El Museo de Arte Contemporáneo de Alicante amplía la exhibición de Moving Forward, Looking Back. Entre la variada muestra de 58 artistas que presenta destaca la importancia de la representación de las mujeres, con grandes creadoras como Kara Walker, Barbara Kruger y las internacionales alicantinas Rosana Antolí o Susana Guerrero, entre muchas otras.
Y la primera de ellas que aparece en el recorrido que realiza Rosa Castells, como conservadora del centro y comisaria de esta muestra, es la cubana Carmen Herrera. "Es una artista cubana excepcional que solamente fue descubierta cuando tenía 80 años", empieza. Por ello afirma rotunda que "es una de esas artistas a las que reivindicar, volver a mirar y preguntarnos por qué Carmen Herrera estaba pintando y nadie lo sabía".
La elección de una artista que apuesta por lo geométrico a través de una serigrafía es un guiño también a Eusebio Sempere, quien donó su colección a la ciudad en lo que supuso el germen del MACA. "Cada exposición engarza con la siguiente o con la colección", recuerda Castells.
La comisaria parte de Herrera para lamentar que "una serie de mujeres estaban haciendo unas obras estupendas y nadie las había descubierto". Ese amplio listado de creadoras en el que incluye a Louise Bourgeois, Sophie Taeuber-Arp o Anni Albers, también presente en esta muestra, le sirve para replantear el tópico de "por qué no existen mujeres artistas" y responder con un claro que ha habido y solo faltaba ver su obra para comprobarlo.
Iluminada García Torres es otra de las veteranas que forma parte de la lista y la primera de la provincia de Alicante que aparece. "Empezó siendo figurativa y luego se volcó en esta etapa pictórica, con una especie de código científico" en el que se aprecia su estilo obsesivo de plantear los elementos dispuestos como en un espectrograma.
En esta parte inicial del recorrido se sitúa en medio de la sala el puma bicéfalo de Susana Guerrero, una evolución de la cabeza que usó para la producción propia del MACA con OtraDanza Rito. Castells apunta que esta, como el resto, forma parte de la colección donada por Michael Jenkins y Javier Romero, quienes la seleccionaron personalmente en una visita al taller en Elche de la creadora. "Es una cabeza muy especial, única, que Susana trata de una manera muy querida", añade.
Y de la escultura al vídeo Everything is circular until it's not de la alcoyana Rosana Antolí. "Sus vídeos son hipnóticos. Ha trabajado muchísimo lo que es el movimiento corporal. Siempre está ahí en la frontera, entre la danza y la performance". Castells lo vincula también con la última noticia que ha generado la artista, "la residencia operística que le acaban de dar porque, al fin y al cabo, sus piezas son como unas pequeñas óperas, donde hay de todo".
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La americana Kara Walker es la siguiente parada en este circuito con dos de sus obras, una de las artistas más representadas en esta colección. Su obra, como explica, "tiene siempre como trasfondo la esclavitud, la historia de la negritud en América. De una u otra manera, más o menos evidente, más crudamente o menos, pero siempre habla de ello".
Y en la pieza más grande de estas dos Walker elige "un grabado del éxodo de los confederados de Atlanta donde aparecen como esclavos o sirvientes y lo contrapone con una figura silueteada que al mismo tiempo deja ver otra figura silueteada y reflexiona sobre cómo estos grabados lavaban la imagen de la esclavitud y la daban por natural". Todo eso, además con un uso de la técnica "espectacular" y que compite con la cercana de Richard Serra.
La obra de Leslie Hewitt permite entrar en la fotografía, dentro de la variedad estilística que preside Moving Forward, Looking Back, con su serie de objetos dispersos por el suelo en ese instante perdido. Y de ahí pasar al detallismo de Vija Celmins que juega pintando una noche estrellada con los colores invertidos.
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El recorrido incluye también a Cecilia Vicuña, último premio de la Bienal de Venecia, la cubana Tania Bruguera con su Never forget your first revolution, cuyo nombre ha inspirado las actividades pedagógicas de este verano con su cuestionamiento de la represión, el control y el poder.
La rotundidad de la escultura de la alcoyana Nuria Fuster domina este segundo espacio del recorrido donde compite en tamaño con Marlene McCarty. Su Gina Grant dibujada a bolígrafo y lápiz dentro de su serie dedicada a los asesinos es una de las piezas más duras de esta muestra al retratar el alma de la adolescente que ha matado a su madre.
Ellen Gallagher con la reivindicación de la historia afroamericana por el cuestionamiento en las revistas de los años 50 al estereotipo de la belleza entre esta comunidad por sus pelos acompaña la estupenda fotografía de Nuestra Señora de las iguanas de Graciela Iturbide. Una visión conjunta que ahonda en el discurso de descolonizar la mirada de prejuicios que se mantiene como constante en la colección.