Moderna y MSD anuncian resultados positivos de su vacuna contra el melanoma
Administrada junto a pembrolizumab, reducía el riesgo de recurrencia en un 44% frente a la inmunoterapia por sí sola.
13 diciembre, 2022 20:18La administración de una vacuna experimental contra el cáncer redujo el riesgo de recurrencia o muerte en un 44% en personas con melanoma metastásico en comparación con la terapia estándar, han anunciado los laboratorios farmacéuticos Moderna y MSD.
Moderna ha desarrollado mRNA-4157/V940, una vacuna basada en ARN mensajero (como la que tiene para la Covid) y la ha probado en 157 personas con melanoma en estadios III y IV. En un ensayo en fase 2b, se inoculó –un total de nueve dosis– junto a pembrolizumab, inmunoterapia desarrollada por MSD, a lo largo de un año en estos pacientes tras la resección quirúrgica del tumor, hasta que el cáncer volvió a aparecer o que la toxicidad se volviera inaceptable. El objetivo principal era medir la duración hasta la recurrencia del tumor.
Según ambas compañías (los datos todavía no han sido validados por autores independientes para ser publicados en una revista científica), mRNA-4157/V940 y pembrolizumab redujeron el riesgo de recurrencia un 44% en comparación con pembrolizumab por sí solo. Un 14,4% de los que recibieron la combinación de fármacos sufrió efectos adversos graves, frente al 10% en el grupo que recibió solo la inmunoterapia.
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Stéphane Bancel, consejera delegada de Moderna, califica estos resultados como "altamente alentadores", demostrando "por primera vez" el potencial de las vacunas de ARN mensajero para el tratamiento del melanoma.
"Empezaremos estudios adicionales en melanoma y otras formas de cáncer con el objetivo de ofrecer a los pacientes tratamientos contra el cáncer realmente individualizados". Las compañías prevén iniciar un ensayo clínico a gran escala en 2023, que servirá para solicitar la aprobación de la vacuna. MSD se unió al desarrollo de la vacuna el pasado octubre. Ella y Moderna compartirían gastos y beneficios.
El potencial de las nuevas vacunas
El potencial que ha demostrado la tecnología de ARN mensajero contra la Covid ha impulsado su investigación en el cáncer, un área donde las vacunas no habían conseguido ningún éxito hasta el momento.
Se trata de vacunas terapéuticas, es decir, no previenen el cáncer sino que refuerzan el sistema inmune para evitar recurrencias. Mientras la inmunoterapia activa la respuesta inmune, las vacunas se dirigirían a antígenos específicos que muestran las células tumorales, haciéndolas más visibles y consiguiendo que sean atacadas por el sistema inmune. mRNA-4157/V940 codifica hasta 34 antígenos, obtenidos de forma individualizada según el perfil tumoral del paciente.
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En una entrevista reciente para la BBC, los fundadores BioNTech, el otro laboratorio que desarrolló –junto a Pfizer– una vacuna contra la Covid basándose en esta tecnología, afirmaron que las vacunas contra el cáncer podrían estar disponibles antes de que finalice la presente década.
Tal aseveración recibió críticas de los oncólogos, que habían visto cómo grandes apuestas de las farmacéuticas en este campo se caían en la fase 3 al no poder demostrar beneficios clínicos algunos. Isabel Echevarría, oncóloga del Hospital Universitario Gregorio Marañón, afirmaba a EL ESPAÑOL que "se están estudiando en muchísimos tumores. Sin embargo, a día de hoy hay pocos resultados".
Este mismo año, un estudio publicado en la revista Nature avivaba la esperanza de una vacuna universal contra el cáncer, al dirigirse a un sistema común para la reproducción de las células cancerígenas. Esta vacuna ha sido probada en ratones y monos demostrando su eficacia, pero queda un largo camino para que pueda comprobarse el beneficio en seres humanos.
"A día de hoy, es un poco ciencia ficción", confesaba Echevarría, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica. "Todavía nos pilla muy lejos. Tiene que demostrar que es segura y eficaz, y eso es un proceso de años".
A pesar de los fracasos, la investigación en vacunas oncológicas no ha parado. Recientemente, se han presentado los resultados de un ensayo clínico que comenzó en 2002 y que mostraba el beneficio de un suero basado en ADN en 66 mujeres con cáncer de mama en estadios avanzados. Más del 50% de las pacientes seguían vivas tras la finalización del ensayo.