Fundada en 1776 y propiedad de la misma familia desde 1819, Louis Roederer es la Maison de Champagne de mayor prestigio de la historia según publicaciones tan influyentes como La Revue du Vin de France. Se trata de una de las pocas grandes casas de champán que a día de hoy siguen siendo independientes.
Una bodega familiar con siete generaciones a sus espaldas, reconocida año tras año en The Champagne & Sparkling Wine World Championships (los 'Oscars' del champagne), que acaba de convertirse en la primera Maison en disponer de dos vinos con la máxima puntuación otorgada por Robert Parker.
Louis Roderer se convirtió en 2018 en la primera bodega en ostentar un champagne con 100 Puntos Parker, después de que su joya Cristal Rosé 2002 consiguiera romper con esta barrera histórica y alcanzar por vez primera la máxima calificación para un champán que otorga el archiconocido crítico de vino estadounidense. Ahora, su Cristal Rosé 2008 ha vuelto a lograrlo. Este cuvée histórico creado en 1876 para satisfacer el gusto exigente del zar Alejandro II es, a todos los efectos, el mejor champagne del mundo.
Con más de 240 hectáreas de viñedo en propiedad (todos ellos Premiers y Grands Crus) Frédéric Rouzaud representa la séptima generación de la familia Louis Roederer. Simplicidad, modestia y savoir faire son algunos de los atributos que definen a una Maison nutrida por su compromiso con la excelencia desde el siglo XVIII, gracias a los cuales ha alcanzado su privilegiado reconocimiento en el sector.
Hemos charlado con el propietario y Director General de Louis Roederer para conocer más a fondo la historia de unos vinos históricos y la filosofía de una casa de champagne que rinde pleitesía a sus viñedos y al terroir donde están plantados.
Cocinillas: En 2020, Louis Roederer se ha convertido en la Maison de Champagne más premiada del mundo. ¿Se podría decir que para ustedes este no ha sido tan mal año?
Frédéric Rouzaud: "Estamos muy orgullosos de recibir premios y buenas puntuaciones. Estos reconocimientos nos aportan más energía y motivación para perseguir nuestra búsqueda diaria de la calidad y la autenticidad. No obstante, todos vamos a recordar este 2020. Pienso en toda la gente afectada por la pandemia y debo felicitar a todo mi equipo, que ha reaccionado y trabajado de forma inteligente en un periodo muy complicado. Por suerte, hemos tenido una vendimia de gran calidad. Y esto es una muy buena noticia, ya que reconoce el trabajo realizado por nuestros viticultores hasta la fecha y nos permitirá sacar un Gran Vintage de un año fatídico".
Cocinillas: ¿Cómo ha afectado la pandemia al sector del champagne?
Frédéric Rouzaud: "La región de Champagne se ha visto afectada por la pandemia, ya que se han realizado muy pocos eventos este año debido a los confinamientos. Sin embargo, veo optimismo desde el punto de vista médico por el avance en el desarrollo de las vacunas y creo que pronto volveremos a celebrar de nuevo".
Cocinillas: ¿Su Maison está preparada para gestionar esta crisis?
Frédéric Rouzaud: "En Louis Roederer, una bodega familiar desde su creación, intentamos tener una visión y una perspectiva a largo plazo. Ya hemos experimentado otras grandes crisis en el pasado. Y en cualquiera de ellas hay siempre una oportunidad para ser más creativos y estar en movimiento constante".
Cocinillas: Los Rouzaud es una de las pocas sagas vitivinícolas independientes que quedan en Francia. ¿Cuál es su secreto?
Frédéric Rouzaud: "Para nosotros es un deber perseguir la misión de inventar el mejor champagne del mañana. Para ello, lo fundamental es preservar nuestros valores, que se pueden resumir en conceptos como autenticidad, creatividad, humildad, independencia y sensibilidad".
Cocinillas: Una de las características que define a la Maison es su experiencia en la producción de champanes rosados. ¿Cómo hacen este tipo de vinos y cómo debería ser para usted un gran rosé?
Frédéric Rouzaud: "Somos muy pocos los que en el mundo del champagne trabajamos con lo que nosotros llamamos un 'proceso de infusión' para el Rosé. Una elaboración que preserva la finura y elegancia de un champagne a la vez que muestra en su máxima expresión el sabor afrutado y el carisma de la variedad pinot noir (que representa un 70% de nuestro Rosé). Nuestros rosados surgen de viñedos singulares cercanos al río Marne y orientados al sur, que trabajamos a nuestra manera para hacer el rosé que nos gusta. Esta es la clave para perfeccionar nuestros propios vinos".
