El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo, y los astronautas Sara García y Pablo Álvarez
La Universidad de Valladolid rechaza la concesión del Premio CyL de Humanidades a los astronautas leoneses: "Es forzado y erróneo"
La Facultad de Filosofía y Letras ha confesado su "profunda preocupación" e instado a las instituciones a reflexionar “con seriedad” sobre el sentido y los criterios de estos premios.
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La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid ha expresado su “sorpresa y profunda preocupación” por la concesión del Premio Castilla y León de las Ciencias Sociales y Humanidades 2024 a los astronautas leoneses Sara García y Pablo Álvarez.
Un galardón que el jugado ha otorgado a ambos profesionales por su participación en programas de exploración espacial de la Agencia Espacial Europea y su contribución al posicionamiento internacional de la ciencia y la tecnología españolas.
Desde el Decanato de la Facultad aseguran que “no ponemos en duda el mérito ni la relevancia del trabajo de estos profesionales”, pero, “por respeto a su labor y al rigor que debe caracterizar a unos premios de esta envergadura”, consideran que su reconocimiento hubiera sido “más adecuado en otras categorías, como la de Investigación Científica y Técnica e Innovación”.
A su juicio, incluirlos dentro del ámbito de las Ciencias Sociales y Humanidades supone “una interpretación forzada y errónea de lo que representan estas disciplinas, además de una falta de oportunidad en un contexto donde las Humanidades reclaman, más que nunca, visibilidad y respeto”, explican.
Si bien, han querido dejar claro que en ningún momento ponen en duda "el mérito ni la relevancia del trabajo de estos profesionales”, pues consideran que ostentan una trayectoria “admirable y celebramos el talento que representan”.
No obstante, desde la Facultad recuerdan que, a su juicio, las Humanidades y las Ciencias Sociales son “disciplinas esenciales para comprender el mundo que habitamos y las que analizan críticamente la historia, la cultura, las ideas, las lenguas, el pensamiento, las estructuras sociales y los valores que nos definen como sociedad”.
Del mismo modo, señalan que, hasta la fecha, este reconocimiento ha servido “para visibilizar a quienes han contribuido de forma extraordinaria a enriquecer la vida intelectual y cultural de nuestra comunidad y del país”.
En este sentido, opinan que “desplazar ahora ese foco hacia otras áreas, cuando existen categorías adecuadas para reconocerlas, supone un agravio hacia quienes han dedicado su vida a las ciencias humanas y sociales, y una nueva muestra de su relegación institucional”.
El Decanato de la Facultad también ha aprovechado la ocasión para denunciar que en las 39 ediciones anterior de estos premios, “solo una mujer ha sido galardonada en esta categoría”.
Lo que consideran “un desequilibrio histórico que creemos necesario corregir, máxime si se tiene en cuenta el número de mujeres que pertenecen a este campo del conocimiento”.
Por todo ello, instan a las instituciones responsables a reflexionar “con seriedad” sobre el sentido y los criterios de estos premios, a fin de garantizar “el rigor, el respeto disciplinar y la justicia simbólica que merecen tanto las personas galardonadas como las disciplinas que se pretende reconocer”, han concluido.
