Alicante

El incio de año supuso la certificación por parte del Gobierno central de Pedro Sánchez (PSOE-UP) de sus planes para el "derribo controlado" del trasvase Tajo-Segura, una infraestructura que se ideó en la Segunda República y que trae agua al levante español desde 1979. Una de las 15 transferencias hídricas de España, pero la única que ha generado conflictos territoriales más allá de los partidos políticos y que genera discursos diferentes de compañeros del mismo partido en diferentes comunidades autónomas.

El pasado viernes, el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page (PSOE), centró su discurso de campaña en los recortes conseguidos durante la última legislatura. El último, el aumento de caudales ecológicos en el Tajo que supone ya un recorte de agua que llega a la Comunidad Valenciana. 

Tal y como informa EL ESPAÑOL, Page alentó a su electorado socialista a "hacer irreversible el acuerdo a favor del Tajo que hemos conseguido". Y afirmó que el actual mandato ha sido "el más provechoso" para Castilla-La Mancha. Llegando más allá y mostrando su "miedo político" que le da que "PP y Vox tengan en sus manos las riendas de la comunidad y del agua".

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Estas declaraciones se producían la misma semana en la que el Tribunal Supremo echaba por tierra la estrategia del también socialista Ximo Puig, de paralizar esos recortes en los tribunales. Así, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha desestimado la suspensión cautelar del escalonamiento de los caudales ecológicos del Tajo para los años 2026 y 2027, entre la presa de Bolarque y el embalse de Valdecañas.

Sin embargo, Puig ha tratado de que esta derrota judicial no centre la campaña electoral en la Comunidad Valenciana. Puig se ha limitado a pedir a la Abogacía de la Generalitat que estudie un nuevo recurso pero ha evitado que sea uno de los mensajes principales de su campaña para revalidar la Generalitat junto a Compromís y Unidas-Podemos.

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Sin embargo, en la precampaña sí se centró en el mensaje "trasvasista" para arremeter contra el PP valenciano (y por extensión el murciano y el andaluz que comparten la transferencia) pidiendo al PP que dejase "de tratar a la gente como imbéciles" ya que, reitero, su defensa del trasvase es férrea e "irrenunciable".

Y de nuevo, insistió en otras posibilidades para tener recursos hídricos suficientes para el campo alicantino como la desalación, la depuración y la reutilización. En el fondo, la hoja de ruta marcada por la ministra socialista Teresa Ribera, que durante este mandato ha puesto por escrito las intenciones de que cada comunidad sea autosuficiente en materia hídrica. O lo que es lo mismo, acabar con el trasvase y sustituyéndolo por la promesa de inversiones.

¿Esta el Gobierno central sacrificando las posibilidades del PSOE en la Comunidad Valenciana errando en el mensaje hídrico en la provincia de Alicante? o ¿tiene el PSOE calculado el desgaste de Puig frente al sector agroalimentario y éste resultará insuficiente para perder la Generalitat? El próximo 28 de mayo los resultados del PSOE en Andalucía, Murcia y Alicante darán y quitarán razones.