Lo ha vuelto a hacer. Aún no ha salido a la venta el último modelo de la marca y ya hay expectación entre sumilleres y aficionados de todo el planeta. Y es que Coravin es como Apple para los amantes del vino.
La empresa dedicada a la tecnología del vino que hace unos años hizo posible la tarea de servir toda clase de referencias sin necesidad de quitar el corcho de las botellas, da un paso más en su revolución del mundo vinícola y presenta Sparkling, su nueva solución para preservar espumosos que pretende democratizar el disfrute de las burbujas y que, sin lugar a dudas, volverá a transformar la industria.
Coravin Sparkling supone una de las grandes novedades de la empresa este año: un método que permite mantener en perfectas condiciones los vinos espumosos durante dos semanas. “Cuando introdujimos por primera vez el sistema original, siempre supimos que algún día aportaríamos el mismo poder y libertad a la categoría de vinos espumosos”, explica Greg Lambrecht, fundador de Coravin. “Este nuevo modelo continúa con nuestro reto de ser capaces de servir cualquier vino, con o sin gas, en cualquier cantidad y sin la presión de terminarlo rápido por miedo a malgastarlo”.
¿Cómo funciona?
El diseño de Coravin Sparkling se ha planteado teniendo en cuenta tanto al productor como al consumidor. Portátil y fácil de usar, combina la seguridad de un tapón de ajuste universal con una unidad de carga para mantener el nivel de carbonización del vino espumoso cada vez que se sirve, asegurando dos semanas de preservación. Gracias este sistema, no tendremos que preocuparnos por consumir el champagne, el prossecco, el cava o cualquier otro tipo de espumoso en un corto periodo de tiempo para que no pierda efervescencia.
Para usarlo solo hace falta descorchar la botella de manera normal y, tras servir en la copa la cantidad deseada, colocar el tapón Sparkling Stopper en la botella y asegurarlo con el tirador de bloqueo. Su cargador especial se encargará de rellenar el vino con CO2, y evitará que las burbujas se evaporen gracias a la cápsula Coravin Pure. Para servir la siguiente copa, no hay más que retirar el 'stopper' con cuidado, verter la cantidad deseada, recolocar el tapón y volver a recargar la botella con dióxido de carbono.
La clave está en el tapón, cuya asa de cierre se adapta a todas las botellas estándar de 75 cl y a los magnum de 1,5 l, incluso a los formatos atípicos de los champanes de lujo, manteniendo una presión de hasta 55 psi. Es lo suficientemente seguro para conservar la presión natural que se produce en los vinos espumosos antes de abrirlos.
Pero ¿cuánto cuesta?
El Coravin Sparkling no es barato, al menos no tanto como el modelo Pivot, pensado para uso doméstico, pero si tenemos en cuenta que podremos ofrecer champán o cualquier vino con burbuja de igual manera que los vinos tranquilos, que nos permitirá tomar una copa de blanc de blancs con nuestro aperitivo y optar por un blanc de noirs para el plato principal, sabiendo que ambas botellas seguirán frescas y en condiciones óptimas de consumo al día siguiente, y al otro, y al otro, y así hasta 14, quizás no nos asuste tanto el desembolso.
El sistema estará disponible a partir del 1 de septiembre a través de la web de Coravin y en establecimientos especializados por 449,99 €. Las capsulas Coravin Pure Sparkling CO2 se comercializarán en paquetes de 6 y 12 unidades por 49,99 € y 89,99 € respectivamente. Y los tapones se podrán adquirir de dos en dos por 89,99 €.