Imagen del último programa de ‘Sálvame’.

Imagen del último programa de ‘Sálvame’.

Bluper ANÁLISIS

‘Sálvame’ ha muerto matando: dardos por doquier, surrealismo puro y promoción de la competencia

El programa de Telecinco nos ha regalado un último chuminero y ha acabado haciendo promoción del nuevo proyecto de Netflix.

23 junio, 2023 23:02

¿Cómo sería el final de Sálvame? Esa era la pregunta que todos los espectadores nos hacíamos en estos días, esperando su última emisión este viernes 23 de junio, noche de San Juan y aniversario de la muerte Mila Ximénez. Rondando las cinco de la tarde, por fin, Telecinco nos sacaba de dudas.

Bienvenidos a la última función de Sálvame”, nos decían nada más empezar el ya histórico formato de La Fábrica de la Tele, mientras aparecían imágenes de toda su historia. Una de las primeras era Jorge Javier Vázquez bajando del techo, al más puro estilo Moulin Rouge. Era una forma de decir que nos han ofrecido un auténtico circo o cabaré durante estos 14 años. “Solo muere lo que no se olvida, Sálvame será eterno”, nos decían.

Efectivamente, lo de hoy no ha sido un funeral. O al menos, en el sentido clásico. Ha sido una auténtica fiesta en la que todo el mundo se ha mostrado feliz por haber formado parte del programa, con el público y colaboradores vestidos de blancos (el luto a la italiana, como nos enseñó Ana Obregón, por cierto). Todos reían, bailaban, al ritmo del I will sourvive de Gloria Gaynor. Una forma de decirnos que Sálvame acaba, pero que sobrevivirán. Y eso que todavía no se había confirmado el salto a Netflix.

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Como Germán González y el resto de locutores del magacín nos transmitían, con esta última entrega “nace el mito, la leyenda”. Como el Titanic, que más de un siglo después se sigue hablando de su naufragio. No ha faltado algún dardo como ese “14 mierdas que ahora nos comemos”, y es que no olvidemos que con el fin del formato muchos son los que se irán al paro.

Huelga decir que Jorge Javier Vázquez ha sido el gran ausente de este último show. El comunicador de Badalona lleva algunas semanas alejado de la pequeña pantalla por una baja médica, pero su labor ha sido constantemente ensalzada. Como se ha mencionado, él siempre será Sálvame, y Sálvame siempre será Jorge Javier Vázquez, por más que pasen los años y lo acabemos viendo al frente de otros formatos.

Lo cierto es que ha sido un hermoso último programa, en el que ellos mismos se han echado flores por su trabajo. Por haber creado de temas insustanciales auténticos culebrones, por haber trasladado alegría al público en momentos difíciles, por entretener mientras fuera del plató había crisis, guerra, desgracias y tragedias. No faltaron referencias a la pandemia, y cómo lo vivieron aquellos que iban al plató y los que no se atrevían por miedo y prudencia. Aquella época que queremos pensar como lejana en la que todas las demás cadenas no paraban de dar datos de la crisis sanitaria del coronavirus, mientras en Sálvame intentaban entretener con temas más baladíes.

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Sálvame deja a muchas personas un tanto huérfanas. Belén Esteban, en una conexión, se volcaba con unos ancianos que contaban que con Sálvame “se me va mi vida” porque no se perdían nada, y disfrutaban especialmente cuando se peleaban. Así, tal como analizábamos en estas páginas, quedaba demostrado que Sálvame cubría una labor social, la de acompañar a un público que a menudo sufre de soledad, quizá en la línea de lo que hace Juan y Medio en Andalucía o Ramón García en la televisión manchega.

Sálvame murió matando. Hasta el último día estuvo tocando un poco las narices por aquí y por allá. En un bloque en el que todos alababan a Jorge, Kiko Hernández tomó la palabra y parecía que iba a decirle algo bonito, pero con mucha acidez afirmó que, de quedarse con un presentador del espacio, lo haría con Paz Padilla. Corriendo un tupido velo, le dijo a Jorge que le quiere, que sin él todo habría sido muy difícil, que era el hilo conductor de todas las tramas y que él sabía cómo hacer que subiese el pan cuando la cosa decaía.

