Especial salsas: Guacamole y Barbacoa
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Hola amigos, aquí estamos de nuevo para daros a conocer más recetas. En este caso vamos a hablaros de salsas, que aunque casi nunca son las mejores amigas de los expertos en nutrición, a todos nos gustan, y de vez en cuando no pasa nada. Aunque creo yo que con una de las de hoy no tendrán mayor problema.
En nuestro primer especial de salsas vamos a preparar dos clásicos: guacamole (si bien no es una salsa propiamente dicha) y salsa barbacoa. Ambas son muy sencillas de hacer y nos quitará tiempo alguno, aunque pensaréis, menos quita comprarlo, pero seguro que la satisfacción de hacerlo vosotros no os la quita nadie, y además siempre se arañan unos céntimos e incluso unos euros, y también saber hacerlas nos puede sacar de un apuro en caso de “urgencia”. Empecemos pues.
Guacamole
2 aguacates (preferiblemente maduros)
2 cucharadas de zumo de limón
1 tomate
½ cebolla
1 cucharada pequeña de aceite
Salsa barbacoa
100 ml de Ketchup
3 cucharadas de zumo de limón
50 ml de vinagre
2 cucharadas de mostaza (preferiblemente en grano)
3 cucharadas de miel (mejor sirope de arce o melaza, pero es más difícil)
2 cucharadas pequeñas de aceite de oliva
2 dientes de ajo
1 pizca de perejil (opcional)
Empecemos por el guacamole. Para ser ordenados primero coged el tomate y la media cebolla y cortarlos ambos en pequeños dados y los reserváis. Y ahora vamos con los aguacates.
Primero de todo hacemos un corte longitudinal en vertical en cada aguacate. De esta manera obtendremos dos mitades simétricas, una de ellas con el hueso, que quitaremos tranquilamente. Con la ayuda de una cuchara (en la galería) y como si fuerais a servir una bola de helado, metéis la cuchara entre la piel y la pulpa, rodeáis todo el contorno y así lo extraéis completamente de la piel.
En un plato hondo machacáis las mitades de aguacate con un tenedor (por eso es mejor que estén maduros), hasta que quede una pasta homogénea. Vertéis el zumo de limón, que cumple una doble función, por un lado le da sabor y por otro impide que se oscurezca el aguacate. La receta original no cuenta con aceite pero yo le echo un chorrreoncito pequeño para que sea más sencillo de mezclar, y porque nunca viene mal un poco de oro líquido. Echáis los dados de cebolla y tomate y mezcláis, cuando esté todo bien mezclado ya lo tendréis listo para comer. Tiempo total: entre 5 y 10 minutos.
Para la salsa barbacoa decir que yo he tenido que utilizar las peores variantes por falta de tiempo y escasez de mostaza en grano y sirope de arce, pero lo que he puesto son buenos productos sustitutivos.
Sólo tenéis que ir mezclando los ingredientes, pero lo primero es majar los dientes de ajo en un mortero, que se quedé una pasta lo más uniforme posible y la reserváis.
Empezamos con el ketchup, al que añadimos el zumo de limón, mezcláis, después el vinagre (tened cuidado de no pasaros), mezcláis, es el turno de la mostaza (ya digo mejor en grano, pero si no queda otra pues tiráis de la mostaza que tengáis en casa) y mezcláis, toca la miel y deciros que si le ponéis una cuarta cucharada no pasa nada de nada, mezcláis bien, después añadís el aceite (de nuevo, cuidado con pasarse) y removéis concienzudamente, luego la pasta de ajo y finalmente y sólo si queréis, un poco de perejil picado muy menudo. Le da un toque aunque no sea lo normal en una salsa barbacoa.
Dependiendo de si lo habéis hecho con los ingredientes idóneos y en sus proporciones o no, tomará el color que esperabais o uno un poco más claro, pero el sabor es inconfundible. Yo tampoco me lo creía. Ahora, para los profesionales, si le queréis echar un chorrito de whisky (preferiblemente bourbon) le haréis un favor a vuestro paladar, pero de nuevo, es opcional. Otra vez como mucho 10 minutos. Y ya está.
Tiempo: 20 minutos (10 cada)
Dificultad: 1/10
Digestión: 4/10
Precio: 3€ y 2€