Jaime Castro, director comercial de Electra Molins, junto a uno de sus grupos electrógenos.

Jaime Castro, director comercial de Electra Molins, junto a uno de sus grupos electrógenos. Cedida

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Electra Molins, la empresa española de 75 empleados que enciende en Ucrania la luz que Putin destruye

La compañía suministra a una energética ucraniana 25 grupos electrógenos para mantener en funcionamiento la infraestructura vital que Rusia ataca.

13 enero, 2023 02:42

La lluvia de misiles que sufre Ucrania en los últimos meses tiene el único objetivo de dañar la infraestructura básica para someter a la población civil al tormento de un invierno sin electricidad y a sus graves consecuencias: falta de calefacción, agua potable y luz durante los días más cortos y fríos del año. Con la línea de frente congelada en el Este del país, parece que la operación bélica del Kremlin sea la de hundir física y psicológicamente a la población civil.

Pero Ucrania resiste. Y lo hace en parte, gracias a la ayuda civil española. Electra Molins es una pequeña empresa familiar de Barcelona que se ha colocado al frente de una gran responsabilidad histórica: la de abastecer de electricidad a una Ucrania a oscuras en medio de los intensos bombardeos de Moscú

Hasta la fecha, ha fabricado a contrarreloj 25 generadores eléctricos de diferentes potencias que ya han sido enviados a Ucrania, entre finales del año recién concluido y los primeros días de 2023. “El último camión salió para Ucrania el lunes pasado”, dice Jaime Castro, director comercial de Electra Molins, en videoconferencia con EL ESPAÑOL.

Uno de los camiones que en los pasados días ha partido hacia Ucrania con uno de los generadores.

Uno de los camiones que en los pasados días ha partido hacia Ucrania con uno de los generadores. Cedida

La compañía, fundada en 1948, “tiene una gran experiencia en la producción de grupos electrógenos y una de las más antiguas de Europa”, añade Castro. Forma parte del grupo industrial Molins-Ames, cuenta con 75 empleados en su planta a las afueras de Barcelona, factura 12 millones de euros anuales y ha ejecutado operaciones en 105 países de la mano de otras empresas. Entre ellos, se encuentran algunos, que al igual que Ucrania, han supuesto elevados retos, como Irán, Libia o Togo.

Para esta empresa familiar barcelonesa con 75 años de historia han sido unas Navidades atípicas: “Hemos hecho grandes esfuerzos, apenas hemos tenido vacaciones y hemos tenido muchos desvelos. Incluso hemos aumentado nuestras capacidades para poder cumplir con las entregas. Entendemos que se trata de una situación extraordinaria y estamos orgullosos de arrimar el hombro”, explica Castro.

La finalidad de las máquinas de Electra Molins es generar electricidad para iluminar ciudades, permitir el funcionamiento de fábricas, hospitales y escuelas; potabilizadoras de agua; dar calefacción a los hogares; para cocinar alimentos… Son puntos de sutura en la columna vertebral de la infraestructura civil de Ucrania, que permitirán que su población siga haciendo vida normal pese a la lluvia de bombas. 

“No se trata de un contrato más, porque sientes que formas parte de la solución, que eres parte de la ayuda que necesita el pueblo ucraniano. Es vital tener luz. Lo que nos transmiten nuestros socios ucranianos es que hacen vida normal, que los adultos van a trabajar y los niños van a la escuela. Si esto es posible es porque hay generadores eléctricos”, asegura Castro.

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El lunes pasado, representantes de la empresa pública de energía ucraniana KyivTeploEnergo estuvieron supervisando esta última entrega en la planta de Electra Molins. Es con esta compañía ucraniana con quien Electra Molins ha suscrito sus contratos. La empresa depende del ayuntamiento de Kiev y es la principal suministradora de calefacción distrital y de agua caliente en Ucrania. Cubre aproximadamente el 90% de la demanda de energía térmica en la capital del país.

En la parte logística, son ellos quienes se encargan de introducir los grupos electrógenos en el país y de distribuirlos en las zonas más afectadas. “No es una logística fácil. Transportamos por tierra los generadores hasta Polonia y, desde ahí, entran a Ucrania. Una vez cruzan la frontera, la distribución e instalación está en manos de nuestros socios allí”, explica Castro.

Proyección española

El suministro de grupos electrógenos a Ucrania se ha convertido en una de las prioridades en medio del conflicto bélico. Empresas de numerosos países están cerrando contratos con administraciones y compañías ucranianas, como parte de la primera fase de la reconstrucción del país: la de mantener viva la infraestructura básica.

En el caso de España, Electra Molins ha cerrado esta operación a través de Sercobe, la Asociación Nacional de Fabricantes de Bienes de Equipo con sede en Madrid y que representa a las principales empresas industriales españolas de bienes de equipo con intereses en el exterior.

Varios grupos electrógenos en la planta de Electra Molins en Barcelona.

Varios grupos electrógenos en la planta de Electra Molins en Barcelona.

Desde el inicio del conflicto, Sercobe pasó a ser una de las asociaciones señaladas por el gobierno de Volodimir Zelenski el pasado abril como colaboradora de Rusia a ser una socia prioritaria. Aquel malentendido mutó en una estrecha relación que ha hecho posible que Electra Molins haya podido cerrar esta operación: 25 de los 34 grupos electrógenos que en total han fabricado empresas españolas asociadas a Sercobe dentro del trato suscrito con Ucrania.

Rafael Álvarez de Toledo, director de Exportaciones de la asociación, explica a este periódico que el trabajo de Electra Molins es solo la punta de lanza de las grandes expectativas que su entidad tiene para Ucrania: “Hemos ampliado el abanico de colaboración con otras empresas que fabrican ambulancias, plantas de tratamiento de agua, hospitales de campaña…

Estos contratos, explica Álvarez de Toledo, funcionan con una línea de crédito a la exportación con apoyo oficial, lo cual “permite financiar las exportaciones y que las empresas ucranianas puedan pagar más adelante, cuando el conflicto haya terminado o la situación esté más o menos estabilizada”.

Los proyectos que está cerrando Sercobe en Ucrania en el contexto de la guerra representan ya millones de euros en volumen de negocio, una cifra “simbólica”, la cual, solo con los bienes de equipo de primera necesidad, “aspira a llegar a centenares” en los próximos meses, dice Álvarez de Toledo.

Desde que comenzaran los bombardeos selectivos de Rusia, la situación en Ucrania ha sido desesperada. Pero la precariedad de la vida civil en el país se ha visto aliviada por la rápida capacidad de respuesta del tejido industrial y exportador español. “Saber que estás colaborando con que haya luz en los hospitales y que las plantas de depuración de agua sigan funcionando es un enorme orgullo”, concluye Castro, de Electra Molins.