
Imagen de archivo de una explotación minera (Europa Press) y, en el círculo, el director general del ICAMCyL e ISMC, Santiago Cuesta López (foto cedida)
Por qué Bruselas ha dejado a Castilla y León fuera de su plan de extracción de tierras raras
Desde el ICAMCyL y el Clúster Nacional de Materias Primas aclaran que se trata de una primera convocatoria y que hay proyectos que pueden ser seleccionados en futuras tandas.
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El nuevo contexto internacional, a nivel social, económico y geopolítico, ha obligado a la Unión Europea a dar pasos hacia el autoabastecimiento, reduciendo la dependencia del exterior en la medida de lo posible. Ante esto, surgió el Critical Raw Materials Act (Pacto Europeo de Materias Primas).
Un proyecto que asegure un suministro seguro, sostenible y resiliente de los materiales más demandados, críticos por su disponibilidad y esenciales para sectores como la transición energética, la movilidad eléctrica, la digitalización y la industria de defensa.
En total, han sido 47 los proyectos seleccionados como estratégicos por parte de la Comisión Europea (CE) en una primera convocatoria, siete de ellos en España, y de ellos se ha quedado fuera, de momento, Castilla y León, a pesar de tener un potencial liderazgo en la extracción de algunos de estas materias primas.
En cualquier caso, el director general del Clúster Nacional de Materias Primas (ISMC) y del Centro Internacional de Materiales Avanzados y Materias Primas de Castilla y León, Santiago Cuesta López, matiza que en la región existen "algunos proyectos prometedores que tienen los elementos necesarios para poder ser declarados de interés estratégico y podrían presentarse con mayor éxito en futuras convocatorias".
Y es que el también asesor experto de la OECD y del Banco Europeo de Inversiones en Materias Primas, en una entrevista con este periódico, aclara que se tratan de convocatorias "altamente competitivas, evaluadas no solo por su interés técnico y mineralógico, sino por prioridades a la vista de expertos externos de renombrado prestigio".
El pacto europeo nació como una respuesta estratégica a los crecientes desafíos globales en el acceso, procesamiento y reciclaje de materias primas fundamentales. Entre sus metas está que en 2030 el 10% del consumo europeo de materias primas estratégicas provenga de producción interna, el 40% procesado dentro de la UE y el 15% venga del reciclado.
Con estas premisas, la normativa propone simplificar y acelerar los procedimientos administrativos para proyectos que sean seleccionados como estratégicos, fomentando la inversión en nuevas minas, plantas de procesamiento y centros de reciclaje en suelo europeo.
Una normativa que trata de dar un paso hacia la soberanía industrial de Europa, en una apuesta por la transición ecológica y digital que se base en la innovación y la sostenibilidad. Con los proyectos seleccionados se trata de invitar a iniciativas a que mejoren la extracción, procesamiento y reciclaje de los recursos esenciales.
Así, aquellos seleccionados reciben apoyo coordinado en financiamiento, conexiones comerciales y permisos simplificados. Ahora bien, tienen que demostrar una viabilidad técnica, sostenibilidad, impacto positivo transfronterizo y contribuir a la seguridad estratégica de la UE en sectores como la digitalización, la defensa, la transición energética y la aeroespacial.
En la primera tanda, la UE movilizará una inversión para 47 proyectos estratégicos de 22.500 millones de euros. Cuesta López aclara que los que se han seleccionado en esta primera ronda se han "concentrado especialmente en la cadena de valor relacionada con baterías y defensa".
En este sentido, incide en que la selección de las iniciativas se ha centrado en materias como el grafito, el níquel, el litio, el cobalto, el tungsteno y las tierras raras. El experto explica que la CE sigue una serie de directrices "muy claras" para declarar un proyecto como estratégico.
De esta manera, no se considera únicamente el tipo de material a explotar, sino que también se tiene en cuenta el impacto económico del proyecto, su contribución a la autonomía europea, la viabilidad medioambiental y económica y cómo generará valor complementando y asegurando el suministro en las cadenas de valor industriales clave a las que el mineral en cuestión pertenece.
