La virgen que se apareció para protestar contra la especulación urbanística
- La película 'La gracia de Lucía' usa la fábula social para clamar contra la corrupción y los delitos urbanísticos.
- La protagonista es la actriz Alba Rohrwacher, la estrella de moda en Italia y también presente en 'Lazzaro Feliz'.
- 'Lazzaro Feliz': realismo mágico y crítica social en una de las películas del año, dirigida por Alice Rohrwacher
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Qué pasaría si se apareciera hoy la Virgen María… ¿creería alguien a la persona a la que ha visitado o la trataríamos de loca y acabaría contando sus peripecias en Sálvame como una nueva Aramis Fuster? Dejando las creencias a un lado, ¿qué diría en 2019?, ¿a quiénes defendería y a quiénes señalaría como hizo su hijo con los vendedores del templo?
Esa es la pregunta que responde La Gracia de Lucía, sorprendente comedia del italiano Gianni Zanasi que pasó con éxito en la Quincena de los Realizadores de Cannes y que ahora se estrena en nuestros cines. La película da el protagonismo a una madre soltera, Lucía, topógrafa de profesión, a la que siempre contratan por el mismo motivo: es una pusilánime incapaz de negarse a firmar un proyecto, por inmoral que le parezca.
Pero entonces tiene una aparición mariana, y todo cambia. Primero cree que está loca, y que el estrés, la ruptura con su novio y la edad del pavo de su hija la están llevando al límite, pero cada vez las visitas parecen más reales… la Virgen incluso la ayuda a aparcar o la pega para que espabile.
Una vez acepta su nueva realidad empieza a entender por qué la Virgen la ha visitado: para que frene la especulación urbanística que está viviendo su ciudad y que se llevará a un nuevo nivel con el megacomplejo urbanísitico que ella tiene que aprobar pasando por alto un montón de irregularidades. Una virgen que señala directamente a los corruptos, a los políticos, a los especuladores urbanísticos… y que hasta la lleva a tomar decisiones radicales.
La Gracia de Lucía toma la excusa religiosa para contar una fábula sobre nuestra sociedad, y sobre los males que nuestro sistema nos ha metido en vena. Todo conducido por una divertida Alba Rohrwacher, que también estaba en otro filme italiano de corte social, Lazzaro Feliz, una de las mejores películas del año y que también usaba la fábula para atizar al capitalismo.
Zanasi también se ríe de lo ridículo de la situación y de las frases que dice la virgen al llegar, como ese “Soy la madre de Dios” al que la protagonista responde con un contundente: “como si no fuera lo bastante jodido ser cualquier madre ya”. También es un ataque al cuñadismo actual teñido de machismo y xenofobia, con un personaje que dice esas coletillas que muchos creen inofensivas, como “los inmigrantes vienen a quitarme el trabajo y no se integran”.
Así, lo que parecía una inofensiva comedia con tintes espirituales se convierte en un alegato por la igualdad social y contra aquellos que se creen lo suficientemente poderosos para quedarse con todo: desde nuestro dinero a nuestros recursos naturales.