El “coche maldito” y las otras pistas falsas del presunto asesino de la viuda de la CAM
Miguel López desvió la investigación sobre él y puso el foco en otras hipótesis con datos como que su suegra escondía muchas joyas.
27 febrero, 2017 01:44Noticias relacionadas
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"Este coche está maldito. A mi suegro se lo han robado ya una vez". Las palabras de Miguel López fueron apuntadas por los agentes solo tres horas después de que su suegra falleciera en su taller con dos tiros a bocajarro. Y fue desde ese primer momento cuando el presunto asesino comenzó a esparcir posibles teorías sobre su muerte y a ocultar "información relevante" a juicio de los investigadores. De su boca salió el móvil del robo común, salió también el posible ajuste de cuentas por los negocios de la familia, y alimentó desde el primer momento las sospechas sobre dos ciudadanos árabes que visitaron el concesionario esa misma tarde. Incluso se refirió al mal fario que desde hacía tiempo le causaba el vehículo como complemento a sus teorías o a la gran cantidad de joyas que su suegra compraba en secreto.
De hecho, los agentes consideran que el yerno de la víctima ha ido "modulando" su testimonio y adaptándolo "conforme ha avanzado la investigación y ha tenido conocimiento de la información disponible".
En su recurso de apelación contra la prisión provisional impuesta por el juez, el principal acusado mantiene que no hubo para la Policía más líneas de investigación que la centrada en su persona. Algo que el sumario desmiente. De hecho, el pasado diez de diciembre, solo 24 horas después del crimen, la Policía interrogó a dos ciudadanos marroquíes (H.E.G. y su hermano B.E.G) por su visita al concesionario. La noche anterior, Miguel López les describió como "dos individuos de raza árabe, altos, uno de ellos de cara estrecha que vestía ropa de sport, chaqueta marrón y zapatillas deportivas".
Según relataron a la Policía, los dos ciudadanos marroquíes visitaron la tarde del crimen distintos concesionarios de Alicante en busca de un coche con un presupuesto de 5.000 euros. Los agentes confirmaron que uno de los dos acababa de llegar de Ibiza, donde reside, y que ambos esperaban comprar un vehículo en Alicante al ser más barato que en la isla. Una simple visita al resto de concesionarios bastó para confirmar su coartada y sirvió para descartarles como sospechosos.
Armas con casi un siglo.
Desde el primer momento y ante el desconcierto, los agentes de la Policía Judicial se centraron en las pruebas científicas para sustentar el caso. Los informes de balística confirmaron que el culpable solo pudo utilizar una de estas dos armas: una FN 1903 o una Webley-Scott 1909. La primera es un pistola semiautomática de fabricación belga que dejó de comercializarse en 1927, hace ahora 90 años. La segunda es de fabricación británica y dejó de estar en el mercado en el año 1964, hace más de 40. Localizar cualquiera de ellas se ha convertido en la prioridad para los investigadores.
Fue Miguel López en sus primeras manifestaciones quien señaló la hipótesis del robo. Incluso remarcó a los agentes que su suegra era una mujer "de carácter fuerte", por lo que era posible que se hubiera resistido al robo. En su segunda declaración apuntaló esta tesis con otro argumento: la importante cantidad de joyas que su suegra compraba en secreto desde hacía un tiempo: "Era una persona de hacer las cosas en secreto. Y compraba joyas muy caras en secreto últimamente y las escondía. Tiene una colección de joyas muy importantes que no compartía".
Aun así, los agentes descartaron pronto el robo como motivo de la muerte, al encontrar a la viuda del expresidente de la CAM con todas sus joyas encima. Además, los forenses detectaron en su brazo izquierdo una quemadura. La señal de que intentó defenderse del disparo cuando atisbó que su asaltante acercaba una pistola a la ventanilla. La identificación del arma sirvió también para descartar esta teoría, ya que las dos pistolas buscadas son poco fiables si el disparo no se comete a corta distancia y su utilización venta en el mercado criminal prácticamente nula por sus problemas mecánicos.
Una ejecución.
La autopsia del cuerpo acrecentó la teoría de un asesinato por encargo. Sobre todo por que, según el sumario, el fallecimiento de Carmen Martínez fue similar a una "ejecución" con un segundo "disparo de gracia" tras recibir el primero en la sien. No cabía duda de que el asesino tenía intención de acabar rápido con su vida. Pero no lo consiguió. Por eso los empleados del concesionario encontraron a la víctima fuera del coche, de pie y todavía consciente.
Comenzó a sonar entonces la tesis de un sicario contratado para presionar por los negocios de la familia en latinoamérica. Miguel López lo cree. El problema es que nadie de la familia había sufrido amenazas con anterioridad. O al menos nadie lo reconocía. Además, era casi imposible que un sicario entrara en el concesionario, asesinara a la víctima y saliera de allí recorriendo los 32 metros que le separan de la puerta sin ser vistos. O que la hubiera esperado dentro del coche sin que nadie se percatara.
Nació así una nueva vía de investigación: que el asesino a sueldo trabajara para alguien dentro de la empresa. "En todo caso, en ambas posibilidades, aunque remotas, dicha persona debió tener acceso a las llaves del vehículo Porsche de la víctima, que estaban en poder de Miguel porque así lo quiso esa tarde, además de información detallada de los movimientos de María del Carmen", explican los informes policiales.
Al final, los miembros de la Policía Judicial de Alicante apuntaron diez indicios -desde el arma utilizada hasta la ausencia de seguimientos de la víctima- por los que descartar la participación de un asesino a sueldo en el crimen.