Además de la mejor tortilla de patatas de España o de las mejores palmeras gigantes de chocolate, Cantabria cuenta también con una amplia variedad de platos y postres típicos con todo tipo de ingredientes. Pero es sobre todo en el caso de los postres, donde la región puede presumir de una selecta carta en la que no falta el protagonismo de uno de los postres más deliciosos y con más historia de la comunidad norteña.
[Esta panadería de Torrelavega tiene las palmeras de chocolate más deliciosas de Cantabria]
Un dulce cuya receta ha sido transmitida de generación en generación y que con el paso de los años se ha convertido en uno de los postres más representativos de Cantabria y típico de los valles Pasiegos. ¿Aún no sabes de cuál se trata? Te lo contamos.
El dulce cántabro más delicioso y con más historia en España
Cantabria es una región con una gran tradición repostera, algo muy relacionado con la excelente calidad de los productos tradicionales que emplean para cada una de sus recetas y que siguen utilizando desde hace siglos. Este es el caso de la excelente calidad de la leche y sus derivados que emplean para elaborar uno de los dulces más exquisitos: la quesada pasiega.
Un dulce tradicional que podrás disfrutar tanto frío como templado y poco después de salir del horno. Pero si algo destaca de este dulce, es sobre todo su aroma a limón y canela, además de esa textura inconfundible que hace que se deshaga en la boca.
Quesada pasiega: el secreto está en sus ingredientes y elaboración
Este delicioso dulce cántabro comienza su elaboración con un queso fresco llamado queso pasiego, que es elaborado con leche fresca de vaca. Para hacer la quesada, mezclan este queso con mantequilla, huevos, miel, harina, cáscara de limón y canela.
[Este restaurante de Santander tiene el puchero más delicioso y tradicional de Cantabria]
El proceso es todo un arte. Y es que, la cuajada se corta en pedacitos pequeños después de cuajarla y escurrirla. Luego, se coloca en una tabla hasta que se libera de todo su suero. Este paso es crucial para lograr la consistencia perfecta.
La mantequilla también destaca en la elaboración de la quesada pasiega. Un ingrediente que consigue marcar la diferencia de sabores con los dulces del sur de España.
En el caso de la leche, esta es un producto fresco de las vacas de los valles pasiegos y otro elemento esencial. Una leche robusta y llena de sabor, perfecta para elaborar ese queso tan especial. Y no podemos olvidar el azúcar, que llegó a España de la mano de los árabes en el siglo XIII. Se cree que en los primeros días, la quesada se endulzaba con miel, que abunda en los bosques de Cantabria.
[Este pintoresco pueblo marinero a media hora de Santander es uno de los más bonitos de España]
En resumen, la quesada pasiega no es solo un postre, es una obra maestra que fusiona la riqueza de la tierra, la tradición y el amor por la buena comida. Una verdadera joya culinaria de Cantabria.
Historia de la quesada pasiega
La quesada pasiega tiene un origen enigmático que se remonta al siglo XIV. En "El Libro de Buen Amor" del Arcipreste de Hita y también en el libro de cocina de Ruperto de Nola, ya se mencionaba entonces un dulce bastante parecido, asociado con un queso asadero, que mejoraba al ser asado.
Esta joya culinaria, al igual que el sobao, es típica de los Valles Pasiegos, ubicados en el corazón de Cantabria, especialmente en los montes de Selaya, Vega de Pas o Villacarriedo. Pero aunque nació en estas tierras verdes, la quesada pasiega ha conquistado los paladares de toda la región, convirtiéndose en un postre popular que trasciende fronteras geográficas.
[Los sobaos pasiegos más deliciosos de Cantabria se encuentran en este pintoresco pueblo]
Lo más fascinante es que esta receta no es solo una delicia, sino también una tradición ancestral transmitida entre generaciones. Y es que su supervivencia a lo largo de los años ha dependido de que familias pasiegas compartieran sus secretos culinarios, transmitiendo de abuelos a padres, y de padres a hijos la magia de la quesada pasiega. Cada bocado nos lleva no solo a sabores exquisitos, sino también a la conexión con un pasado rico y lleno de amor por la cocina.
Así, la quesada pasiega no es simplemente un postre; es un viaje a través del tiempo, una receta que ha resistido el paso de los siglos y que sigue deleitando los sentidos, recordándonos la importancia de preservar y compartir nuestras raíces gastronómicas.