Borja Prado, presidente de Mediaset España, en una imagen de archivo.

Borja Prado, presidente de Mediaset España, en una imagen de archivo. EFE

Bluper ANÁLISIS

2023, el año en que Borja Prado y su equipo tendrán que resucitar a Telecinco tras la era Vasile

La cadena ha cerrado 2022 con su peor dato histórico de audiencias y muy lejos del liderazgo de Antena 3. 

1 enero, 2023 10:30

Hace ahora dos semanas, tras dos años sin celebraciones debido a la pandemia del COVID, Mediaset España celebraba su tradicional copa de Navidad con la prensa a la que acudía por última vez el consejero delegado del grupo, Paolo Vasile, y un nutrido grupo de directivos.

Al igual que en anteriores ocasiones, el italiano se vio rodeado de periodistas que, ansiosos por sacarle algún titular al directivo sobre su marcha, lo más que se llevaron a casa fueron las mismas anécdotas de siempre, como lo mal que se llevó con José Luis Rodríguez Zapatero.

La noticia, sin embargo, estaba en otro sitio, en los demás directivos del grupo, que son los que se quedan. Se notaba que el regio jefe estaba ya de salida y el ambiente fue mucho más distendido para charlar con ellos sobre la nueva etapa que se abre a partir del 1 de enero de 2023.

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Existe ilusión, ganas por afrontar el reto de recuperar el liderazgo en audiencias en manos de Antena 3 desde hace ya un año. De iniciar una nueva etapa en la que sus voces puedan ser escuchadas, en la que se pueda apostar por otro tipo de productos, de trabajar más a largo plazo para adaptarse a los nuevos consumos. Pero, también hay mucha prudencia. 

Y es que, a pesar de que se antoja necesaria una gran reforma en el modelo televisivo, no hay que olvidar que el grupo presentó en noviembre sus resultados de los nueve primeros meses del año en los incrementó su beneficio neto hasta los 116,8 millones de euros. Y eso sin liderar ningún mes.

Además, como ya analizamos, si tiramos de hemeroteca, allá por el año 2009 Vasile decidió que era necesaria una profunda remodelación de la cadena después de que Telecinco perdiera el liderazgo en favor de La 1. "Hay un ciclo de programaciones que se ha agotado y no sólo afecta a Telecinco, sino a otras cadenas.El corazón agresivo ha muerto", confesaba el italiano. 

Fue entonces cuando decidió dar un giro en la programación y estrenó una docena de nuevos formatos entre los que se encontraban Las gafas de Angelino, ¿Xq no te callas?, La tribu, La guerra de los sesos, G-20, El Topo, La séptima silla o De buena ley. Solo este último consiguió mantenerse en la parrilla.

Ante este fracaso en la estrategia, Vasile recuperó el corazón más agresivo de Aquí no hay tomate con un nuevo espacio que llevaba por título Sálvame. El programa, que empezó como un debate nocturno de Supervivientes, pasó a ser un espacio diario que se convirtió no solo en pilar fundamental de la parrilla sino que impregnó todo el modelo.

Una reforma pausada 

De ahí que ahora los cambios que vayan a iniciar los nuevos mandamases de Mediaset España, Alessandro Salem, Massimo Musolino y Borja Prado, tengan que ser llevados a cabo con mucha prudencia pero, sobre todo, con mucha paciencia. Algo que muchas veces ha faltado en el grupo.

Es el caso, por ejemplo, de los dos nuevos concursos que ha estrenado Telecinco en su última franja de tarde, 25 palabras, con Christian Gálvez, y Reacción en cadena, con Ion Aramendi, para sustituir el último tramo de Sálvame. De momento, ninguno de los dos ha conseguido cuajar en la audiencia y ni siquiera alcanzan el 10% de cuota de pantalla.

Sin embargo, acostumbrar a los concursos a un público que lleva años amoldado a las noticias del corazón, no parece tarea fácil. Sobre todo cuando en la competencia ya existen otros programas más asentados como El Cazador o Pasapalabra, o en menor medida El Comodín. 

No obstante, precisamente ahí también está la prueba de que a este tipo de programas hay que darles tiempo. Pasapalabra comenzó perdiendo ante Sálvame Tomate en sus primeros meses. El Cazador no ha explotado en audiencias hasta el final de Boom! en Antena 3 y la llegada de Y ahora Sonsoles. Y El Comodín está consiguiendo ahora atrapar a la audiencia tras darse a conocer durante el Mundial de Catar. 

Cambiar la percepción

Telecinco da la sensación que ofrece al espectador lo mismo los siete días a la semana y varias veces. Los mismos personajes, los mismos conflictos… y a seguir con la rueda. De ahí que sea imprescindible la renovación de formatos y cambiar la percepción que tiene el espectador.

De ahí que se necesiten decisiones contundentes y, cómo no, presupuesto e inversión. Una televisión que antaño sorprendía con sus series, sus formatos de tarde y de prime time, y que hoy parece adormecida o preparando la almohada para seguir acomodada por los siglos como la nueva eterna segundona.

La apuesta por nuevos platós, nuevas caras en presentadores y colaboradores, nuevos formatos nuevos informativos, dejar a un lado el abuso del corazón y el escarnio se antoja inprescindible. Y, por supuesto, un necesario restyling de marca que pase por nuevos grafismos y mosca para que el espectador se dé cuenta de que Telecinco puede, si es que quiere, ser una nueva televisión que ilusione y lidere.

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Mientras que las demás cadenas han invertido en diferentes renovaciones en los platós de sus informativos, la política de ahorro de gasto de Fuencarral no solo se ha hecho notar en los diferentes programas que se estrenan, todos desde un par de platós de televisión cambiando luces y mesas. También en los propios informativos que siguen siendo los mismos desde hace casi dos décadas.

Una imagen de absoluta dejadez que, sin duda, merma la imagen de la cadena como una gran cadena que apuesta por ofrecer televisión en mayúscula, espectáculo y novedades como se ha convertido Antena 3 para el espectador. Una dejadez que también ha llevado al grupo a perder influencia política. 

Por eso, ahora que 2023 va a ser un año electoral, se antoja vital que el grupo apueste más por sus informativos. Algo de lo que parece no hay dudas en el sector dado que el presidente Borja Prado asumirá las labores de apoyo y colaboración a la línea editorial de los programas informativos.