José Mª Buceta es autor del libro ''¡Vamos, Rafa!'

José Mª Buceta es autor del libro ''¡Vamos, Rafa!'

Salud

José Mª Buceta, psicólogo deportivo: "Nadal es humano, y a veces la expectativa es demasiada"

"Retirarse es difícil cuando toda tu vida gira en torno al deporte" / "Las emociones intensas enganchan al deportista, por eso cuesta retirarse" / "Cuando el deportista habla de su salud mental ya ha sufrido demasiado"/ "Con 40 años no puedes jugar como con 28, tienes que adaptarte"

2 mayo, 2024 01:25

La eliminación de Rafa Nadal en octavos de final del Mutua Madrid Open supone el adiós a la cancha madrileña del mejor deportista español de la historia. A punto de cumplir 38 años, el tenista lleva dos décadas jugando al máximo nivel, si bien en los últimos años el físico y las lesiones le han pasado factura y en el horizonte aparece su retirada de las pistas.

"Incluso Nadal es humano y las expectativas le afectan", recuerda José María Buceta, psicólogo deportivo, entrenador y autor, entre otros, de ¡Vamos, Rafa!, libro donde analiza la importancia del factor mental en el deporte.

Ese factor mental es el que hace que Nadal siga dándolo todo con 38 años mientras que otros deportistas eligen retirarse antes, como Garbiñe Muguruza, que ha anunciado recientemente su adiós a las pistas con 30.

La motivación, las expectativas, las emociones y el entorno son determinantes para que un deportista tome la decisión de poner punto y final a su carrera a edades en las que, en el resto de profesiones, se les consideraría jóvenes.

La decisión de Muguruza, ¿es valiente?

No puedo valorar estas cosas porque no las conozco por dentro. Sí puedo comentarte que una cosa es la posible retirada de Nadal, que tiene 38 años y llega un momento en que no puede superar con facilidad las lesiones, y otra es que te retires con 30 años porque te ha dejado de motivar el estar ahí, que es lo que le falta a Garbiñe Muguruza.

Son decisiones que hay que respetar, en el primer caso sería un "ya no puedo más aunque me gustaría", y en el segundo caso es "puedo más, pero no me gustaría". Muguruza lo ha dicho: no le motiva seguir soportando el coste en la élite en cuanto a sacrificio, estilo de vida, etc.

En el caso de Nadal, seguramente le encantaría seguir jugando al tenis todo lo posible pero llega un momento en que su cuerpo no le da más.

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Como ves, esto muestra un poco los motivos que puede haber en una retirada. Es un buen ejemplo de cómo puede haber muchas circunstancias distintas.

Otras veces los jugadores se pueden retirar con 30 años porque se lesionan y se tienen que retirar jóvenes, pero este caso de Muguruza no parece que sea por lesión sino que se ha cansado de jugar al tenis y ya está, no pasa nada.

Siempre se dice que la mentalidad de un deportista de élite es muy competitiva. ¿Esto juega en su contra cuando tiene que tomar la decisión de retirarse o no?

Si no eres competitivo, es muy difícil que puedas llegar a estar muy arriba, eso está claro. Cuando has tenido mucho éxito y dejas de tenerlo, puedes perder motivación y, evidentemente, deja de interesarte estar ahí, has perdido la llama que tenías y se cierra el libro. 

Si has perdido ilusión, si has perdido motivación, si los resultados no te acompañan… No hay que olvidar que Garbiñe, el último año, no jugó prácticamente nada y el año anterior hizo una temporada muy mala, perdió más partidos de los que ganó y cayó eliminada en las primeras rondas de muchos torneos.

Después de un año malo y una temporada en que no juegas, te planteas, ¿por qué voy a seguir jugando? Seguro que hay un tema de pérdida de confianza y, por tanto, pierde motivación no porque no le guste el tenis sino porque no confía en que pueda hacer lo que hacía antes e intentarlo supondría un coste muy grande. 

Lleva meses sin jugar y se da cuenta de que la vida no es solo el tenis, hay otras cosas y quiere disfrutar de otro estilo de vida. Pero esto es una interpretación mía.