Cuestiones que llevan también a tener en cuenta aspectos logísticos y su coherencia con los planes de desarrollo europeos. El director del ISMC e ICAMCyL cree que la selección de un proyecto estratégico en Castilla y León "favorecerá no solo a la empresa tractora implicada, sino también una red de empresas proveedoras y prestadoras de servicios".
Algo que traerá consigo la generación de empleos directos e indirectos. Pero, en cualquier caso, considera "fundamental" comprender que, aunque un proyecto estratégico puede ser el pilar inicial para crear un ecosistema innovador basado en recursos endógenos, "resulta crucial completar la construcción de dicho ecosistema".

Santiago Cuesta López, director general de la fundación ICAMCyL Foto cedida
Para ello, Cuesta López apunta que la CE pone a disposición no solo estos proyectos estratégicos bajo su paraguas, sino que también ofrece fondos europeos complementarios como es el caso de los Fondos de Inversión e Innovación Interregional, los Fondos de Desarrollo Regional, el Fondo de Innovación y un plan concreto para financiar tecnologías dentro del programa Horizonte Europa.
Por eso, reivindica la importancia de que Castilla y León apueste por consolidar los ecosistemas de innovación, aglutinando a todos los actores implicados y en aras de atraer inversiones de empresas especializadas en la transformación de materias primas, fomentando y catalizando un "amplio desarrollo industrial alrededor de proyectos estratégicos, especialmente en áreas en las que la región cuenta con importantes reservas confirmadas".
Tungsteno, litio o tántalo
Y es que Castilla y León, en concreto la provincia de Salamanca, podría disponer de más del 10% de las reservas de tungsteno del mundo. Precisamente, el proyecto de Barruecopardo representa una de las reservas "más significativas en Europa occidental".
Actualmente explotada por Saloro S.L.U., dispone de unas reservas totales dentro del tajo abierto de 8,69 millones de toneladas. A esto hay que sumarle recursos medidos, indicados e inferidos que llegan a las 27,39 millones de toneladas, según destaca Cuesta López.
El tungsteno es un metal crítico para la industria por sus propiedades excepcionales. Tiene el punto de fusión más alto de todos los metales (3.422 ºC), alta resistencia a la corrosión y el desgaste, y una gran conductividad térmica y eléctrica.
Por ello, es "insustituible" en diversos sectores y se aplica principalmente en herramientas de corte y perforación, componentes de maquinaria para minería y construcción, superaleaciones para turbinas de aviación, contactos electrónicos y en la fabricación de lámparas y equipos de rayos X.
El experto del ISMC e ICAMCyL matiza que la explotación de Barruecopardo podría cubrir el 13% del suministro mundial de concentrado de tungsteno fuera de China. "Una cifra relevante si se considera la actual escasez global de este recurso estratégico", añade.
Bajo este contexto, resalta que Saloro sería uno de los "productores más competitivos del mercado occidental" en este material. Por ello, destaca su relevancia para la UE ante una situación geopolítica como la actual, dado que es un material de "gran valor estratégico en el ámbito militar", para la fabricación de proyectiles perforantes usados en municiones antiblindajes, misiles, cabezas de guerra, obuses y material balístico para estabilizar proyectiles y mejorar su capacidad de impacto.
También la provincia salmantina es un "enclave emergente dentro del mapa europeo del litio", según Cuesta López, siendo este un material "esencial" en la transición energética y la industria de baterías.
En este sentido, apunta a proyectos de exploración avanzados como el de Villasrubias, de Tecnology Metals Europe S.L., en alianza con Energy Transition Minerals LTD. Ubicado en el sureste de la provincia, próximo a la frontera con Portugal, dispone de un permiso de investigación de 11,4 kilómetros cuadrados, centrado en un sistema de diques aplo-pegmatíticos con presencia de litio, tántalo, niobio y estaño.
De nuevo, la provincia de Salamanca vuelve a ser protagonista cuando se habla de las reservas de uranio, entre las que destaca la de Saelices el Chico, considerado como el "más importante" del macizo ibérico español.
