España se ha situado entre los diez mayores mercados para la casa francesa de champán Laurent-Perrier, descubrimos por qué nos gusta tanto.
El estilo de Laurent-Perrier se forjó gracias a la visión de un hombre, Bernard de Nonancourt, quien a partir de los años 50 comenzó a elaborar vinos de champagne basados en la frescura, la finura y la elegancia. Pero más allá de su marcada personalidad, lo que define a Laurent-Perrier es su papel de pionero dentro del tradicional universo de la Champaña.
Hoy, Laurent-Perrier revela nuevos vinos que perpetúan el espíritu de innovación de esta maison familiar, protagonizados por la llegada en septiembre del primer blanc de blancs 100% chardonnay de la casa. Hablamos con Walter Cramer, Directeur Export Regional de la marca, para descubrir los valores de esta emblemática bodega que gracias al arte del ensamblaje consigue aportar complejidad y notas de evolución a sus vinos, sin necesidad de recurrir a la madera y manteniendo así su característica frescura en toda la gama.
Cocinillas: ¿En qué se diferencia Laurent-Perrier de otros buenos champanes?
Walter Cramer: La diferencia está en la filosofía de la casa. Laurent-Perrier es una maison familiar que comenzó a desarrollarse en el año 1949 cuando Bernard de Nonacourt tomó las riendas de la compañía. Una filosofía que hoy se perpetua con la tercera generación que es Lucie Pereyre, su nieta. Desde el inicio, la preocupación de Bernard fue la calidad de sus vinos, tener acceso a las mejores uvas para elaborarlos, y también las innovaciones dentro de Champagne.
Cocinillas: ¿Cuáles fueron esas innovaciones?
Walter Cramer: La primera su Cuvée Prestige, un ensamblaje de tres vinos diferentes de Laurent-Perrier. La segunda la categoría rosé, un vino rosado elaborado con el método de maceración que en la época no existía. Hoy en día nuestro Cuvée Rosé es el champán más famoso de la casa en el mundo y el único que se elabora de esta manera. Y en tercer lugar el Ultra Brut, un champagne brut nature, sin azúcar agregada. También fuimos pioneros en esto. Y por último en 2017 la propuesta de La Cuvée, para la que se decidió aumentar el tiempo de guarda en la cava de los vinos, el porcentaje de chardonnay dentro del coupage y también el porcentaje de los vinos de reserva. Y de alguna manera se hizo una selección aun más exhaustiva de la calidad. Esto también nos hace diferentes dentro de la alta gama de champanes, pues nos aporta fineza, elegancia y frescura.
Cocinillas: ¿Cuál es el secreto para perdurar durante más de 200 años?
Walter Cramer: Laurent-Perrier es una bodega de 1812, tiene más de doscientos años. El secreto radica precisamente en estas características. Que sea una bodega familiar genera cierta independencia y libertad para decidir cómo y dónde invertir, y cómo desarrollar la imagen de nuestra marca sin darle explicaciones a nadie.
Cocinillas: España es el mercado número 9 en consumo de Champagne a nivel mundial, posición que va alineada a la de las ventas de Laurent-Perrier en nuestro país. ¿Por qué gustan tanto vuestros vinos?
Walter Cramer: Por su estilo. Laurent-Perrier tiene un estilo basado en la frescura, en la elegancia, en la fineza. Un carácter muy afrutado con una presencia larga en boca y una oferta de productos de alta gama muy variada.
Cocinillas: ¿Le falta algo a esta casa?
Walter Cramer: Quizás poder reaccionar más rápido a determinadas tendencias del mercado. Guardamos mucho la tradición porque Champagne es tradición, y mantenemos esa línea de prestigio y calidad que va ligada. Nosotros no recurrimos a determinados packagings o acciones comerciales. No va con nuestra filosofía.
Cocinillas: Sin embargo, aunque sois una casa de lujo, no os gusta tanto que se os ligue a la imagen de ostentación…
Walter Cramer: Exacto. Para nosotros el lujo es una manera de ser y una manera de estar. Esto tiene mucho que ver con la personalidad de Bernard de Nonancourt, que fue un señor con una elegancia y una cultura increíbles, y cuya visión permitió crear lo que es hoy Laurent-Perrier. Hemos seguido trabajando concentrándonos en los tres pilares que él levantó: la calidad, el arte del ensamblaje y la gastronomía. No necesitamos salirnos de estas tres esferas para conquistar mercados.
