Antonio Largo: “Nuestras promesas se cumplen”
El actual rector de la Universidad de Valladolid se presenta a la reelección con el propósito de romper la inercia de sus tres antecesores, ninguno de los cuales logró repetir mandato
24 febrero, 2022 07:00Antonio Largo Cabrerizo (Valladolid, 1960) es catedrático de Química Física y actual rector de la Universidad de Valladolid. Amante del deporte, es socio del Real Valladolid desde hace muchos años, opta a la reelección en el cargo y competirá en las elecciones contra Helena Castán y José Ramón González.
“Tenemos plena confianza en que la comunidad universitaria nos va a valorar”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León en esta entrevista en la que valora su gestión, pero fundamentalmente la de su equipo, en estos difíciles años, dos de ellos de pandemia y en las que se muestra seguro de ampliar cuatro años más su mandato.
P.- Quién le iba a decir a usted que una pandemia desconocida iba a marcar su periodo como rector de la Universidad de Valladolid…
R.- Nadie se lo esperaba, pero ha sido todo un desafío. Un obstáculo para el desarrollo de todas las actuaciones, aunque hemos llevado a cabo muchas de ellas y nos ha supuesto un trabajo ingente con el fin de conseguir un triple objetivo. En primer lugar, asegurar la calidad formativa de nuestros estudiantes, que nos ha llevado a propiciar el mayor grado de presencialidad posible en las aulas. Después, velar por la seguridad de la comunidad universitaria y, por último, la responsabilidad que teníamos. Esos tres aspectos, calidad, responsabilidad y seguridad para dotarnos de los protocolos adecuados y que no se produjesen contagios en las aulas. Lo hemos conseguido y creo que, siendo muy complejo y requiriendo mucho esfuerzo por parte de toda la comunidad universitaria, profesores, estudiantes comprometidos con un comportamiento ejemplar, el Equipo de Gobierno, y el personal de administración y servicios… todos hemos hecho comunidad universitaria de verdad con un objetivo común y creo que hemos afrontado bien el desafío. La Universidad de Valladolid ha salido razonablemente bien de un desafío muy complejo que nos ha exigido mucho. El balance es muy positivo pese a la complejidad de la situación.
P.- ¿Qué es lo que más recuerda de estos casi dos años de pandemia con usted al frente de la UVa?
R.- Muchos momentos. El primero, el de tener que decretar el cierre de las instalaciones universitarias que es algo con lo que ningún rector quiere contar en su agenda. Lo que hicimos fue redoblar los esfuerzos. También recuerdo el tener que acostumbrarnos a utilizar el TEAMS o ZOOM para intentar que todo siguiera funcionando. Otra cosa que se me ha quedado en la mente ha sido cuando en la reapertura de los centros académicos hemos ido visitando las aulas con estudiantes y profesores para ver que todo estaba en orden, y como unos y otros valoraban positivamente que en la Universidad de Valladolid estuviéramos comprometidos con todo el trabajo que requería la situación para que la formación fuera lo mejor posible dadas las circunstancias. Esos momentos de cercanía son también muy gratificantes.
El ver cómo te apoyan y colaboran estando todos a una para salgan adelante las cosas.
P.- ¿Cuál es momento más duro de la pandemia que recuerda? ¿Por qué?
R.- Ha habido dos que han sido la preparación del curso 20-21. En septiembre de 2020 apenas dormí. Agosto y septiembre fueron de preparación de un curso que comenzó un poco más tarde para que todo estuviera en orden. Daba mil vueltas para saber si los protocolos estaban bien orientados, cómo funcionarían las cosas… todo fue muy estresante.
El otro momento fue en noviembre de ese mismo año en el que parecía que todo iba a conducir a que nos iba a tocar volver a cerrar las instalaciones. Fue un momento muy duro, pero estuvimos coordinados con la Consejería de Educación de la Junta, y también con las otras cuatro universidades públicas de la Comunidad. Recuerdo sopesar todas las opciones y apostar por reforzar los protocolos y resistir para asegurar la mayor calidad y equidad de los estudiantes. Fueron momentos duros y lo pasé muy mal, pero mereció la pena el esfuerzo, sobre todo, por el compromiso de todos.
