Hace apenas un mes, el entrenador del Elche, Sebastián Beccacece, afrontaba el partido ante el Andorra en el Martínez Valero con la incógnita de la que podía ser su última tarde en el banquillo. El conjunto ilicitano afrontaba el partido con la autoestima por los suelos tras caer en Gijón (2-0) y bajo una enorme presión autoimpuesta por el técnico argentino, que se autoimpuso un ultimátum para hacer despegar al equipo.
El gol de Borja Garcés, en el tiempo de descuento, le dio la victoria al Elche y marcó un punto de inflexión en la trayectoria del conjunto franjiverde, que a partir de ese momento floreció. Cuatro victorias, tres de ellas de forma consecutiva como local, y dos empates, ambos a domicilio, han permitido al Elche alzar el vuelo desde la zona baja para situarse al borde de los puestos de la promoción de ascenso.
El repunte ilicitano, además, ha llegado en un contexto complicado, ya que a la siempre incómoda Copa del Rey, que también se saldó con triunfo, se sumaron las bajas por lesión de jugadores capitales, como Sergio León, Borja Garcés, Fidel Chaves y Pedro Bigas, además de la sanción de Nico Castro.
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Beccacece no sólo salvó el ultimátum con resultados, sino que además regeneró el vestuario al dar entrada en el equipo a varios canteranos, como Rodri Mendoza, Javier Pamies o Adam, cada vez con mayor peso y más minutos en las rotaciones franjiverdes.
El rosarino quería que el vestuario le demostrara "con resultados" su apoyo. Y lo ha conseguido. La racha actual ya es la mejor desde su llegada al banquillo, superando a la que logró en la recta final del pasado curso en Primera.
En aquel entonces, el Elche logró ganar al Atlético de Madrid (1-0) y al Athletic Club de Bilbao (0-1) y empatar frente al Cádiz (1-1), al Getafe (1-1) y Sevilla (1-1).
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Tras el partido de este sábado ante el Zaragoza, el entrenador argentino ha asegurado que esta buena dinámica permite seguir "dándole alimento al sueño, pero con prudencia", en clara alusión al ascenso. Y ha vuelto a referirse a su ultimátum al desvelar que el propietario del club, el argentino Christian Bragarnik, no estaba dispuesto, pasara lo que pasara en el citado partido ante el Andorra, a dejarle salir.
"Ni loco te vas", ha desvelado el entrenador que le dijo el propietario cuando le planteó su salida si no llegaban los resultados. "Los jugadores también hablaron en la cancha", ha añadido el rosarino en referencia al buen nivel mostrado por el grupo desde entonces.
"Yo estoy a gusto, pero después de veinte años en el fútbol, como en la vida, pasan estas cosas. Se exigen resultados. Veníamos de una gran ilusión por el final de la temporada pasada. Después de ese momento el equipo volvió a ser otro, a encontrarse. ¿Por qué? Porque ha pasado tiempo, o porque tenía que ser así", ha argumentado el técnico, que ya apunta a la próxima jornada, en la que el Elche tendrá la oportunidad de dar un golpe a la competición en su visita al Espanyol de Barcelona, el gran candidato al ascenso.