Cocinillas: ¿Cuál es el próximo reto de Laurent-Perrier?
Walter Cramer: Las innovaciones en términos de champagne millésimé que ya estamos promocionando, y otras novedades que llegarán al mercado español en septiembre. Como adelanto te puedo anunciar la llegada de un blanc de blancs brut nature 100% chardonnay, algo que siempre nos habían pedido, pero es la primera vez que Laurent-Perrier se decide a hacerlo.
Cocinillas: ¿Qué os aporta la labor de Marqué de Riscal como vuestro distribuidor para España?
Walter Cramer: Estamos hablando de otra compañía familiar, con lo que ya hay un entendimiento en términos de filosofía. Por otro lado, Marqués de Riscal es una marca líder a nivel mundial, y en España en particular, lo que también nos aporta un conocimiento de mercado excepcional y una inmensa red de distribución.
Cocinillas: ¿Qué le falta al consumidor español para entender y valorar el champán?
Walter Cramer: El mercado español conoce bastante bien el champán. Puedo decirlo porque estoy expuesto a más de 70 países en el mundo y España, al ser un país productor de vino, tiene mucho conocimiento en términos de consumo vitivinícola. El consumidor español está acostumbrado a tomar vino, sabe y busca saber cada vez más. En los últimos años aquí ha habido mucha innovación e inversión en el mundo del vino para mejorar las calidades, se han puesto en valor parcelas antiguas… Todo esto ayuda al conocimiento y al interés de los españoles sobre los vinos de otras partes del mundo, como puede ser Champagne.
Cocinillas: ¿Cuáles son tus consejos para disfrutar plenamente de una copa de champán?
Walter Cramer: Yo siempre digo que no hay un mejor champagne ni un mejor momento para tomarlo. El mejor champagne es el que a ti te guste más, la gama de Laurent-Perrier es amplia, y el momento, cualquiera. Aperitivo, comida, cena, el champagne es un vino versátil, no es un producto meramente festivo. Puede conducir una comida entera y se puede tomar acompañado o a solas. Como decimos en francés, para un momento de 'détente', de relajación.
Recrear la añada perfecta
Probablemente, la naturaleza nunca dará la añada enológica perfecta. Sin embargo, el arte del ensamblaje de Laurent-Perrier permite recrear este absoluto. Más allá de las añadas excepcionales, un ensamblaje de tres vendimias destacadas por la maison, con perfiles enológicos complementarios, elaborados con uvas chardonnay y pinot noir, a partir de dos Grand Crus situados en la Côte des Blancs y la Montaña de Reims, dan lugar a tres vinos excepcionales.
Nos referimos a Grand Siècle Nº 24 (con base de 2007 y aportaciones de 2006 y 2004, 7 dosage y 10 años de envejecimiento en acero inoxidable y en botella), Grand Siècle Nº 22 (con base de 2004 y aportaciones de 2002 y 1999, 7 dosage y 14 años de envejecimento) y Grand Siècle Nº 17 ‘Les Réserves’ (con base de 1995 y aportaciones de 1993 y 1990, 6 dosage y 20 años de envejecimiento).
Añadas excepcionales
Cocinillas: ¿El cambio climático acabará con los champagnes millésimé?
Walter Cramer: Es probable. Por eso para Laurent-Perrier siempre prima la excelencia en el arte del ensamblaje. Nosotros solo hemos millesimado 28 veces, la última es la del 2008, comparado con otras casas que millesiman todos los años. Laurent-Perrier solo hace millésimés cuando hay algo muy particular que contar: son vinos que surgen de una parcela muy especial, de un año en el que el clima fue de una determinada manera y se produjo un equilibrio único entre la acidez y la frescura.
Para Laurent-Perrier, Millésimé es la selección de una añada excepcional, parte de la cual entrará una selección de Grand Crus de chardonnay de la Côte des Blancs y de pinot noir de la Montaña de Reims en la composición de una futura iteración de Grand Siécle. En su Brut Millésimé 2008 la gran calidad de las uvas revelan una magnífica riqueza aromática que abre paso a una nariz mineral característica del subsuelo de creta y que ofrece aromas elegantes de cítricos y fruta blanca. En boca, la característica frescura persiste con notas de naranja amarga y limón. Un vino elegante a la par que fresco, inmejorable representante del estilo de la maison.