Ensalada de calabacín asado y burrata, una receta fácil y deliciosa
Convierte tus ensaladas en platos divertidos con opciones como esta ensalada de calabacín asado y burrata. Prepararla es muy fácil.
3 septiembre, 2022 13:06- Total: 50 min
- Comensales: 4
Crudo, asado, a la plancha, cocido... el calabacín es un vegetal que nos permite muchísimas elaboraciones y que, con su presencia, siempre aporta una jugosidad especial al plato en cuestión gracias a su textura y la cantidad de agua que contiene. Lo podemos cortar en cuadraditos pequeños, en bastones, en espaguetis, en anchas tiras alargadas o partirlos por la mitad y rellenarlos y el resultado siempre será satisfactorio a la par que poco calórico.
Queda perfecto en rellenos precisamente por esa jugosidad de la que se habla y así se consiguen deliciosos buñuelos de calabacín y bacalao, tortitas de calabacín (rösti) o buñuelos de calabacín y queso gorgonzola. Es también un ingrediente clave en la bechamel de calabacín que podrá bañar cualquier pasta, carne u otra verdura y darle un toque muy especial, igual que en muchas sopas y cremas como el salmorejo de aguacate y calabacín o la crema de calabacín de toda la vida.
Pero en la receta de hoy vamos a explorar otro mundo con él, el de las ensaladas. Queda perfecto si laminado muy finito y puesto en crudo como en la ensalada de aguacate, calabacín y queso, pero también laminado un poco más grueso y asado, debidamente condimentado y acompañado.
La magia, como en cualquier ensalada, reside en realizar un aliño gustoso y apetitoso que consiga generarnos esa sensación de querer más después de cada bocado y, obviamente, también en elegir bien los acompañamientos del mismo. Esta ensalada se puede comer tanto templada, con los calabacines recién sacados del horno, como completamente fría cuando éstos ya hayan reposado debidamente.
Lo que sí es muy aconsejable es emplear una albahaca aromática que inunde toda la ensalada y también una burrata láctea y cremosa de calidad, con una gran cantidad de stracciatella interior que será lo que aporte un hilo conductor a la ensalada. Si se quiere sustituir la burrata por otro queso, se podría hacer con un gorgonzola que otorgue esos toques de queso azul pero la suavidad y cremosidad del mismo. Por supuesto, el estragón del comienzo es prescindible, pero le da un toque anisado al calabacín muy interesante.
Ensalada de calabacín y burrata
Ingredientes
- Calabacín, 2 ud
- Aceite de oliva, 4 cucharadas
- Sal, c/s
- Estragón seco, 1/2 cucharadita
- Pimienta negra molida, al gusto
- Burrata, 1 ud
- Albahaca fresca, 8 hojas
- Frutos secos tostados, 3/4 cucharadas
- Limón, unas gotas
Paso 1
Picar los calabacines y condimentarlos
Paso 2
Asar los calabacines
Paso 3
Aderezar los calabacines con la albahaca y los frutos secos
Paso 4
Terminar con la burrata y un poco más de aceite de oliva
Paso 1
Precalentar el horno a 200 ºC. Lavar bien los calabacines frotando ligeramente para quitar el pelillo que tienen por fuera. Cortar en rodajas finas, de unos 3 milímetros, y luego esas rodajas partirlas por la mitad.
Paso 2
Disponer todo el calabacín picado en una bandeja apta para el horno y condimentar con el aceite de oliva, la sal, la pimienta negra y el estragón. Mezclar todo muy bien, nunca meter al horno tal cual porque podrían quedarse partes sin impregnar, e introducir al horno. Vigilar la cocción para darle un par de vueltas a la mitad, y que así el calabacín se cocine de forma uniforme. Tiene que quedar dorado y hecho. Dejar atemperar ligeramente.
Paso 3
Condimentar el calabacín con los frutos secos (los que vienen tostados con un poco de tamari tienen un punto exquisito) y también añadir las hojas de albahaca levemente troceadas.
Paso 4
Sacar la burrata de su líquido y escurrir ligeramente. Abrir por la mitad sacando todo su interior cremoso y repartir la burrata por encima de toda la ensalada. Si se quiere, terminar con unas gotas de limón, un poco de sal, pimienta negra y un chorro de buen aceite de oliva virgen extra por encima.
Trucos y sugerencias
Es mejor, si se quiere consumir más tarde, no mezclar con la burrata hasta justo el momento de servir. Se podrían añadir también unos tomates secos en aceite de oliva, que siguen tiernos, y se podría sustituir la burrata por una mozzarella normal o cualquier otro queso fresco tipo de Burgos, las Garmillas o Villalón.