Bimba Bosé. Y tras la muerte, el pasado enero, de su amiga, musa y casi hermana, Delfín no pudo levantar cabeza. Aquel joven rebelde y provocador que revolucionó la moda española con sus atrevidos diseños ha fallecido a los 46 años víctima de un cáncer.
Muchos le recordarán siempre por su primer desfile en Cibeles (debutó en Barcelona, como Bimba, aunque ella en 2000 y él en 2001). Llevaba un tiempo dando que hablar en los circuitos de moda. Pero no fue hasta 2002 que él supo, y supimos el resto, que estaba allí para algo más que hacer ropa. David Delfín sabía provocar, crear y romper con lo establecido.
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Y en aquel desfile en la pasarela Cibeles de Madrid demostró que su nombre estaba allí para quedarse. Porque las modelos aparecieron en la pasarela con la cara tapada por sacos y vendas (los conoiseurs supieron que Bimba Bosé desfilaba porque la identificaron por los tatuajes de hormigas en sus brazos), los cuerpos medio desnudos y algunas incluso con una soga al cuello (en aquella época Afganistán, el país de los burkas, estaba en guerra).
Un escándalo. Un escándalo para mentes burguesas acostumbradas a modelos angelicales y ropa más pret a porter que otra cosa. El director general de Ifema, Fermín Lucas, abandonó el recinto seguido de varios periodistas en señal de protesta. Tanto escandalizó, que PP y PSOE tomaron cartas en el asunto.
La portavoz popular de la Comisión Mixta de Derechos de la Mujer, María Jesús Sainz, hizo un llamamiento a la sociedad para "marginar y hacer un boicot" a la ropa de Delfín, cuyo desfile "fue inadmisible e indignante y muestra una actitud machista y discriminatoria frente a las mujeres", indicó. Jesús Caldera, del PSOE, manifestó "que no se puede frivolizar de modo alguno con el sufrimiento de las mujeres ni con la limitación de sus derechos. Espero que la sociedad sepa reaccionar a estos comportamientos, y una forma es no comprando esos modelos", dijo.
Políticos, ya se sabe. El diseñador pidió disculpas y dijo que solo quería llamar la atención. La ropa de Delfín, lejos de ser boicoteada, logró un renombre internacional que ayudó a la marca a codearse con los clásicos de la moda española. De hecho, al año siguiente, 2003, fue galardonado en la misma pasarela con el premio a la mejor colección de un joven diseñador por In loving memory. Todo pasa.
Diego David Domínguez González nació en Ronda (Málaga) en 1970 y pasó su infancia y adolescencia en Marbella. En la ciudad de Gil y Gil trabajó en Multiópticas, desde chico de los recados hasta dependiente. Pero él quería ser actor, sobre todo actor de cabaret, y se fue a la gran ciudad en busca de una oportunidad.
En una entrevista que concedió en 2009 contaba cómo sentó su decisión en la familia: "Intentaron sujetarme un poco. Pero mi idea era ser actor y trabajar en una compañía de cabaré en Madrid. Mi madre era un poquito más tolerante y me dejó vía libre, pero a mi padre le sentó peor. De hecho, no me despedí de él cuando me fui. Con la distancia, aprendimos a respetarnos y a querernos. Murió el año pasado".
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Delfín se crió en una familia de clase media con muchos hermanos. La mayor y él, el pequeño, fueron siempre los rebeldes. Sus otras dos hermanas son enfermeras, otro es pastelero y el sexto dirige un albergue. Los Domínguez González jamás se han movido de Marbella. A excepción de David, el benjamín, un culo inquieto que hizo de todo antes de subir su talento a la pasarela.
Su carrera es un cóctel de experiencias en las que caben el cine (hizo de travesti en Todos a la cárcel, de Berlanga, y fue figurante en Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí), el teatro, el arte, la música y la moda. A esta última disciplina contaba Delfín que llegó por casualidad. Se encargaba del diseño de vestuario cuando hacía una obra de teatro, o cuando tocaba alguna perfomance. Así que cuando le propusieron hacer un desfile, se tiró a la piscina.
Totalmente autodidacta y multidisciplinar, ha sido acusado en muchas ocasiones de farsante por no haber pasado por escuela alguna. Artista sin estudiar Bellas Artes, diseñador de moda sin pisar la escuela de Patronaje, dj sin conocimientos de música. Nada importaba, porque a él se le daba bien cualquier palo que tocara. Y sabia, además, rodearse de talentos.
Es aquí cuando volvemos a hablar de los hermanos Postigo, con quienes creó la marca DavidDelfín: Gorka, arquitecto, su pareja durante más de 10 años, responsable de la puesta en escena en los desfiles; Diego, músico, ex marido de Bimba Bosé y padre de sus dos hijas, se encargaba de la parte audiovisual, y Déborah, periodista y empresaria, se centra en las cuentas. Allí estaba también Bimba, musa, socia e imagen indisociable de la firma.
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Siempre juntos y revueltos, no pudieron huir de las consecuencias de la crisis económica y en 2011 anunciaban el cierre de su única tienda, la del madrileño barrio de Chueca. Allí habían vendido cientos de camisetas y jerseys con la frase del artista Joseph Beuys impresa: Zeige deine Wunde ("muéstrame tu herida", en alemán). Delfín, un chico tímido que prefería expresar sus emociones a través de su arte y de los tatuajes de su piel (también llevaba esta frase tatuada en el cuerpo), disfrutaba con el apelativo de enfant terrible. Triunfó en Cibeles, desfiló en Nueva York, y se reía cuando le recordaban aquella primera pasarela de los burkas y las sogas. En su showroom del barrio de Salamanca, los pasadores de las puertas tenían forma de soga.
En abril de 2016, el diseñador anunció que se había sometido a una operación para extirparse tres tumores cerebrales y después seguir con un tratamiento de quimioterapia y radioterapia. Para acallar los rumores sobre su estado de salud, concedió una entrevista a Vogue en la que aclaraba su situación y se reafirmaba en su lucha contra el cáncer. Y entonces, su frase favorita, a de Zeige deine Wunde, se convertía en su lema de vida. Con las heridas abiertas, Delfín luchó hasta el final.
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