La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera (PSOE), de quien dependen los planes de cuenca que como el del Tajo acaba de aprobarse suponiendo un nuevo golpe para el trasvase hacia Alicante, Murcia y Almería, ha justificado su hoja de ruta contra la transferencia hídrica en el "cambio climático".
Sin embargo, los últimos estudios científicos sobre huella de carbono desmienten estos argumentos. Incluso los informes avalados y en colaboración del Gobierno español a través del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (MINECO), la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
En concreto, los profesores de Bernardo Martin-Gorriz , Victoriano Martínez-Alvarez, José Francisco Maestre-Valero y Belén Gallego-Elvira, aseguran en un informe de la Cátedra Trasvase y Sostenibilidad–José Manuel Claver Valderas de la Universidad de Cartagena, que "una sustitución completa del suministro del trasvase por agua desalada podría aumentar la emisión de gases de efecto invernadero hasta un 50% y reducir el balance carbono en un 41%".
"Aunque la incorporación del suministro de agua desalada a la agricultura de regadío puede mejorar su resilencia en presencia de escasez de agua, apoyando así el desarrollo socioeconómico asociado, disminuye su papel de sumidero de CO2 y, en consecuencia, su potencial mitigación del cambio climático", concluyen.
En este y otros estudios similares se basan el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) para cifrar en 1,2 millones de toneladas anuales de CO2 eliminadas de la atmósfera con los cultivos de toda la superficie que riega el agua del Tajo en las Comunidades del levante español.
De hecho, los expertos van más y analizan los distintos tipos de cultivo y su impacto en la atmósfera, ya sea de hortalizas o de cítricos, que son los dos cultivos fundamentales en la Vega Baja alicantina.
Así, sostienen que "los resultados por grupos de cultivos ponen de manifiesto que los cultivos leñosos (cítricos y frutales no cítricos) presentan un balance de carbono por hectárea mucho más favorable que los cultivos hortícolas al aire libre".
En un resumen de su estudio publicado por el Scrats, afirman que "el rol como sumidero de los regadíos de trasvase Tajo-Segura podría ser superior si se suministrase el 100% de las concesiones a las Zonas Regables del trasvase, lo que permitiría regar su superficie nominal según concesiones (133.356 hectáreas).
"Bajo esta premisa, -continúan- la capacidad como sumidero de carbono de los regadíos de trasvase Tajo-Segura alcanzaría los -1.628.582 toneladas al año para el
escenario concesional, disminuyendo en 675.152 toneladas al año en el caso de que se sustituyese el suministro de 400 hm3 al año del agua del trasvase por agua marina desalinizada (escenario de sustitución del trasvase por desalación). Para este caso hipotético, la remoción de CO2 alcanzaría -2.965.523 t CO2/año para ambos escenarios".