P. A pesar de todo, desde la Universidad de Valladolid siempre se apostó por la docencia presencial.
R. En la medida de posible, en el curso 20-21 tuvimos un 70% de presencialidad, que, comparado con otras universidades, se traduce en un éxito notable. Además, sin contagios en las aulas. En este curso hemos relajado un poco las distancias interpersonales para mejorar la presencialidad. Todavía hay algunos cursos que no tienen presencialidad total, aunque cerca del 90% es presencial este curso. Creo que es aceptable lo que hemos llevado a cabo y estamos satisfechos.
P.- Siempre guardando todas las medidas de seguridad. ¿Cómo fue dotar a las aulas de toda esa infraestructura para que dichas zonas fueran seguras?
R.- Ha sido duro. Hemos realizado una importante inversión. Hemos ayudado a los centros en todo, financiando todas las adaptaciones que se han hecho en ellos. Hemos financiado también todo el material de seguridad, higiénico-sanitario o medidores de CO2. Nos hemos dotado de todo lo que estaba al alcance para que nuestros espacios fueran seguros. Mucho esfuerzo, económico, pero también logístico y organizativo. Hemos trabajado intensamente y hay que ponerlo en valor. Toda la comunidad universitaria. Es un éxito colectivo que nos ha tocado gestionar a nosotros, muy duro y exigente pero la valoración de la pandemia es positiva.
P.- Desde la UVa se ha apostado por la vacunación. ¿Cómo lo ha vivido?
R.- Hemos llevado a cabo campañas de vacunación, cribados con test de antígenos. Hemos cuidado de nuestros estudiantes que estaban con movilidad internacional en los tiempos más duros. Hemos buscado que los estudiantes que acudían a prácticas sanitarias o sociosanitarias fueran con las pautas de vacunación correspondientes… Hemos estado detrás de todo ello con un esfuerzo logístico muy grande.
P. En estos cuatro años. ¿Qué porcentaje de cumplimiento de su programa electoral ha cumplido?
R.- Altísimo. A pesar de que hemos tenido más de la mitad del periodo en pandemia, tres cuartas partes del programa que presentábamos se ha ejecutado y está activado otro 17% de las medidas. Por lo que es el 93% de los compromisos que presentábamos en el programa de gobierno el que hemos conseguido activar. 76% ejecutado y el 17% en ejecución.
Son medidas centradas en el medio y largo plazo basadas en un mandato con la mitad del tiempo en pandemia. Pienso que es muy valorable. Uno siempre quiere el 100% pero dadas las circunstancias que hemos atravesado, hemos podido completar un amplio porcentaje de nuestro programa de Gobierno. Nuestras promesas se cumplen. Somos un Equipo de Gobierno integrador, que cree en la colaboración de todas las personas y que agradece a la comunidad universitaria su colaboración para poder cumplirlas. Muchas personas han creído en nuestras propuestas y han colaborado con ellas. Nosotros somos los máximos responsables de dinamizarlas, pero sin el respaldo de la comunidad universitaria no habría sido posible.
P.- ¿Con cuál de las medidas aplicadas está más orgulloso?
R. – Con muchas, por su importancia. Algunas de ellas, desde el punto de vista institucional, fortalecen a la UVa como institución. La primera es la reforma de los estatutos. Muchos decían que íbamos a fracasar como en los tres intentos anteriores, pero no fue así. Tuvo buena acogida y un apoyo muy grande en el claustro por lo que salieron aprobados. Esto ha fortalecido enormemente a la institución porque ha habido grandes mejoras y nos hemos puesto al día.
Después el Plan de Igualdad. En la Universidad de Valladolid creemos plenamente en la equidad de valores como son la igualdad entre hombres y mujeres. La inclusividad completa porque todas las personas han de tener los mismos derechos y reflejarse de la misma manera en la comunidad universitaria. Nos hemos comprometido con ello. Creemos en la responsabilidad social universitaria y en menos de un año se puso en marcha un buen Plan de Igualdad tal y como nos han manifestado expertos en la materia.
