
Luisa R. Bueno, junto a su última novela 'Una Casa en la Vía Cuatro' .
Luisa R. Bueno, escritora: "No siento nostalgia al escribir historias del pasado porque la vida es mucho mejor ahora"
La autora, alicantina de adopción, reflexiona sobre la sociedad actual de la mano de su última novela, Una casa en la vía cuatro.
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Secretos familiares, amor no correspondido, saltos generacionales y situaciones con las que muchas familias de la época de la posguerra española pueden identificarse. Todo ello concentrado en una trama que sigue la historia familiar de Candela, una joven que regresa a su pueblo natal en busca de respuestas.
¿Cómo murió su madre? ¿Por qué su familia la envió a Madrid, dejando atrás su infancia? ¿Cuál es la incógnita que le impide encontrar la última pieza para completar el puzle sobre su familia y su vida?
En Una casa en la vía cuatro, Luisa Ruiz Bueno consigue abordar varios asuntos vitales y sumergir al lector en una aventura que, como poco, le seguirá marcando meses después de la finalización del libro.
"Mi novela más personal"
Ya han pasado más de veinte años desde que la escritora dejó su Zaragoza natal para mudarse a Alicante, un cambio de vida que asegura haber vivido como una "adopción", pues tantos años en la provincia le han dado para mucho.
Maestra de profesión, se considera escritora "de vocación". Una pasión por la literatura que la llevó a publicar su primera novela, Pequeñas cicatrices, en julio de 2020, tras la cual publicó Pinceladas de nosotros al año siguiente y, finalmente, Una casa en la Vía Cuatro en septiembre de 2023.
En una conversación con EL ESPAÑOL acerca del contenido y la identidad de cada una de sus novelas, Ruiz Bueno confiesa que esta última es su obra "más personal".
"Muchos de los acontecimientos y vivencias a los que se enfrentan los personajes de esta novela son experiencias reales que o bien gente de mi entorno o bien yo misma he vivido", argumenta.
Desde la propia "casa" de la Vía Cuatro hasta paisajes descritos bajo la inspiración de enclaves reales, la autora insiste en el alto porcentaje de realismo que contiene esta novela.
En la trama de Una casa en la Vía Cuatro, la estación de tren del ficticio municipio de San Basilio ostenta un gran protagonismo, pues ahí se detiene cada mañana el joven Nicolás a mirar los trenes pasar. Lugar enfrente del cual —alerta de spoiler— tendrá su propia casa con Natacha, el amor de su vida, años después.
Aunque San Basilio no exista en la realidad, esta estación de tren y esta casa corresponden a una imagen real que observó la propia autora: la de la casa que existe enfrente de la estación de tren de Talavera de la Reina, un municipio de la provincia de Toledo al que ha acudido en varias ocasiones al ser el domicilio de su hijo tras obtener su primer trabajo.
"Talavera me ha marcado mucho y esta novela contiene mucho de este precioso municipio", asegura.
Omnipresentes
Aunque con tramas totalmente distintas entre sí, las tres novelas de la escritora reúnen siempre dos ciudades: su Zaragoza natal y Alicante, su ciudad adoptiva.
"Siempre intento hacer mención a estas dos ciudades, como un guiño a dos lugares muy importantes en mi vida", añade.
En el caso de Una casa en la vía cuatro, Ruiz Bueno logra que el lector pasee por las calles de Zaragoza, ciudad que acoge a un joven Nicolás para sus estudios de Medicina. Este detalle supone otra de las conexiones de la novela con la vida de la propia escritora, pues su abuelo estudió y ejerció como médico en Zaragoza, profesión que comparten también su tía abuela, su hermana y su prima.
Alicante también cobra vida en la novela, siendo el escenario de las vacaciones de algunos de los personajes.
Saltos generacionales
En esta obra, la autora consigue pasar de una generación a otra de la mano de sus personajes: desde la historia de Natacha y Nicolás en la época de la posguerra, pasando por la trágica historia de su hija Inés y su marido Daniel, hasta Candela, que representa la última generación y es hija de estos dos últimos.
Todo un salto generacional que tiene como hilo conductor a Macarena, quien fue la mejor amiga de Natacha y acabará siendo la "segunda madre" de Candela. También es protagonista de un amor no correspondido, además de encarnar un claro ejemplo de cómo el amor, llevado a la devoción, puede convertirte en una persona que abandona sus propios sueños.
Sobre el amor y la vida reflexiona la autora en una conversación con EL ESPAÑOL.
Pregunta: Tú has vivido las tres generaciones que describe la novela. ¿Has sentido cierta nostalgia al escribirla?
Respuesta: Para nada, porque la sociedad actual es mucho mejor que las anteriores. En la época de Natacha o Inés, las mujeres no podían decidir por sí mismas y tenían la culpa hasta del acto más atroz al que una mujer puede ser sometida, como una violación. En la actualidad, las mujeres somos mucho más libres y podemos decidir por nosotras mismas. Hay incluso quien decide ser madre soltera, aunque creo que no pueden existir "supermadres" sin "superabuelos". Ser madre ya no implica sacrificar tanto los sueños y la carrera profesional como antes, aunque aún hace falta evolucionar más. En mi opinión, compensa mucho ser madre.
En mi caso, tuve la suerte de crecer en una familia adelantada a su época, pues mi madre era bastante feminista. He tenido una infancia feliz y repleta de valores de los cuales me siento orgullosa.
P: ¿Y crees que el concepto de familia ha cambiado en la actualidad?
R: Al ser más libres, sí es cierto que la gente suele saltar más de una relación a otra al detectar cualquier punto negativo y sí que se puede notar una cierta falta de compromiso en la sociedad actual. En general, creo que el concepto de familia sí ha cambiado, aunque no tiene por qué ser negativo.
Próximas creaciones
Luisa R. Bueno siempre está trabajando en historias que procura plasmar en papel para que sus lectores puedan deleitarse.
En este sentido, asegura a EL ESPAÑOL estar trabajando en dos novelas. Sin embargo, confiesa sentirse todavía "muy atrapada" en la trama de Una casa en la vía cuatro, hecho que le impide "avanzar como me gustaría" en sus futuras historias.
"Necesito que pase más tiempo para terminar de digerir la historia de Una casa en la Vía Cuatro y sacar mi próxima novela", concluye.