Trabajan la viña, elaboran el vino y se encargan de su comercialización. También hacen catas, organizan eventos, participan en congresos y lidian con todo lo que conlleva la gestión de empresas que, por si fuera poco, suelen tener como añadido la obligación de mantener el legado familiar. Todo ello, por supuesto, conciliando con sus propias vidas y sorteando todo tipo de inclemencias. Y no nos referimos únicamente a las del clima.
Estas siete mujeres del vino son pioneras (algunas cogen por primera vez el testigo de generaciones pasadas en las que sólo hubo hombres al frente), rompen moldes, se toman a la ligera las viejas creencias que antaño las alejaron de la bodega y demuestran a diario su valía con trabajo, profesionalidad y esfuerzo en todos los ámbitos. Mujeres apasionadas y valientes que, aunque lleven la etiqueta de enóloga, directora, CEO o propietaria, tienen corazón de viñadoras. Ellas son el ejemplo de que el mundo del vino es hoy igualitario o, al menos, está a punto de llegar a serlo.
Victoria Torres Pecis, Matias i Torres
Lo que consigue Victoria Torres con la variedad más neutral que existe solo puede ser magia. Desde la isla de La Palma, Vicky elabora uno de los vinos más especiales de Canarias, un listán blanco tan escaso como singular, con el que pretende rescatar el sabor de los vinos de su abuelo y de su padre, mientras su malvasía se cuela en la carta de El Celler de Can Roca, elogiada sin medida por Josep Roca. Es la quinta generación de una familia de vino y, en sus manos, la experiencia de sus antepasados alcanza un nivel que tiene mucho más que ver con ella, con su carácter y con lo que lleva en la cabeza. Su manera de elaborar se basa en la observación, no tanto en el método. Viñas viejas, sin injertar, uvas autóctonas, mínima intervención... Sus vinos trascienden los límites de lo local hacia la creatividad más infinita.
Berta Valgañón, Petrium
Con formación universitaria en viticultura y enología, Berta Valgañón lidera el equipo de Pretium Bodega, elaborando vinos singulares en pleno corazón de Rioja Alta, a los pies de los montes Obarenes, en la zona de Villaseca, Fonzaleche, Cellorigo y Cuzcurrita de Río Tirón. Desde su bodega, que cuenta con una profunda cueva-calado excavada bajo la montaña, Berta apuesta por el amor a la tierra y el valor de los detalles. Donde modernidad y tradición armonizan a la perfección en pro de la calidad, la artesanía y los matices. Un proyecto al que seguirle la pista.
Sara Pérez, Mas Martinet
Enóloga, bióloga y también filósofa, Sara Pérez es una de las mujeres más influyentes y admiradas del universo del vino español. Testigo de figuras como su padre, Josep Lluís Pérez Ovejero, o su suegro, René Barbier, que cambiaron la historia del Priorat hace más de 30 años, desde Mas Martinet, la bodega familiar, elabora algunos de los vinos mejor considerados de la denominación. Vinos de finca que reflejan la esencia de la tierra a partir de variedades tradicionales rescatadas y una agricultura consciente y ecológica. Junto a su pareja, René Barbier Jr, Sara está también al frente de Venus La Universal, su proyecto más personal en Montsant.
Pilar Salillas, Celler Lagravera
Ingeniera agrícola en Huesca, enóloga y sumiller, Pilar Salillas ha desarrollado su profesión en diferentes zonas vitivinícolas del mundo. En la actualidad, es directora y enóloga en Celler Lagravera, en la D.O. Costers del Segre, un enclave natural excepcional para hacer vinos singulares, ecológicos y biodinámicos, donde trabaja en un proyecto sobre la garnacha y la recuperación de variedades ancestrales que no deja a nadie indiferente.
Alicia Vidal, Pagos de Villavendimia
Al frente del proyecto Pagos de Villavendimia desde 1995, Alicia Vidal recupera las labores ancestrales de sus antepasados con el fin de preservar el patrimonio vinícola del viñedo de La Seca, en Valladolid. Los vinos se elaboran a partir de las técnicas que sus predecesores practicaban en los majuelos propiedad de la familia, siguiendo una filosofía ecológica que pone en valor el uso de plantas, productos naturales y el arte de la cetrería como herencia de la tradición. Son vinos de parcela procedentes de las distintas viñas de la finca, elaboradas por separado para permitir que expresen su propia personalidad.
Gloria Negrín, Altos de Chipude
Con una pasión contagiosa por su tierra, La Gomera, Gloria Negrín es la propietaria de Altos de Chipude, la pequeña bodega canaria que pretende devolverle a la forastera gomera su protagonismo perdido. Gloria no sólo heredó las viñas de su padre, sino también su tesón. Ella es quien lleva la finca, quien trabaja las vides plantadas en bancales de roca volcánica con pendientes heroicas mediante nuevas técnicas de viticultura y quien se ha propuesto recuperar tradiciones olvidadas como la del vino enterrado. Sus vinos están marcados por el carácter del terruño y la climatología caprichosa de esta bella isla de contrastes.
Emma Villajos, Valdelacierva
La bodega riojana Valdelacierva presume de que más del 90% de su plantilla son mujeres. La enóloga Emma Villajos lidera con orgullo un equipo de profesionales apoyados por una cultura empresarial que no entiende de barreras. Desde esta marca del grupo Hispanobodegas, Emma asegura, no sólo desarrollar su pasión, sino vivir en un entorno donde se prima la calidad del trabajo de cada persona, independiente de si es hombre o mujer. A fin de cuentas, considera, “nadie sabe cuándo disfruta de un vino si detrás hay un enólogo o una enóloga”.