El lado más personal de Pedro García Aguado: de sus dos hijas a su carrera frustrada por la adicción a las drogas
El exwaterporlista se convirtió en el ganador de la última edición de 'Supervivientes', tras vencer a Rubén Torres en una ajustada votación.
19 junio, 2024 08:35Supervivientes proclamó la pasada noche al ganador de su última edición. Pedro García Aguado se convirtió en el nuevo vencedor del concurso de Telecinco y se hizo con un valioso cheque de 200.000 euros. La votación final fue muy reñida, puesto que el exwaterpolista logró un 54% de los votos, frente al 46% de Rubén Torres, el otro flamante finalista.
Fueron cuatro los concursantes que llegaron a la gran gala final de Supervivientes. Arkano tuvo que conformarse con una cuarta posición, mientras que Marieta ocupó un digno tercer puesto, tras batirse en una votación con García Aguado, que recibió mayor apoyo del público.
El que fuera presentador de Hermano mayor recibió de nuevo el apoyo de los espectadores en una ajustada votación final con Rubén Torres. Tras proclamarse ganador de Supervivientes 2024, García Aguado anunció en qué iba a invertir los 200.000 euros del premio. "Voy a ayudar a mucha gente con este premio", señaló. Además, el concursante había revelado que le gustaría abrir un fondo de inversión a sus hijas y ahorrar parte del dinero.
El concurso de García Aguado ha sido una carrera ascendente. Y es que el exwaterpolista estuvo a punto de abandonar en las primeras semanas de concurso. Sin embargo, supo sobreponerse a la adversidad y aguantar más de tres meses en las playas de Honduras.
En la gran final, García Aguado recibió la sorpresa de dos personas muy importantes en su vida. Por un lado, su padre, Benancio y, por otro, su entrenador, Mariano, a quien definió en una ocasión en Supervivientes como "su salvador".
La etapa más "oscura" de su vida
García Aguado no tuvo problema en abrirse ante los espectadores durante el concurso y confesar el episodio más duro de su vida en 'El puente de las emociones'. El concursante recordó el divorcio de sus padres, cuando él tenía 12 años. "Mi madre fue una mujer muy valiente, lo he visto con el tiempo. Se peleó con su familia, una familia conservadora. Generé mucha rabia y mucho odio que me acompañó durante mucho tiempo", confesó.
Con 12 años, García Aguado decidió comenzar a practicar waterpolo, un deporte que le llevaría a lo más alto en el mundo del deporte: los Juegos Olímpicos. "Fuimos un equipo de leyenda, fue la mejor época de mi vida", aseguró. Sin embargo, este momento de su vida se vio truncado por su adicción a las drogas.
"Era tan feliz jugando al waterpolo, era tan bueno, pero no me lo creía. Y por la mala vida, empecé a tener hábitos poco saludables, celebraciones, consumo de alcohol y otras sustancias, y mi carrera fue cayendo en picado desde 1998 hasta el 2003, cuando ingreso en un centro terapéutico. Mucha rabia porque el waterpolo me lo dio todo, pero no lo supe gestionar", admitió en Supervivientes.
Con 32 años, el deportista olímpico tocó techo: "No escuchaba ni a mi padre ni a mi madre. En el año 2000 lo había perdido todo: mi capacidad de jugar, mi alegría, no era el mismo. No tenía capacidad de más de tres días sin consumir, consumía alcohol en casa estando solo". Sus adicciones convirtieron los cinco últimos años de su carrera en un "verdadero infierno", confesó.
Sus dos hijas, Claudia y Natalia
García Aguado tuvo que ingresar en una clínica para superar su adicción a las drogas. Una dura etapa de su vida que supo reconvertir después en ayuda a otros jóvenes que estuvieran pasando por una situación similar. Fue a través del concurso Hermano mayor, donde ayudaba a adolescentes a superar problemas de conducta.
En 'El puente de las emociones', García Aguado también habló de los dos pilares más importantes de su vida: sus hijas Claudia (25 años) y Natalia (23). La primera fue fruto de su primer matrimonio, una relación de cuatro años que se rompió por su adicción a las drogas, cuando la niña tenía tan solo ocho meses.
Ver esta publicación en Instagram
García Aguado comenzó una nueva relación dos años después, de la que nació su segunda hija, en plenos Juegos Olímpicos de Sídney en el año 2000. Al poco tiempo, la pareja rompió, por el mismo motivo, la adicción a las drogas. Natalia es ahora una gran aficionada a la hípica. "Yo a mis hijas siempre les digo: 'Hijas mías, yo os quiero tal y como sois. Eso a ellas les hace sentir seguras para no entrar en contacto con esas sustancias tan peligrosas antes de tiempo", contó en una entrevista a El Mundo.
En la actualidad, el exwaterpolista vive una vida plena, dedicada a ayudar a otros jóvenes en situaciones desfavorecidas y con adicción a las drogas, algo que compatibiliza con colaboraciones en televisión. En el lado sentimental, García Aguado tiene una nueva relación, aunque no ha trascendido la identidad de su nueva pareja.