Luego está la transformación digital que hemos vivido. Hemos creado un Vicerrectorado de Innovación Docente y Transformación Digital. Teníamos en mente trabajar en este ámbito, pero la pandemia nos puso las pilas y lo aceleramos. Ahora, lideramos proyectos de transformación digital en muchas universidades españolas. Se ha avanzado mucho reforzando todos los medios tecnológicos.
También me gustaría ensalzar la mejora en posicionamiento en rankings en los últimos años y la transparencia, que es algo que llevamos por bandera. La Universidad de Valladolid no solo es la primera en este ámbito, sino la primera de las 700 administraciones públicas evaluadas. Lideramos ambas clasificaciones y creemos en un modelo de participativo, abierto, y transparente, al servicio de la comunidad universitaria. No solo creemos, sino que lo ejecutamos y lo llevamos a la práctica.
En investigación nos hemos volcado con las personas y hemos apostado por la captación y retención de talento incrementando los contratos predoctorales y postdoctorales.
En el ámbito del personal de administración y servicios hemos reconocido la carrera horizontal por primera vez en la Universidad de Valladolid. También hemos regulado el teletrabajo ampliando la oferta pública de empleo para habilitar las plazas necesarias para la estabilización de los interinos que tenemos en la plantilla. Fueron 133 plazas para el personal de administración y servicios para su estabilización en estos puestos de trabajo.
Por último, la importancia de nuestros estudiantes. Nos hemos volcado, sobre todo en la pandemia, en asegurar su formación y en que ningún alumno perdiera su curso por el coronavirus. Hemos incrementado el número de ayudas sociales, habilitado préstamos de ordenadores, tarjetas de datos, etc. durante la pandemia y hemos habilitado nuevas ayudas de becas, como, por ejemplo, para estudiar máster. Un conjunto de medidas que hemos tomado para ayudar a los estudiantes, para cuidarles y para que su paso por la Universidad de Valladolid sea lo más frutífero posible.
Hemos conseguido bajar las tasas universitarias un 25%, las tasas académicas de grado. Gracias a la reivindicación de las cuatro universidades públicas. Es la Consejería de Educación la que tiene esta competencia. Han sido sensibles, se ha rebajado y es una ventaja importante para los estudiantes.
Además, para intentar atraer más estudiantes y que no tengan que irse a otras Comunidades Autónomas a estudiar lo que quieren, en los cuatro años últimos hemos ampliado en seis nuevos grados la oferta académica. Es un hito importante en la historia de la institución. Todos con gran éxito y acogida.
P.- ¿Cómo está la renovación del profesorado en la Universidad de Valladolid? Siempre ha apostado por ella.
R.- Hemos apostado por el rejuvenecimiento de la plantilla. Hemos triplicado las plazas de ayudante doctor, para los jóvenes que se incorporan. También hemos adoptado el compromiso de transformar a todas las personas y estabilizarlas. Un compromiso de estabilización. Y hemos acabado con las listas de espera para los profesores acreditados. Creo que eso da tranquilidad a las personas pensando que se van a estabilizar en su puesto de trabajo y que van a promocionar cuando hagan mérito para ello.
P.- ¿Qué medida del programa se ha quedado en el tintero, no ha podido desarrollar?
R.- Una vez que uno tiene pleno conocimiento de la realidad universitaria se da cuenta de que hay que reconducir ciertas cosas, pero no es que nos hayamos dejado grandes retos en el tintero. Hay que tener en cuenta que, hablando del programa, de las 206 medidas que llevábamos en el inicial, hemos ejecutado 570 acciones destacables en aplicación del programa, de aspectos derivados del mismo que había que rectificar a medida que veíamos que la situación nos lo requería y también de respuesta a las realidades cambiantes como era la incidencia de la pandemia. Alguna de estas 570 medidas son derivadas de la respuesta a la acción del coronavirus. Se ha trabajado mucho y bien. Ojalá la pandemia nos hubiera dejado hacer más cosas y ser más rápidos pero el balance es muy bueno.
