El 'Nautilus' de Verne visitó Vigo y se cumplen 150 años de su llegada
En La Jungla. Muchos desconocen que una de las grandes novelas de la historia de la literatura universal, '20.000 leguas de viaje submarino', cuenta con un capítulo clave del relato que se desarrolla en la bahía de Vigo.
18 febrero, 2018 19:17"En estos momentos nos encontramos en la misma bahía de Vigo y solo de usted depende el descubrir los misterios que en ella se encierran”. El capitán Nemo decía estas palabras al profesor Aronnax en su camarote del Nautilus un 18 de febrero de 1868. Le relataría después a su prisionero la famosa Batalla de Rande y el desastre de los galeones de la Flota de la Plata en 1702.
Este capítulo de la novela de Julio Verne 20.000 leguas de viaje submarino, uno de los clásicos de la literatura universal, continúa con Aronnax observando por una claraboya a los buzos del Nautilus equipados con sistemas de respiración asistida Rouquayrol y lámparas subacuáticas Ruhmkorff mientras desenterraban cofres llenos de tesoros.
Es en la ría de Vigo y no en otro lugar donde el Príncipe Dakkar, la verdadera identidad del capitán Nemo, encuentra la fuente de financiación para sus misiones submarinas. Un dato que muchos desconocen pero que gracias a la efeméride de este domingo, cuando se cumplen 150 años de esa entrada literaria al puerto gallego, comienza a popularizarse.
Con las arcas repletas, el Nautilus ponía entonces rumbo a las Islas Cíes dejando atrás la ría viguesa para recalar al día siguiente en la Atlántida, que según el relato de Verne estaba muy próxima. Pero, ¿por qué habría escogido el escritor francés precisamente la ciudad gallega para desarrollar parte de su historia?
La leyenda del tesoro escondido de Rande
La Batalla de Rande se libró en la ría de Vigo, en la ensenada conocida como de San Simón, el 23 de octubre de 1702 y enfrentó a ingleses y holandeses contra españoles y franceses en el marco de la Guerra de Sucesión Española. Vencieron los primeros.
Los galeones españoles, la Flota de la Plata, portaban el mayor envío que se conocía de tesoros procedentes de América. Oro, plata y otros objetos de valor reposando en tres galeones de combate y catorce comerciales.
Los buques permanecen hundidos allí mismo y todavía persiste la polémica sobre el supuesto tesoro depositado en el fondo del mar, a pesar de que los trabajos que se realizaron para hallarlo nunca hayan dado sus frutos.
Al tiempo que Verne escribía su famosa novela, el francés Felipe Hipólito Magen realizaba incursiones en los fondos vigueses con las más modernas tecnologías de la época. El escritor seguía los progresos a través de los periódicos.
Así, es como se decidiría por situar allí mismo uno de los escenarios claves de su historia: la caja de caudales de Nemo. Y, también, describió que los buzos del Nautilus usaban los mismos inventos que aquellos que trabajaban para Magen.
Las visitas de Verne a Vigo
Diez años después de la llegada del Nautilus, Julio Verne recaló en el puerto vigués a bordo de su yate en julio de 1878 para pasar cuatro días. Volvería de nuevo a la ciudad olívica en 1884.
Las crónicas de la época recogen la intensa vida social de la que Verne disfrutaría. Verbenas, fiestas patronales, bailes, paseos hasta el monte de O Castro -donde hay una preciosa panorámica del estrecho de Rande, lugar en el que se libró la batalla-, y también sus lecturas de la prensa internacional en el hotel Continental.
Vigo recuerda a su visitante literario más ilustre
La ciudad gallega ha programado una serie de actividades para conmemorar el 150 aniversario de la llegada del Nautilus. El Ayuntamiento, colaborando con la Sociedad Hispánica Jules Verne, ha organizado el Encuentro Internacional De Verne a Vigo 2018, que reunió a grandes expertos como Piero Gondolo della Riva, considerado el mayor estudioso de la obra del escritor de Nantes, Agnès Marcetteau, la directora del Museé Jules Verne, o los profesores Nicolás Moragués, Pasqual Bernat y Jesús Navarro.
Conferencias, charlas e incluso una ruta literaria se han celebrado durante todo este fin de semana. Tampoco ha faltado la ofrenda floral en el monumento a Verne situado en los jardines del Real Club Náutico ni la travesía en el buque Nautilus, un barco oceanográfico dotado de un robot submarino llamado Nemo gracias al que han podido contemplar el mismo paisaje bajo el mar de Rande.
Además, desde el próximo mes de abril y hasta octubre, el Museo Marco acogerá una exposición sobre el mundo de Verne y se seguirán sucediendo más eventos para celebrar esta mágica y poco conocida efeméride literaria.