Cocinillas: ¿Qué piensa del crecimiento del llamado 'champagne de vigneron' o champagne de productor? ¿Cuáles son las ventajas de trabajar con sus propios viñedos?
Frédéric Rouzaud: "Louis Roederer fue probablemente la primera casa reconocida de champagne en convertirse en viticultora a mediados del siglo XIX, cuando decidió comprar y trabajar sus propios viñedos. Y lo hizo muy bien. Sólo adquirió Grands Crus y Premiers Crus en las mejores ciudades de la región de Champagne. Gracias a esta visión seguimos siendo unos privilegiados, pues contamos con 240 hectáreas fantásticas que nos convierten en verdaderos viticultores. Y sabemos lo que grandes activos como estos aportan a la hora de hacer vino de la más alta calidad".
Cocinillas: Louis Roederer es una bodega biodinámica y 100% orgánica. ¿Qué ventajas aporta esta filosofía natural al resultado final? ¿El desarrollo orgánico es el futuro?
Frédéric Rouzaud: "En el proceso de producir grandes vinos es un auténtico lujo el ser capaz de perfeccionar tus propios viñedos. La calidad de un gran champagne surge primero de su terroir y de la manera de trabajarlo. Se precisan muchos años para conseguir uvas excelentes y parece evidente que hacerlo a partir de un tratamiento bio aporta una mayor pureza, autenticidad, vida y complejidad al vino".
Cocinillas: ¿Cómo se ha modernizado el método champenoise en la Maison? ¿Qué queda del néctar de los zares?
Frédéric Rouzaud: "Cuando hemos separado las mejores uvas durante la vendimia, buena parte del trabajo ya está hecho. Para nosotros, el proceso de elaboración del vino tiene que ser minimalista y preservar los mejores aspectos de nuestras uvas (finura, sabor afrutado, concentración). Después, se trata de intentar alcanzar la mejor mezcla entre todos estos elementos. Lo que permanece intacto de aquel néctar tan valorado por los zares son nuestros viñedos y el terroir en el que están plantados".
Cocinillas: ¿El envejecimiento del champagne en la botella es el paso más importante para alcanzar la excelencia?
Frédéric Rouzaud: "El champagne, y particularmente champagne vintage como Cristal, está pensado para envejecer. Un buen ejemplo para mostrar la gran calidad de estos champanes añejos y su combinación mágica de complejidad, textura y frescura es nuestro Cristal Vinothèque 1999, que acaba de salir al mercado tras el 1995 y el 1996".
Cocinillas: En su opinión, ¿cuáles son los mayores retos que afronta la AOC Champagne?
Frédéric Rouzaud: "Principalmente saber explicar con mayor detalle el fantástico ecosistema del terroir, el clima y el saber hacer del champagne, que ha sido declarado Patrimonio de la Unesco".
Cocinillas: ¿Cree que el consumidor español es un gran conocedor de los grandes champanes o necesitamos aprender a valorarlos más?
Frédéric Rouzaud: "Los consumidores españoles son grandes amantes y expertos del vino, ya que España es uno de los principales países vitivinícolas de Europa y del mundo. También son grandes conocedores de Champagne porque producen muy buenos espumosos con un estilo único, procedentes de diferentes regiones, como por ejemplo el cava, que aporta un fantástico sentido de pertenencia al vino".
Cocinillas: En 2016, Louis Roederer se convirtió en el champagne exclusivo del Restaurante Martín Berasategui situado en el municipio guipuzcoano de Lasarte-Oria. Recientemente han renovado este acuerdo de colaboración con el chef español con más estrellas Michelin (12), quien seguirá siendo su embajador. ¿Qué puede decirnos de la relación de la Maison con Berasategui?
Frédéric Rouzaud: "Es todo un honor trabajar de la mano de un gran chef como Martín Berasategui, probablemente el más talentoso e inteligente del mundo. Su creatividad, dedicación, tradición y búsqueda perseverante de la perfección hace que nos sintamos muy afines a su filosofía. Además, su compresión de nuestros vinos y la manera de armonizarlos con su cocina es algo mágico y único".