¿A qué retos se enfrenta un deportista a nivel psicológico cuando ve que no rinde de la misma forma?

Es una decisión difícil porque, si has estado arriba, quiere decir que toda tu vida has estado inmerso en este deporte. Te has metido desde niño, ya no haces lo mismo que los amigos de tu misma edad, dejas de tener fines de semana, cuando sales del colegio tienes que ir a entrenar… Tu vida gira en torno al deporte en la medida en que vas destacando. Llega un momento, cuando tienes más años, en que es difícil dejar algo que ha sido toda tu vida. 

Además, el deporte tiene emociones tan intensas que te enganchan mucho, para bien y para mal. A veces se sufre mucho, a veces tienes grandes alegrías. En la medida que vas perdiendo más que ganando, vas sufriendo más que disfrutando, y llega un momento en que tienes que tomar una decisión.

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No es fácil retirarte porque no sabes qué te depara el futuro. Es empezar una vida nueva. Si has ganado mucho dinero, tienes la ventaja de que puedes vivir bien durante un tiempo o quizá toda tu vida, pero hay muchos deportistas que viven al día, un poquito por encima quizá, pero no pueden permitirse no hacer nada durante mucho tiempo.

En ambos casos, la incertidumbre del futuro, el vacío que puedes tener por las emociones que has tenido hasta ahora, las obligaciones… Ahora tienes que iniciar una vida nueva, por eso la decisión no es fácil. A veces el deportista está atrapado porque, por un lado, le gustaría dejarlo, pero por otro, no tiene otra cosa. Ya no es que no tenga estudios o trabajo sino que, incluso, a nivel emocional, no tiene nada que le llene tanto como el deporte.

Pero cada caso es diferente. Hay casos de deportistas que dejan de tener éxito, empiezan a tener más sufrimiento que satisfacción. El sufrimiento siempre está ahí, incluso para el que gana pero, cuando el equilibrio se rompe y el sufrimiento pesa muchísimo más, es un momento en que el deportista piensa en dejarlo. ¿Puede hacerlo? Esa es la siguiente pregunta. Muchas veces no son solo por él o ella sino que tiene que pensar en la gente que le rodea: en muchos casos, su familia vive de él, y otras personas trabajan para él. Eso contribuye al atrapamiento. La decisión de retirada no me incumbe solo a mí sino a mi entorno.

Los psicólogos del deporte trabajan mucho la motivación, pero ¿cómo se apoya a un deportista para que decida cuál es su rumbo?

No solo trabajamos la motivación, solo cuando hace falta. El psicólogo no debe posicionarse en una dirección u otra, su primer trabajo es comprender lo que le sucede al deportista. A partir de ahí, hay que ayudarle a que exprese lo que tenga que expresar. Muchas veces, al deportista le cuesta expresar sus emociones.

Existe la idea de que el deportista es un 'supermán', una persona victoriosa, y a un deportista le cuesta mostrar puntos débiles. El trabajo del psicólogo es ganarse la confianza del deportista para que saque esas emociones en la medida necesaria y ayudarle a que tenga una visión lo más objetiva posible respecto a las alternativas que tiene para que tome sus decisiones.

A veces hay intrusismo con esto, como si fuéramos los animadores de los deportistas. Un psicólogo no es una cheerleader ni intenta motivar,  simplemente intenta ayudar al deportista a encontrar su propio camino. Esta es la clave: ayudar a enfrentarse a sus miedos, a las expectativas que se crean alrededor suyo y generan una ansiedad muy grande, sobre todo los deportistas de más éxito. Mucha gente espera cosas, hay deportistas que todo el mundo espera que ganen.

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En el caso de Nadal, los resultados son los que están siendo, pero cada vez que se apunta a un torneo no hago más que leer que en semifinales le tocaría con este u este otro. Vamos a ver, tiene que ir poco a poco. Él, por suerte, es una persona muy centrada y seguramente hace poco caso de estas cosas, pero un jugador, que lleva casi un año sin jugar, pensar que puede llegar a la semifinal de un torneo… Es verdad que es Nadal, pero no deja de ser un ser humano. A veces hay una expectativa alrededor del deportista de éxito que, de alguna manera, le obliga a ganar siempre y eso hay deportistas que no lo saben llevar. Por eso hay deportistas que tienen crisis de rendimiento importantes porque no son capaces de controlar las expectativas que hay a su alrededor.