Dicho proyecto, recuerda Cuesta López, fue explotado por la Empresa Nacional de Uranio (Enusa) entre 1974 y 2001, pero abandonado por la disminución de la rentabilidad.
No obstante, también destaca el proyecto de Retortillo, impulsado por Berkeley Minera España, que ha propuesto desarrollar una mina de uranio a cielo abierto que podría abastecer más del 100% de la demanda doméstica española y aportar el 15% del consumo europeo.
Otros materiales críticos que se encuentran en Castilla y León son el tántalo, especialmente en la zona de Ciudad Rodrigo, con el proyecto de Fregeneda-Almendra), o el de Hinojosa, que comprende una superficie de unos 38 kilómetros cuadrados al norte de la provincia charra.
Por último, está el magnesio, presente en la comarca de Las Merindades, en Burgos, o el proyecto de Borobia, en Soria, gestionado por Magnesitas y Dolomías de Borobia, con unas reservas estimadas de unas 20 millones de toneladas de magnesita y una vida útil prevista de unos 30 años.
El asesor experto de la OECD aboga, ante todo esto, por la importancia de apostar por la minería sostenible y el respeto a las comunidades locales. Aspectos impulsados por ICAMCyL e ISMC y que se alinean con los dictámenes lanzados por la UE.
Minería del siglo XXI
De esta manera, subraya que la minería del siglo XXI tiene el reto de "reinventarse para responder a las exigencias de un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental y social de sus actividades productivas" y destaca que la minería sostenible "ya no es una opción, sino una necesidad".
En este sentido, defiende que reducir la huella ecológica supone un "eje central" para minimizar las emisiones, optimizar el consumo energético, utilizar energías limpias y garantizar una gestión responsable de los residuos como "prioridades ineludibles".
Asimismo, asevera que el diseño de las operaciones mineras han de contar con planes de restauración y cierre que garanticen la recuperación de los ecosistemas allá donde se implanten una vez cese la actividad y resalta el "respeto por la biodiversidad".
"Las zonas de explotación deben convivir con entornos naturales delicados, lo que exige una evaluación rigurosa de los impactos y una planificación estratégica que evite la fragmentación de hábitats, la contaminación de aguas y la alteración de especies protegidas", puntualiza.

Santiago Cuesta López, del ICAMCyL y el ISMC, durante una conferencia
Para ello, la UE, afirma, fomenta marcos regulatorios "estrictos" que obligan a las empresas a incorporar medidas de protección ambiental desde su fase de exploración, "priorizando el equilibrio entre desarrollo económico y conservación de la naturaleza".
A modo de conclusión, Cuesta López matiza que Europa "no va a aceptar ni impulsar ni un solo proyecto que no sea aceptado por las comunidades locales y que no tenga un plan completo medioambiental desde la fase de exploración hasta el cierre y restauración".
Por último, se refiere a los relaves mineros y escombreras históricas como una "solución estratégica" que garantice el suministro sostenible y competitivo de estos recursos esenciales. Algo que permitirá recuperar materiales valiosos que antes eran residuos y también reducirá la "presión ambiental y social asociada a nuevas operaciones extractivas".
El director general del ICAMCyL y el ISMC explica que muchas de estas escombreras y depósitos de relaves cuentan con concentraciones económicamente recuperables de materiales como cobalto, litio, níquel, tierras raras, escandio o estaño, entre otros.
De esta manera, sitúa a Castilla y León, "con un legado minero histórico y una base geológica diversa",ante una "oportunidad de generar valor añadido, activar la reconversión industrial de antiguos distritos mineros y posicionarse como un nodo estratégico dentro de la nueva geografía minera europea".
"Apostar por esta minería circular es apostar por una soberanía material sostenible, tecnológica y geopolítica, vital para el futuro del continente", zanja Santiago Cuesta López, director general de ICAMCyL y el ISMC, además de asesor experto de la OECD y el Banco Europeo de Inversiones Mineras.