El doctor Manuel Viso.

El doctor Manuel Viso. E.E.

Nutrición

Manuel Viso, médico, advierte a España: "Cada vez que te comes un plátano le quitas el albedo. ¡No se lo quites!"

Sus nombres técnicos son 'paquetes de floema' y 'albedos', y muchas personas evitan comérselos cuando pelan la fruta.

Más información: La fruta ignorada en España que baja la tensión, protege tu corazón y evita el envejecimiento celular

Publicada
Actualizada

Cuando comemos un plátano o una mandarina, es común deshacernos de ciertas partes que nos resultan poco atractivas, como los hilos que quedan adheridos a la fruta o la parte blanca de la cáscara de los cítricos.

Sin embargo, estas estructuras, lejos de ser desechos sin valor, contienen una alta concentración de nutrientes esenciales y compuestos bioactivos que pueden aportar beneficios a nuestra salud. Desde antioxidantes hasta minerales esenciales y sustancias con propiedades antiinflamatorias, el consumo de estas partes olvidadas de las frutas puede marcar una diferencia en nuestra nutrición diaria.

"Esos son los vasos sanguíneos del plátano, donde se realiza el aporte de nutrientes del plátano", explica Manuel Viso, médico, en sus redes sociales.

Los delgados hilos que encontramos al pelar un plátano, conocidos en términos botánicos como paquetes de floema, cumplen una función vital en el desarrollo de la fruta. Son estructuras vasculares encargadas de transportar el agua, los nutrientes y los azúcares desde la planta hacia el fruto en formación.

Aunque muchas personas los eliminan por su textura fibrosa, estos hilos contienen una mayor concentración de fibra dietética en comparación con la pulpa, lo que favorece la digestión y contribuye a una mejor salud intestinal.

Además, estudios indican que los paquetes de floema también son una fuente importante de minerales como potasio y magnesio, esenciales para la función muscular y la regulación de la presión arterial, así como de vitamina C, fundamental para el sistema inmunológico.

El potasio, ampliamente presente en los plátanos, es un mineral clave para la salud cardiovascular. Su consumo adecuado está asociado con una reducción en el riesgo de hipertensión y enfermedades cardíacas, ya que ayuda a contrarrestar los efectos del sodio en el organismo.

La fibra de los hilos del plátano también contribuye a la regulación del tránsito intestinal, evitando el estreñimiento y promoviendo un microbioma intestinal saludable. Por ello, eliminar estas estructuras antes de consumir el plátano podría significar la pérdida de un valioso aporte nutricional. 

Por otro lado, el albedo de la mandarina, esa parte blanca y fibrosa que muchos descartan por su sabor ligeramente amargo, es una de las partes más ricas en compuestos antioxidantes y flavonoides. El albedo de los cítricos contiene una concentración notable de hesperidina y naringenina, dos flavonoides con propiedades antiinflamatorias y vasoprotectoras.

Estos compuestos no solo contribuyen a mejorar la circulación sanguínea y reducir la inflamación, sino que también han mostrado efectos positivos en la reducción del colesterol LDL y la mejora de la sensibilidad a la insulina, lo que podría beneficiar a personas con riesgo de enfermedades metabólicas.

Alta concentración en vitamina C

Uno de los hallazgos más interesantes sobre estas estructuras es su contenido en vitamina C, que supera incluso el de la pulpa de la fruta. Este nutriente es esencial para la producción de colágeno, la reparación de tejidos y el fortalecimiento del sistema inmunológico.

Además, la vitamina C actúa como un potente antioxidante que ayuda a combatir el estrés oxidativo y el envejecimiento celular. Dado que muchas personas consumen cítricos precisamente por su aporte en esta vitamina, desechar el albedo significa desaprovechar una de las partes más beneficiosas de la fruta. 

La combinación de fibra soluble e insoluble en el albedo de la mandarina favorece el tránsito intestinal y contribuye a una mayor sensación de saciedad, lo que puede ser útil en dietas de control de peso.

Asimismo, algunos estudios han sugerido que los flavonoides presentes en el albedo podrían tener un efecto protector contra ciertos tipos de cáncer, particularmente aquellos relacionados con el sistema digestivo. Si bien se necesita más investigación en este campo, los datos preliminares refuerzan la idea de que aprovechar todas las partes de los cítricos puede ser una estrategia inteligente para mejorar la salud a largo plazo.

Desde una perspectiva nutricional y ambiental, consumir el plátano con sus hilos y la mandarina con su albedo también tiene implicaciones en la reducción del desperdicio alimentario.

A menudo desechamos partes de los alimentos que contienen una proporción significativa de los nutrientes que buscamos en nuestra dieta. En un mundo donde el desperdicio de alimentos es un problema creciente, reconsiderar la manera en que consumimos frutas tan comunes como el plátano y la mandarina puede ser un paso sencillo pero eficaz para optimizar la alimentación y reducir la generación de residuos.