El impulso de viajar, actualmente reprimido por la pandemia, conlleva la búsqueda de nuevas experiencias y emociones. Descubrir lugares diferentes y paladear sensaciones.
El mundo está lleno de paisajes, y paisanajes, tan diversos como los olores o los sabores con los que podemos asociarlos. Gustos y aromas que, actualmente, todos conocemos aunque visitar sus lugares de origen se nos presente tan lejano. Las especias de la India, los sabores intensos de China, el picante japonés o el más “fogoso”, el del Yucatán mexicano.
Paladear el fuego
Ese sabor de fuego tiene su origen en México. Una tierra en la que compiten 64 especies diferentes de chile. Pero, es el chile habanero el que se alza con el triunfo. Al contrario de lo que su denominación sugiere, este “regalo del infierno” proviene de la Península de Yucatán, poseedora de la Denominación de Origen del chile más picante del mundo. La capital de Yucatán ofrece una “salsa infierno”, sólo apta para los paladares más resistentes.
Mérida asombra al visitante con sus impresionantes casonas de aire colonial.
La riqueza de esta península no se asienta, exclusivamente, en sus magníficas playas de Cancún o la Riviera Maya. El rastro de su antigua cultura enriquece los frondosos parajes. La gran ciudad de los mayas nunca pasará desapercibida, aunque se encuentre a cien kilómetros de la costa.
No hay guía viajera que se resista a destacar Chichén Itza y su complejo arqueológico. Impresionan la altura de la gran Pirámide de Kukulkán y su perfecta simetría, las cabezas de la Serpiente Emplumada, Ketzakoalt, o la cancha del Juego de Pelota. Una ciudad avanzada, instalada en medio de la inmensa selva, con su fuente de agua dulce y su cenote sagrado. Los mayas demostraron su pasión por las mega-construcciones, pero también, su increíble fortaleza gustativa.
El picante japonés
El wasabi es el condimento perfecto para el sushi japonés. De color verde, su fuerza produce cierta sensación de ardor y sus vapores llevan el picor a las fosas nasales. Sin embargo, esta raíz, similar al rábano, resulta muy difícil de cultivar. Uno de los pocos lugares adecuados para su plantación es la península de Izu.
Verdes colinas, aguas termales, spas, balnearios, playas y su cercanía a la capital, Tokio, convierten a este rincón del Pacífico en una verdadera atracción turística. Además, está protegida por el Monte Fuji, la montaña sagrada de los japoneses.
Sri Lanka y los sabores asiáticos
Conocida como la lágrima de La India, Sri Lanka es la cuna no solo del curry sino del té y la canela (cinnamon). Un paraíso de elefantes, monos, docenas de aves extraordinarias, árboles exóticos y monumentos abrumadores.
En Colombo, la capital, nos impulsa la necesidad de perdernos entre la inmensidad de tiendas y callejuelas del mercado de Pettah. Todo un barrio dedicado a la venta de productos locales que, por supuesto, incluyen las especias. Inmediatamente, nos invade el olor a curry, la humedad y los rickshaws.
Esos pequeños vehículos de dos ruedas, en los que el hombre ejerce de motor, nos servirán para llegar a la mezquita más grande de la ciudad, Jami Ul Alfar. Su fachada de ladrillo rojo facilita la localización. En toda la isla encontramos templos musulmanes, hinduistas o cristianos, aunque la mayoría de los habitantes son budistas.
Cuando el budismo llegó a Sri Lanka, se instaló en un sistema de cuevas situado en el Norte y utilizado desde los tiempos de la prehistoria. El Templo Dorado de Dambuya se encuentra a los pies de las cuevas y es fácilmente reconocible por el gigantesco Buda que lo corona y su gran estupa dorada. Un total de 80 grutas dedicadas a la espiritualidad y más de 160 esculturas de Buda se mezclan con dioses y diosas hinduistas y antiguos reyes de la isla.
Origen chino
Los chinos son expertos en la obtención de sabores intensos, y pioneros en la fermentación de alimentos. De esas grandes facultades orientales nace la salsa de soja, base de casi todos los platos orientales. Dicen que su triunfo en el mundo se debe a que contiene los cinco componentes del sabor: dulce, salado, ácido, amargo y umami (del japonés, sabroso), el ingrediente capaz de equilibrar y mejorar el resto de sabores.
El origen milenario del haba de soja se localiza en el Noroeste de China. Una de las provincias más emblemáticas es Shaanxi, calificada como la cuna de esta civilización oriental. La capital actual, Xi´an, está considerada como el punto de inicio de la Ruta de la Seda y su muralla atestigua su glorioso pasado. Es una de las fortificaciones mejor conservadas de China y uno de los mayores sistemas defensivos de la antigüedad.
Un gran descubrimiento arqueológico convirtió a Xi´an en gran atracción turística, su magnífico Ejército de Terracota. Hasta el momento, han sido localizados más de ocho mil guerreros. Este increíble conjunto de grandes soldados, reconocido como la octava maravilla del mundo, ha permanecido enterrado durante más de dos mil años. El contacto con el oxígeno del siglo XX no les sentó nada bien y los pigmentos que cubrían las figuras de terracota se desintegraron en contacto con el aire.
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