Así nos afecta el cambio de hora y qué riesgos tiene para la salud
Los castellanos y leoneses cambian de nuevo el reloj en una medida que según los expertos solo sirve para alterar los hábitos y no aporta nada
27 marzo, 2022 07:00Noticias relacionadas
Un año más, seguro que a estas horas ya lo está notando, el cambio de hora afecta a todos los castellanos y leoneses. Esta madrugada a las 2 se han hecho las 3 (hora oficial peninsular). Es decir, los relojes se han adelantado una hora para estrenar el horario de verano, que tiene como objetivo aprovechar el máximo de horas de luz solar y así ahorrar energía. Aunque son muchas las voces críticas con esta modificación, dos veces al año tenemos que padecerlo. Y sí, a todos nos afectan. “Lo sufren los mayores, los pequeños, las personas enfermas y, en definitiva, todo el mundo”, asegura en una entrevista con EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, Ángel Largo, el vicepresidente y coordinador de ARHOE (Asociación para la racionalización de Horarios Españoles) en Castilla y León, una organización que lleva trabajando más de 15 años para que en España haya horarios más humanos.
Pero ¿cuáles son estas consecuencias? ¿Merece la pena continuar cambiando la hora? Desde la Sociedad Española del Sueño (SES) lo tienen claro: "El cambio de horario, aunque solo sea de una hora, altera el tiempo de exposición al sol y desequilibra al reloj interno, que tarda varios días en reajustarse", explica la organización.
Cambiar la hora implica un periodo de adaptación y es por ello que se eligió hacer en la madrugada del sábado al domingo. A pesar de ello, no es infrecuente que los primeros días después del cambio de hora algunas personas refieran irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio. Por ello es conveniente no hacer cambios y promover una mayor exposición a la luz natural cuando la mayoría de las personas están trabajando o aprendiendo en la escuela. Esto es lo que ocurre durante el horario de invierno (GMT+1), en contraposición a lo que sucede con el de verano (GMT+2).
Asimismo y de acuerdo con la SES, alterar el huso horario provoca que se tienda a dormir menos tiempo los días laborables y a dormir más los festivos, una situación que puede favorecer un bajo rendimiento laboral y escolar.
Horarios recomendados
Por todo ello, la Sociedad Española de Sueño aconseja que en España lo más conveniente para la salud es que exista un horario estable sin cambios durante el año; y que se mantenga de forma permanente el horario de invierno (GMT+1). Gracias a esto se conseguiría una mayor exposición a la luz solar durante la franja horaria laboral y escolar más habitual (8:00 am – 17:00 pm), especialmente en las primeras horas de la mañana.
¿De verano o de invierno?
En su opinión, esta postura viene avalada por estudios científicos que muestran que el horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, mejora el rendimiento intelectual y, ayuda a disminuir la aparición de enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad, el insomnio y la depresión. El horario de invierno, por tanto, sería el más beneficioso para la población española, especialmente para los grupos más sensibles a los cambios de horario y a padecer trastornos del sueño y de la salud como son los niños y las personas de edad avanzada.
Consecuencias
“No sirve para nada y se ha demostrado que tiene perjuicio para la salud física y mental, sobre todo de las personas con enfermedades, personas mayores o niños. Y además se ha demostrado que a nivel económico y de energía, que ahora está tan de moda, tampoco tiene impacto”, explica el coordinador Ángel Largo, que muestra la oposición de la ARHOE-Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles, y que rechaza esta medida debido principalmente a sus repercusiones sobre la salud y las personas.
Estos cambios de hora pueden producir alteraciones en las personas, es decir, sufren una especie de 'jet lag' que puede provocar, sobre todo en los colectivos más vulnerables, como niños y ancianos, trastornos del sueño, irritabilidad, cambios de humor, dolores de cabeza y malestar general. Sin embargo, estos efectos suelen prolongarse poco tiempo y como mucho duran un par de semanas.
Un sueño insuficiente, desorganizado y de mala calidad, favorece la aparición de enfermedades tan frecuentes, graves y con tan alto impacto social y económico como el cáncer, la enfermedad de Alzheimer, la hipertensión arterial, la obesidad, la diabetes, el infarto de corazón, el ictus, la depresión y la ansiedad.