Los edulcorantes no ayudan a adelgazar
De forma contraria a la creencia general, una nueva revisión sugiere que los edulcorantes no ayudan a adelgazar, ni tampoco tienen beneficios para la salud.
7 enero, 2019 12:09Noticias relacionadas
Los edulcorantes acalóricos, ya sea en su forma artificial o natural, se han estado vendiendo durante los últimos años como la “alternativa saludable” al terrible veneno blanco, o más conocido comúnmente como azúcar. Sin embargo, la realidad es que los edulcorantes no ayudan a adelgazar, ni son tan buenos como creíamos en un principio. Sí, es cierto que son seguros, y que tanto la Foods & Drugs Administration (EE.UU.) como la European Food & Safety Authority (Europa) los han catalogado como tal. Pero ser seguros es una cosa, y ser saludables o beneficiosos es otra.
Ahora, una nueva revisión encargada por la Organización Mundial de la Salud ha llegado a la conclusión de que los edulcorantes no tienen beneficios para la salud, o al menos no hay pruebas convincentes de ello. Para llegar a tal conclusión, evaluaron diversos parámetros de salud como el peso corporal, el índice de masa corporal, los niveles sanguíneos de azúcar, el comportamiento alimentario y el hecho de sufrir enfermedades cardiovasculares, metabólicas o algún tipo de cáncer. Y las conclusiones son cuanto menos, decepcionantes para los edulcorantes.
Los edulcorantes no ayudan a adelgazar, ni son beneficiosos
Aunque la actual revisión publicada en el British Medical Journal el pasado 2 de enero es una de las más completas hasta la fecha, y de hecho servirá para revisar las pautas de la OMS en cuanto a los edulcorantes se refiere, no parece que vaya a ser la última palabra al respecto.
En la misma revisión, los investigadores responsables sugieren que aquellos trabajos que otorgaron beneficios a los edulcorantes carecían de rigor científico. Como ejemplo, mencionan que muchos de estos trabajos eran muy pequeños, o se realizaron durante muy cortos espacios de tiempo, por lo que sugieren que sería necesario ampliar tanto el tamaño de los estudios como el tiempo dedicado a los mismos para sacar conclusiones firmes.
Entre los edulcorantes más conocidos están el aspartamo, la sacarina o la sucralosa en sus versiones artificiales, destacando por otro lado la stevia en su versión natural. Dado que todos ellos son o bien acalóricos, o muy bajos en calorías, supuestamente deberían reducir el riesgo de obesidad y enfermedades cardiometabólicas. Sin embargo, las evidencias al respecto han sido mixtas, llegando a existir estudios que vinculan el consumo de edulcorantes con un menor riesgo de obesidad y diabetes, pero en contraposición, otros trabajos sugieren justo lo contrario: que lose edulcorantes no ayudan a adelgazar, e incluso podrían aumentar el peso y el riesgo de sufrir enfermedades vinculadas a la obesidad.
Para llegar a una conclusión clara al respecto, los investigadores de la nueva revisión analizaron hasta 56 estudios realizados en seres humanos donde se comparaba a aquellos individuos que consumían edulcorantes con otros que no lo hicieron. En todos ellos se incluían adultos y niños sanos, y solo se tuvieron en cuenta estudios que especificaban qué edulcorante se había usado.
En la mayoría de trabajos, los individuos que consumían edulcorantes tenían unos parámetros de salud similares a los individuos que no los consumían. Así mismo, algunos pequeños trabajos sugirieron mejoras en el índice de masa corporal y los niveles de glucosa en sangre en ayunas; sin embargo, la calidad de estas evidencias era muy baja, según los investigadores. Entre los adultos y niños que intentaban perder peso, no se detectó beneficio alguno por parte de los edulcorantes (un máximo de 1,3 kg de pérdida de peso, algo poco significativo). O lo que es lo mismo: los edulcorantes no ayudan a adelgazar, ni parece que tengan beneficio para la salud alguno.
Si, los edulcorantes son seguros, pero queda mucho por investigar
Por otro lado, la revisión no detectó relación alguna entre los edulcorantes y el cáncer, o cualquier otro efecto adverso, algo que sí se ha detectado en el caso del uso del azúcar. Pero, por otro lado, los investigadores sugieren que los estudios respecto a la seguridad de estos edulcorantes también eran de baja calidad, por lo que sería necesario seguir investigando al respecto.
Así mismo, respecto a la forma de realizar esta revisión, existen algunas limitaciones a tener en cuenta. Por ejemplo, Vasanti Malik, investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, ha redactado un editorial respecto a esta revisión (aunque no participó en la misma). En dicho escrito, Malik denuncia que no se hayan tenido en cuenta algunos trabajos realizados a medio-largo plazo que sí sugieren que los edulcorantes pueden prevenir la ganancia de peso; sin embargo dichos trabajos no se incluyeron porque no especificaban qué tipo de edulcorante se comparaba (se estudiaron bebidas edulcoradas respecto a refrescos azucarados, de forma más general).
Por otra parte, en la revisión no se especificó con qué se comparaba el uso de edulcorantes: no se especifica si se compara con el consumo de azúcar o bien con el consumo de bebidas no edulcoradas ni azucaradas, algo que podría afectar a los resultados, según Malik.
Los potenciales peligros de los edulcorantes
Si bien es posible que los edulcorantes no ayudan a adelgazar, también cabe destacar que pueden ser un paso intermedio entre las bebidas azucaradas y el consumo de agua, como ya reconoció la American Heart Association en un comunicado publicado en julio de 2018.
Aún así, y a pesar de ser catalogados como seguros, los edulcorantes pueden llegar a tener un potencial perjudicial para el organismo humano que no tiene nada que ver con el peso o las enfermedades cardiometabólicas. Por ejemplo, un estudio reciente sugirió que los edulcorantes artificiales pueden dañar el microbioma intestinal, incluso en pequeñas concentraciones. En otras palabras, los edulcorantes serían tóxicos para las bacterias intestinales, incluso en poca cantidad.
Por su parte, algunos estudios sugieren que los edulcorantes pueden tener un efecto rebote, o efecto halo: al consumir edulcorantes, “sin querer”, se suman más calorías al resto del día, como sugirió un trabajo publicado en Cell Metabolism. Este comportamiento evidentemente provocaría un aumento de peso. Otra revisión, publicada en el Canadian Medical Association Journal el pasado 2017, tras analizar 11.000 estudios al respecto, sugirió que los edulcorantes serían los causantes de enfermedades cardiometabólicas, obesidad, ictus e hipertensión; sin embargo, no se pudo encontrar una causa efecto como tal, y la relación podría ser inversa: que aquellos individuos que busquen mejorar su salud sean los que, posteriormente, empiecen a consumir edulcorantes para lograrlo (y no que los edulcorantes causen todos estos efectos).