¿Por fin se está visibilizando la salud mental del deportista?

Sin duda es un paso adelante. Hace 30 años, que yo ya trabajaba en este campo, la noticia era que un deportista dijera que tiene problemas de salud mental. Incluso se le criticaba porque se le veía como débil. Hoy en día, la noticia es que no es noticia, porque hay deportistas que han dado un paso adelante.

¿Queda mucho [para lograr la normalidad]? Tampoco son temas que los deportistas quieran compartir tanto. De vez en cuando hay una manifestación de este tipo, casi siempre nos enteramos cuando el deportista ya ha sufrido demasiado en silencio, pero a lo mejor sí lo ha compartido con la gente que le rodea.

Los psicólogos tienen cada vez más campo, ya no se nos ve como alguien que ayuda al rendimiento sino también a la salud del deportista. Hay más hábito de prevención, de poder parar estos problemas lo antes posible. Pero no podemos pretender que los deportistas que sufren hagan declaraciones en la prensa.

El paso adelante se ha dado, y el siguiente es que ahora hay más profesionales, junto con los deportistas, más sensibilidad por parte de las instituciones y los entrenadores. Cuando hablas con uno a la hora de plantear una estrategia deportiva para un deportista, el tema del cansancio mental, de la ansiedad que el deportista puede tener, lo pones sobre la mesa y los entrenadores lo tienen en cuenta, cuando a lo mejor antes no lo entendían. Ahora son más conscientes de que, a la hora de organizar su plan de trabajo, tienen que tener en cuenta la salud mental del deportista.

¿Ha visto muchos deportistas retirarse más tarde de lo que hubieran debido?

El que se retira tarde es porque el cuerpo le da de sí y es capaz de adaptarse a una nueva realidad, esto es importante. Si tienes 40 años, no puedes jugar como si tuvieras 28. Si estás en un deporte de equipo, a lo mejor no tienes el protagonismo que tenías antes, pero encuentras tu valor dentro del equipo, has aceptado que hay una adaptación a la nueva realidad.

Tenemos el caso de Andy Murray, que ha ganado dos o tres Grand Slam, pero lleva varios años jugando y perdiendo en primera y segunda ronda en casi todos los torneos. Pero ha aceptado esta nueva realidad. A veces la aceptación de la nueva realidad tiene que ver con la situación económica, pero a veces el deportista está en la primera división, luego solo le fichan en segunda, acaba en segunda B… pero es que necesita seguir ganando dinero.

Los deportistas se adaptan a una nueva realidad porque no tienen más remedio. Algunos deportistas se adaptan por la motivación que tienen, no quieren dejarlo, les entusiasma, disfrutan mucho y quieren seguir probando un año más. Otros, porque no tienen otra cosa, es su modus vivendi y no tienen otra alternativa de momento. En cualquier caso, si el cuerpo no te acompaña, el propio deporte te va retirando. 

¿Qué podemos aprender de las actitudes de Garbiñe Muguruza y Rafa Nadal?

Que hay que respetar la situación de cada deportista, entender que es un ser humano y tiene sus propios intereses, motivaciones y su propia forma de ver la vida. Hay que ayudar a que el deportista, el tiempo que esté en el deporte, esté lo mejor posible, que ese equilibrio entre sufrimiento y satisfacción sea más hacia la satisfacción, que aprenda lecciones para la vida y que sea una persona más fuerte mentalmente en su vida, capaz de tener una disciplina, de superar la adversidad, los fracasos, motivarse por nuevos objetivos, etc. Que su paso por el deporte sea fructífero en el resto de la vida.

Hay distintas formas de ver el tema de la retirada y hay que respetar todas ellas. Agassi se retiró con 26, hay deportistas que se retiran muy jóvenes porque lo han hecho todo y no les interesa seguir ahí, han perdido motivación. Incluso algunos se retiran con mucho éxito, no después de un año malo. Es lo que tenemos que aprender, no hay que rasgarse las vestiduras.