P.- ¿Se ha normalizado ya la movilidad en lo que a los Erasmus se refiere?
R.- Prácticamente. Este año hemos detectado mucho interés. Está habiendo también muchas peticiones para el próximo curso. Durante la pandemia bajó a un tercio, tanto los que vinieron como los que se enviábamos, pero fue generalizado en toda Europa.
Ahora nos acercamos a cifras próximas a las habituales. Para el próximo curso creceremos porque los estudiantes también tienen ganas de poder aprovechar este complemento de formación que les ofrece la movilidad internacional.
P.- ¿Cómo calificaría la labor investigadora de la Universidad de Valladolid a lo largo de estos años? Han llegado hasta La Antártida y La Luna, ni más ni menos.
R.- Nunca estaremos satisfechos porque siempre queremos más. La insatisfacción tiene que ser algo consustancial al ámbito universitario. Uno siempre quiere todavía más. Es cierto que mejoramos en investigación y en transferencia de conocimiento que es algo muy importante. En el número de patentes y en el de registros de propiedad individual que se desarrollan. La Universidad de Valladolid genera casi la mitad de las patentes que se producen en las universidades públicas de Castilla y León, el 47%. En lo que a las internacionales se refiere nos vamos al 75%. Eso deja ver que tenemos un músculo en transferencia de conocimiento. Grupos que hacen investigación que puede tener repercusión en el entorno socioeconómico.
Hemos tenido hitos importantes como las mencionadas del Mars 2020 con Perserverance, presente la UVa y llegó a Marte el 18 de febrero de 2021. Van a repetir ahora con otra misión. Es algo destacado como las relacionadas con el cambio climático, como la de La Antártida. Dan mucha visibilidad, idea de que se hacen investigaciones punteras en la universidad, pero tenemos muchas investigaciones más, en todas las áreas. Tenemos producción científica de calidad.
P.- ¿Cómo se plantea su periodo de campaña de cara a la reelección?
R.- Con mucha ilusión y compromiso y con la absoluta convicción de que la Universidad de Valladolid lo que necesita es consolidar el cambio que iniciamos. Los proyectos que tenemos y que hemos puesto en marcha necesitan un periodo de desarrollo. Con los obstáculos de la pandemia, aun así hemos hecho una brillante labor. Sería positivo consolidar el cambio iniciado en la UVA y disponer de cuatro años más, a ser posible sin pandemia, para desarrollar plenamente el proyecto que tenemos.
P.- De momento Helena Castán y José Ramón González ya han confirmado también que se presentan. ¿Cómo lo ve?
R.- En principio somos tres candidatos en liza. Lo veo siempre desde una perspectiva positiva ya que pienso que es bueno que haya debate, proyectos encima de la mesa. Estoy convencido de que el nuestro es el mejor para la Universidad de Valladolid, pero hablar siempre es positivo. Espero que todo se desarrolle con tranquilidad, que cada uno exponga las ideas que tiene, lo que ha conseguido en el pasado, de dónde parte cada uno que suponga un aval para el futuro. En definitiva, lo afronto con mucha ilusión y con un compromiso total con mi universidad.
P.- Sobre todo lo de Helena Castán que formó parte de su equipo en el inicio de su mandato Era secretaria general, si no me equivoco.
R.- No quiero hacer ninguna valoración de tipo personal. Al principio, efectivamente, estaba en mi Equipo de Gobierno y consideré conveniente que la gestión necesitaba una restructuración del equipo y, en ese contexto, siempre pensando en el bien de la institución, creí que eran necesarios esos cambios. A la vez que salió Helena Castán de la universidad se creó el Área de Responsabilidad Social Universitaria para atender un ámbito que creía muy importante y también el Vicerrectorado de Innovación y Transformación Digital. Fue una restructuración del equipo que creo que se ha demostrado como beneficiosa. Es un equipo sólido y unido en un proyecto que trabaja bien.
P.- ¿Cuáles van a ser las nuevas propuestas más importantes que lleve en su programa de cara a la reelección?