También dio la lata a Isabel Gemio, María José Campanario, Jesulín de Ubrique, Ángel Garó, Rosa Benito u Olvido Hormigos, celebridades que se han manifestado contrarias al programa en muchas ocasiones y a las que quisieron invitar a aquel fin de fiesta. Obviamente, ninguno aceptó, si bien Olvido y María José Campanario supieron declinar la propuesta con cierto gracejo. Y, sin dar nombres, ofrecieron material inédito del programa que nunca conoceremos, como el testimonio de una amante de un torero, de un futbolista, o el breve audio de una presentadora “reventada” que fue colaboradora en 2012 y que llamó “maricones” a sus directores en una pillada. También criticaba a Paz Padilla por “ponerle la zancadilla” y aseguraba que sin ella “el programa se hunde”. Por fechas, podría tratarse de Mónica Pont, pero ya nunca lo sabremos.

Ojo, que hasta Lydia Lozano ha cobrado: su famoso y censurado polígrafo formará parte de una cápsula del tiempo del programa, y que se abrirá dentro de cien años. Y Laura Fa ha mandado un zasca a Mediaset por prescindir de Carlota Corredera, dando a entender que su salida se produjo por su defensa de Rocío Carrasco.

Sálvame ha sido delirante hasta el último minuto. Lydia Lozano ha bailado el chuminero, hemos visto a Terelu Campos desplazada en una carretilla, y Chelo García-Cortés nos regaló su último Diario Che, que estuvo dedicado a todo el equipo que hay tras las cámaras. Y es que han sido muchas las ocasiones a lo largo del programa en la que se ha agradecido el esfuerzo de reporteros, guionistas y demás profesionales que no son los que siempre veíamos dar noticias o pelearse en el plató.

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La fiesta no paró a lo largo de toda la tarde, y han sonado temas en directo como el No dejes de soñar de Manuel Carrasco, la sintonía del programa, el nuevo tema Borrón y cuenta nueva, e incluso hubo un guiño a Karmele Marchante, cuyo nombre no se pronunció, pero sí se escuchó su tema Soy un tsunami. Ya saben, aquel con el que quería ir a Eurovisión, y que fue el más votado por los espectadores sobre sus otras dos propuestas, las olvidadas La Carmelita y Las mujeres al poder.

Siendo un día tan señalado, me resultó llamativo que no hubiese ningún bloque de vídeos dedicado a la memoria de Mila Ximénez. Normal, por otro lado. En esta tarde, la sensibilidad de todos estaba a flor de piel, con gente que ni podía hablar con la emoción. En ese sentido, destacar el momento en el que Germán González, quien tanto nos hacía reír con sus locuciones, no podía leer dos frases seguidas sin tomar aire y secarse alguna lágrima. Solo falta recordar una vez más a la que fuese concursante de Supervivientes para que nadie pudiese articular palabra. De hecho, ya cubrieron esa tarea pendiente hace unos meses, en la celebración del 14 aniversario del formato.

En las últimas semanas, muchas han sido las ocasiones en las que los colaboradores venían a decir que Sálvame no se acaba. Que continuará, por mucho que este 23 de junio se disfrutase de su última entrega. Hoy se ha confirmado el porqué de estas pistas. Kiko Hernández, Kiko Matamoros, Terelu Campos, Víctor Sandoval, Belén Esteban, Lydia Lozano, María Patiño y Chelo García-Cortés tendrán su propio programa en Netflix. Y lo han anunciado como si de una bomba se tratase, con todos alrededor del director David Valldeperas. Lo más llamativo del asunto es que desde Telecinco han invitado a la gente a asomarse a una plataforma de pago, con júbilo. “¡Nos vamos a América!”, exclamaba Belén, quien no dudó en invitar a este nuevo formato a Pedro Piqueras cuando se lo cruzó por un pasillo. “Nos vamos a Miami, ¿te vienes con nosotros?”, le preguntaba al presentador de Informativos Telecinco. Al momento, el gigante del streaming compartía un vídeo promocional de este nuevo formato, que llegará “próximamente”.

Tal como estaba previsto, el programa finalizó con una hoguera prendida con parte del decorado y algunos de los secretos que no nos han desvelado en más de esta década colándose cada tarde en nuestros hogares. Todo ello con aires de ceremonia olímpica y música emotiva. Ahí ya las lágrimas no se podían contener. Es verdad, Sálvame, finalmente, se ha convertido en un náufrago. Y al más puro estilo First Dates, el programa quiso contarle a los espectadores qué será de cada uno de sus protagonistas. Que si Belén Esteban grabará un disco, que si Rafa Mora vivirá en Valencia con Macarena. O que si alguno, como Gema López, acabará yéndose a la antaño conocida cadena triste, Antena 3. Algo que no suena nada descabellado, después de que en los últimos días Atresmedia haya echado el lazo a históricas colaboradoras de Ana Rosa como Paloma García-Pelayo, Beatriz Cortázar y Cruz Morcillo.