Los expertos de la UA Olcina y Maestre alertan: "Hay que buscar una alternativa al trasvase a medio plazo"
El Premio Nacional de Investigación publica en su blog un encuentro con el catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante en el que piden "transparencia y diálogo".
29 marzo, 2023 12:32"En cuestiones hídricas la transparencia y el diálogo son esenciales para una gestión sin conflicto. Si esto falla, surgen las tensiones y el interesado aprovechamiento político de la coyuntura". Este es uno de los principales mensajes lanzados por Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, en el blog Arida Cutis, de Fernando T. Maestre, Premio Rei Jaume I en Protección del Medio Ambiente (2020), y el Premio Nacional de Investigación Alejandro Malaspina (2022).
El principal investigador del Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global de la Universidad de Alicante, ha recogido en la web que comparte con Santiago Soliveres y Juan Martínez Valderrama, el encuentro con Olcina, que hace un repaso de la historia y posibilidades de futuro de la transferencia hídrica bajo el título Trasvase Tajo-Segura: futuro incierto.
Olcina se adentra en los principales conflictos políticos que ha generado los continuos recortes de caudales en el Levante español. Incluso el último, la aprobación de unos caudales ecológicos en el Tajo que reducirán las transferencias.
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En este sentido, se muestra muy crítico con el sucedido en los últimos meses: "No se puede aprovechar la coyuntura de aprobación de los planes de demarcación hidrográfica para aplicar medidas, seguramente necesarias, (p.e. incremento de caudales ecológicos) pero que no se han explicado con detalle a los usuarios de las aguas del trasvase. Y, lo peor, no se han buscado alternativas para sustituir esos menores caudales que llegarán".
Y es tajante: "En los próximos años debe trabajarse una solución definitiva para el futuro del trasvase del Tajo-Segura". "Urge trabajar en la puesta en marcha de un plan alternativo al trasvase Tajo-Segura con un horizonte de medio plazo".
Para ello, propone dos "escenarios de acción posibles". Por un lado, "mantener la situación actual sin tener en cuenta los efectos del cambio climático en los caudales fluviales". Sobre esta posibilidad Olcina afirma que "es la política del avestruz y conduce al engaño de los colectivos implicados (regadío y abastecimientos) en la cuenca receptora".
El otro escenario es "aplicarse en la búsqueda de soluciones viables para la progresiva sustitución de los volúmenes de transferencia desde el Tajo al Segura, a la vista de las evidencias que ya manifiesta el proceso de calentamiento climático en las lluvias y los caudales disponibles". Algo que su opinión es la "práctica sensata de soluciones ante una realidad que va a ir a peor".
En este sentido, Olcina considera que "disponemos ahora, además, de un marco normativo (Ley de Cambio Climático de 2021) que nos obliga a adaptar la planificación hidrológica y territorial a los efectos del cambio climático. El trasvase Tajo-Segura es un buen laboratorio para comenzar a aplicar este mandato legal".
Visión objetiva
El texto del catedrático expone todas las aristas de un problema de déficit hídrico que parte de la propia planificación de la infraestructura. Así, expone que "los cálculos de base para el cálculo de caudales disponibles en la cabecera del Tajo no fueron, pues, del todo precisos; eran los que se podían realizar con la precariedad de instrumentación meteorológica existente entonces en nuestro país y especialmente en las áreas de montaña".
Han cambiado las condiciones climáticas y las políticas desde entonces ya que el trasvase se planificó en un régimen político que nada tiene que ver con la gestión territorial de cuando se puso en marcha la transferencia, con las comunidades autónomas.
Respecto a las climáticas Olcina afirma que "el trasvase Tajo-Segura podría dejar de funcionar a mediados del presente siglo, básicamente por causa climática. En las dos últimas décadas, se está produciendo un proceso significativo de reducción de precipitaciones en el sector meridional de la Cordillera Ibérica, donde tienen su nacimiento el Tajo y el Júcar".
Y continúa: "Si se comparan las aportaciones en cabecera del Tajo entre 1940-79 y 1980-2018, la reducción disponible se cifra en 275 hm3/año (...) A efectos prácticos, la realidad es que la cabecera del Tajo tiene menos agua disponible para trasvasar que cuando se puso en marcha el trasvase".
Además, en el contexto internacional, "la Directiva Marco de Agua de la Unión Europea (60/2000) impulsó un cambio en la manera de entender la planificación y gestión de este recurso básico para el funcionamiento de las sociedades. Debe primar la calidad sobre la cantidad en las acciones de planificación y gestión que lleven a cabo los Estados", recuerda el catedrático.