R.- Tenemos el programa elaborado y lo vamos a presentar próximamente. No quiero incidir mucho en ello pero la línea conductora va a estar en que nuestra prioridad son las personas y en que tenemos unas herramientas para fortalecer la institución y favorecer a los estudiantes, al personal docente investigador y al de administración y servicios. Esas van a ser nuestras prioridades. Queremos partir de lo trabajado, tras una buena labor. De la experiencia adquirida, y con los hechos y no las palabras, estamos en disposición de acometer cuatro años de consolidación de un cambio que consolide a la Universidad de Valladolid en el futuro de forma exitosa. Como la universidad es parte importante de mi vida, si no mi vida, quiero lo mejor para la Universidad de Valladolid con un proyecto ilusionante y comprometido con las señas de identidad que tenemos: transparente, participativo e inclusivo y abierto a todos.
P.- En caso de salir de nuevo elegido, ¿Tiene en mente la implantación de algún nuevo grado?
R.- La idea que tenemos es que la nueva oferta formativa salga consensuada, no impuesta por el Equipo de Gobierno. Queremos trabajar con toda la comunidad universitaria, a través de los centros que proponen los grados, para generar las mejores ideas de cara a los nuevos grados. Trabajamos en nuevos y hay uno que no puedo ocultar porque ha sido sometido ya a la evaluación por parte de ACSUCYL y está en mente implantarlo, si el informe es favorable, que creo que sí que lo va a ser y que es el de Relaciones Internacionales. No es que vaya en el programa, sino que es una realidad que está ya trabajada y consolidada. Pienso que se aprobará y que podremos incorporarlo a nuestra oferta académica de cara al próximo curso 22-23.
P.- Y las novatadas, atendiendo a lo ocurrido este curso, y a la Ley de Convivencia Ciudadana. ¿Apuesta por suprimirlas en su programa?
R.- Nosotros vamos por la vía de la concienciación de la comunidad universitaria. En este caso estamos hablando de los estudiantes, pero creo que la mayoría tienen claro que los comportamientos vejatorios deben de estar fuera de la vida universitaria.
Nuestra labor es de concienciación. Ahora nos vamos a dotar de una Ley de Convivencia. Vamos a desarrollarla en la universidad. Ha quedado un poco desnaturalizada en el curso de la tramitación parlamentaria. Estábamos más contentos casi con la versión consensuada entre CRUE y Ministerio, pero vamos a desarrollarla y a ver lo positivo que puede aportarnos sobre todo para la labor de mediación y concienciación. Nadie desea llegar a tener que tomar medidas drásticas. Para ello hay que prevenir. Se puede uno divertir sin caer en comportamientos vejatorios.
P.- ¿Cuál ha sido su mejor momento en estos cuatro años de mandato?
R.- Hubo un momento muy emotivo que me marcó al comienzo del mandato que fue que mis estudiantes me hicieron pasillo al día siguiente de las elecciones, tras resultar elegido. Ese fue un momento, para mí, muy emotivo porque te llega, te toca y te sientes apreciado por los que te conocen mejor. Hay muchos momentos buenos, a nivel colectivo y con el equipo cuando hemos tenido algún éxito significativo. El día que se aprobaron los estatutos es muy recordado. También con mi familia, cuando con mi mujer y mis hijos, salí como rector electo.
P.- ¿Confía en su reelección?
R.- Si no no me presentaría. Confío en ello, pero, sobre todo, en la comunidad universitaria. Que sepa valorar todo lo que hemos hecho. El compromiso de estos cuatro años y que valore el proyecto futuro que tenemos. Espero que elijan lo mejor para la UVa y creo que lo mejor es nuestro proyecto. Un proyecto compartido, que no es personalista, sino fruto de la colaboración de un equipo. Los mejores proyectos son los que se hacen de forma compartida y colaborativa y está abierto a aportaciones de toda la comunidad universitaria. Estamos teniendo interlocuciones con distintos miembros de la comunidad universitaria, con todos los sectores y siempre integraremos lo positivo. Tenemos plena confianza en que la comunidad universitaria nos va a saber valorar.