España no doblegará la curva de ómicron hasta mitad de enero si sigue la pauta de Sudáfrica
Con cuatro días nuevamente sin datos, se esperan cifras récord la próxima semana pero nadie es capaz de prever cuál será el techo de la sexta ola.
31 diciembre, 2021 06:08Noticias relacionadas
Una vez más, España está viviendo un récord de contagios de Covid-19, obra y gracia de la variante ómicron. Y, una vez más, los datos se apagarán durante cuatro días para regresar el 3 de enero, previsiblemente, con nuevas sorpresas. Ahora mismo, ningún experto se atreve a vaticinar el techo de la sexta ola.
El último coletazo de la pandemia está dejando en pantuflas a los dos periodos de mayor expansión del virus, la segunda y tercera olas, con alrededor de un millón y medio de contagios cada una. En solo las dos últimas semanas se han registrado más de 800.000 casos. Y la mayoría de estimaciones ubican el pico de infecciones a mediados de enero, por lo que esta cifra no hará más que crecer hasta ese momento.
El descenso en los casos que está viviendo Sudáfrica desde el pasado día 18 de diciembre ha sido interpretado como una particularidad de ómicron, con un acelerón inicial pero que pierde fuelle enseguida y baja con el mismo ímpetu. Así lo señalaron, entre otros, el viceconsejero de Salud Pública y Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero.
Sin embargo, "es un mal espejo para España", asevera el investigador en Salud Pública de Fisabio Salvador Peiró. Entre lo que nos diferencia: una población más joven y un "30% de vacunados, pero probablemente mucha infección natural no registrada". También han predominado diferentes variantes, por lo que "la protección ofrecida por la inmunidad natural podría ser diferente".
De hecho, en la comparación instantánea que realiza el portal de la Universidad de Oxford Our World In Data, Reino Unido y Dinamarca, los primeros países europeos en que ómicron se detectó a gran escala, siguen la misma estela que España y no se atisba todavía el pico de contagios.
Peiró se aventura a poner el pico de contagios en torno al 15 de enero, con las hospitalizaciones alcanzando su nivel más alto una semana después, por lo que aboga por "enlentecer la transmisión" mediante medidas restrictivas "reales", esto es, reduciendo la interacción social.
El objetivo no es otro que evitar el colapso hospitalario. Aunque el porcentaje de ingresos entre los nuevos casos es cada semana menor, la carrera contra la saturación de los servicios sanitarios no está ganada.
La atención primaria (que no se tiene en cuenta para medir la evolución de la pandemia en España, algo que muchos consideran un error) está viviendo un diciembre de pesadilla debido a la monumental cantidad de personas que manifiestan síntomas de la Covid y, por tanto, se tienen que hacer un tests. Algunas comunidades, como Madrid o Cataluña, han acabado aceptando que las personas puedan notificar un positivo por Covid con tests de autodiagnóstico, para aligerar el peso, pero no parece suficiente.
Pendientes de los hospitales
En el hospital, y pese a esa levedad de ómicron, la presión no hace más que crecer. Ya son 22 los pacientes Covid ingresados por cada 100.000 personas cuando hace una semana eran 16. La ocupación de las UCI es de alrededor del 20%, y hay una comunidad en una situación especialmente delicada, Cataluña, con el 37,05% de sus camas de cuidados intensivos ocupadas por pacientes infectados por el SARS-CoV-2.
Esta circunstancia, teniendo en cuenta el aluvión de casos por venir, hace impensable relajar las medidas (si no hay que endurecerlas) actuales. Pero algunos ya ven más allá. "Hay que ejercer un poco de contención todavía, pero sabiendo que esta cepa es distinta", opina Juan Abarca, médico y presidente del grupo hospitalario privado HM Hospitales.
Esto quiere decir que, aunque las medidas de protección personal como la mascarilla, la distancia social y la ventilación habrá que seguir manteniéndolas, "está claro que nos enfrentamos a un momento en que habrá que ir quitando las restricciones".
No habla de convivir con el virus todavía, pero es una posibilidad que ya se avista en el horizonte. "2022 será el año en que el virus va a convivir con nosotros, y desgraciadamente tendremos que seguir vacunándonos, aunque quizá ya no tenga que hacerlo todo el mundo".
También achaca esa imposibilidad de convivir en breve con el virus a no disponer de todo el arsenal terapéutico actual, como Paxlovid, el medicamento oral de Pfizer que, según dicho laboratorio, reduce hasta en un 90% las hospitalizaciones y muertes por Covid en personas de riesgo, así como de anticuerpos monoclonales como sotrovimab, el único que parece mantener su eficacia frente a ómicron.
No es tan optimista el epidemiólogo Joan Caylá. "La pandemia continúa, me preocupa que hay mucha gente que piensa que, entre las vacunas y la posible levedad de ómicron, esto ya ha acabado".
Y refiere: las medidas que se han tomado en España son "muy tenues" comparadas con las de otros países europeos que están viendo disminuir su onda epidémica tras aplicar otras más restrictivas: Alemania, Bélgica o Países Bajos.
"Cada país puede decidir cuánta Covid quiere: si llevamos a cabo medidas tenues como hasta ahora, lo tendremos complicado, sobre todo con estas fiestas que ayudan mucho a los contagios", replica Caylá. "Si somos más estrictos, podremos minimizar el problema. Si no, aumentará".