Javier de la Iglesia, la mirada zamorana en la última película de Miguel Ángel Muñoz y Pablo Puyol
El joven es el director de fotografía de esta comedia romántica que lidera el que fuera director de Un Paso Adelante, Jesús del Cerro
26 mayo, 2022 07:00Noticias relacionadas
En otro lugar se estrena este mismo viernes en los cines. Se trata de la comedia romántica que vuelve a unir en la pantalla a dos viejos compañeros: Miguel Ángel Muñoz y Pablo Puyol. Quienes interpretaran a Rober y Pedro en Un Paso Adelante, se ponen a las órdenes precisamente de Jesús del Cerro, quien fue director de la mítica serie adolescente de baile o de Médico de Familia, en esta comedia que aborda el neorruralismo y los contrastes con la vida en la ciudad. Una película que ha querido ahondar en esa necesidad de reconectar con el mundo rural, y que reconforta a quienes lo hacen.
Y si alguien sabe de eso son los zamoranos en la diáspora. Resulta que entre el equipo de Jesús del Cerro está Javier de la Iglesia, un joven de 24 años, que ha dirigido el equipo de fotografía del filme. Javier es nacido en Valladolid, pero su madre es de Villalba de la Lampreana y su padre de Manganeses de la Lampreana, y cuenta orgulloso que "he pasado todos los veranos y fiestas en Zamora, prácticamente me he criado allí y me siento muy unido a la provincia". Por eso no es de extrañar que entendiera desde el primer momento la visión del director y de ese concepto de neurruralismo.
Este director de fotografía tiene "muy claro que es muy importante volver a las raíces y volver a casa". Un concepto que queda patente en la película, ya que el viaje de su protagonista Pedro (Miguel Ángel Muñoz) al pueblo de su abuelo es el punto de partida para cambiar por completo su vida. Javier explica que el director tuvo como motivación crear una película que "haga sentir bien y que muestre como es necesario desconectar de tanta tecnología y volver a sentir las raíces". Algo que el joven reconoce que le ocurre cada vez que vuelve a Manganeses o Villalba.
Al igual que ocurre en la película, Javier de la Iglesia cree que la gente de los pueblos "es siempre muy hospitalaria. Tanto si tienes pueblo como sino todo el mundo te acoge. Esa hospitalidad se traslada a la película cuando los protagonistas emprenden su viaje a Cantabria".
Director de fotografía
El trabajo de Javier dentro de la película consiste en "dar clave visual a la película". Pese a su corta edad (24 años), este joven ha sido el director de fotografía del filme y agradece especialmente esta oportunidad a ATM Producciones "porque ha sido increíble como han respetado mi visión y me han dado alas para hacer un gran trabajo".
Javier de la Iglesia dejó Castilla y León con 18 años para estudiar en la Escuela Universitaria TAI de Madrid, y considera que esta formación "me dio muy buena base para desarrollar ahora este trabajo". De hecho, la productora de la película y la escuela tienen un acuerdo de colaboración que también ha hecho posible este sueño que ahora vive.
El joven explica que su labor pasa por "entender la visión del director y hacerlo realidad". Para esta película ha sido muy importante "aprovechar" los paisajes de Cantabria. El director quería un aire otoñal, por lo que el trabajo de Javier ha sido "aprovechar sus colores cobrizos y dorados". Algo que queda patente en el trabajo final.
Todo en una época muy complicada para los rodajes. Javier recuerda que la película se rodó entre noviembre y diciembre de 2021, con una de las olas más fuertes del COVID, y donde se mantenía el toque de queda a las 20 horas. Por ello agradece especialmente a los vecinos de Cantabria "que nos acogió de diez en una época muy difícil".
Los rodajes como revulsivo económico
De hecho, el joven recuerda que "son zonas que gracias al turismo paisajístico se han podido mantener más vivas que Zamora". Y es que el aprovechamiento cinematográfico de espacios naturales resulta un revulsivo económico muy importante para territorios como Cantabria, País Vasco o Galicia, y este profesional de la dirección fotográfica está convencido de que Zamora y Castilla y León "tiene mucho potencial para hacer lo mismo".
Javier cree que esta región necesita "un apoyo y respaldo de las instituciones" para convertir a Zamora y Castilla y León en lugares elegidos para los rodajes. "Al final esto es un mercado y es importante que haya un apoyo hacia el cine, y las instituciones apoyen que haya posibilidad de generar ese negocio".
Y es que un rodaje supone el desplazamiento de unas 50 o 60 personas, que trabajan durante varios meses en un territorio. Algo que puede suponer una inyección económica bastante importante para territorios rurales como Zamora. "La gente parece que le cuesta entender el concepto de película, se ve como algo meramente artístico, pero una película es una empresa, con unos trabajadores que se van a desplazar a otra ciudad a hacer su trabajo", detalla Javier. El joven se pregunta "¿qué ciudad de España no quiere que 50 o 60 personas se trasladen a su territorio a trabajar durante dos meses?".
De hecho, el zamorano cuenta como anécdota que, durante el rodaje de esta película, algunos restaurantes de la zona abrieron excepcionalmente para el equipo "y se adaptaban a nosotros". Una forma de conseguir algo de dinero en los meses de duras restricciones sanitarias y donde muchos negocios prefirieron no abrir que hacerlo con pérdidas.