Muere a los 61 años el rey de los butroneros ‘Cásper’: autor del robo de cuadros a Esther Koplowitz
Llevaba diez años en la prisión de Soto del Real tras ser condenado por liderar una organización criminal que hacía vuelcos a narcos.
6 febrero, 2021 19:30Uno de los primeros sueños que ‘Cásper’ cumplió cuando en enero recuperó la libertad condicional fue ir directo a la madrileña plaza Ángel Carbajo para disfrutar de un buen plato de huevos fritos, con patatas y jamón, en su añorado mesón Txistu. Esa fue una de las pocas cosas que Ángel Suárez (Burgos, 1959) pudo hacer en sus últimos días de vida como un hombre libre porque este sábado, sobre las cinco y media de la tarde, en una de las habitaciones del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, dejaba de latir el corazón de uno de los delincuentes que ha pasado por méritos propios a la historia de la crónica negra española. El rey del butrón había muerto.
“Ha muerto libre”, tal y como han confirmado fuentes de su entorno a EL ESPAÑOL. ‘Cásper’ estaba en prisión después de haber sido condenado primero por la Audiencia Nacional y después por el Tribunal Supremo a 89 años de cárcel por los delitos de torturas, amenazas, lesiones, tráfico de drogas, detención ilegal y tenencia ilícita de armas. Todo ello como líder de una organización criminal dedicada a realizar vuelcos: robar cargamentos de droga a otros narcotraficantes con métodos extremadamente violentos.
El histórico delincuente Ángel Suárez Flores había obtenido la libertad condicional “por razones humanitarias” porque padecía un linfoma incurable. Entre el 2 y el 3 de enero volivó a poner un pie en la calle después de llevar una década en la prisión de Soto del Real. Tuvo la oportunidad de pasar el día de Reyes con su mujer, Estella, y de volver a ver a sus cinco hijos. Sin embargo, la enfermedad pudo con 'Cásper' en cuanto recuperó la libertad, ya que a mediados de enero tuvo que ingresar en el Hospital Gregorio Marañón donde ha mueto en la tarde del sábado.
El palmarés delictivo de Ángel Suárez es de leyenda: uno de los primeros grandes golpes de ‘Cásper’ tuvo lugar en la Nochebuena de 1998, cuando él y su banda aprovecharon ese día festivo para desvalijar la cámara acorazada de la entidad que el Banco Popular tenía en el municipio murciano de Yecla. En la diana: 212 cajas de seguridad de alquiler. El botín nunca pudo ser cuantificado al milímetro porque en algunas de las 89 cajas que desvalijaron había dinero oculto a la hacienda pública.
Hijo de un ferroviario
El palo al banco de Yecla será uno de los muchos secretos que se llevará a la tumba este burgalés, nacido hace 61 años en Buniel: un pueblecito de 563 habitantes situado a orillas del río Arlanzón. Allí tuvo una vida humilde porque era hijo de un ferroviario y en unas viviendas construidas para los empleados, justo a la entrada del municipio, solía jugar de pequeño con sus tres hermanos.
De ‘Cásper’ hay mil historias, pero hay dos que le catapultaron definitivamente a la fama. La primera fue el intento de asesinato del abogado José Emilio Rodríguez Menéndez ocurrido el 17 de junio de 1999 en Las Rozas (Madrid), frente al domicilio que el letrado compartía con su esposa, Laura Fernández. Allí, una pareja de sicarios llegó en una moto y abrió fuego contra Rodríguez Menéndez.
El butronero estuvo en la diana del Ministerio Fiscal, pero termió absuelto de un delito de encubrimiento. Tan solo fue condenada Laura Fernández, a 11 años y seis meses de prisión como inductora, con la agravante de parentesco al ser la mujer de Rodríguez Menéndez. También le cayeron 12 años al pistolero, Ignacio Rocha, y 7 años y seis meses al conductor de la moto desde la que se realizó el disparo: Rafael Bravo.
El segundo asunto por el que la fama de Ángel Suárez adquirió talla internacional fue el robo a la vivienda de la empresaria Esther Koplowitz: le sisó 17 obras de arte -valoradas en un potosí- y una docena de tallas egipcias, jarrones Luis XVI.... Todo ocurrió la noche del 8 agosto de 2001 después de que Cásper y dos compinches supuestamente sobornasen con 300 millones de las antiguas pesetas a uno de los vigilantes de seguridad de la exclusiva residencia que Esther Koplowitz tenía en el número 71 del Paseo de la Habana.
En un club de alterne
Parte del botín fue ocultado en un club de alterne. La Brigada de Policía Judicial de la Jefatura de Madrid desarrolló una investigación durante diez meses que incluyó escuchas telefónicas y seguimientos para recuperar las obras de arte de la aristócrata, empresaria y filántropa: Esther Koplowitz. Un policía de paisano, junto a un agente del FBI, se hicieron pasar por compradores para cerrar un encuentro con Cásper y uno de sus secuaces que permitió recuperar los cuadros.
Una de las constantes de la trayectoria delictiva de ‘Cásper’ es que siempre ha sabido reciclarse en el mundo de los amigos de lo ajeno. Prueba de ello es que finalmente dio con sus huesos en la cárcel tras liderar una organización dedicada a dar vuelcos a narcos. En mayo de 2011, Ángel Suárez Flores fue detenido junto a otras 22 personas en un fuerte operativo de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional y de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Una de las claves del operativo fue la información aportada por un testigo protegido al que la banda de Cásper torturó para que les soplase todos los datos sobre un cargamento de 211 kilos de cocaína, procedentes de Bolivia, y cuyo destino final era el puerto de Algeciras (Cádiz). La organización secuestró a este hombre y lo trasladó a una nave industrial: primero le dejaron en ropa interior, después le envolvieron la cabeza con una cinta y finalmente le propinaron una paliza.
Ese testigo protegido colaboró para desmantelar la banda de ‘Cásper’. La Audiencia Nacional le condenó a 90 años de cárcel, pero recurrió y el Tribunal Supremo rebajó la pena a 89 años. Ángel Suárez estaba cumpliendo condena en la prisión de Soto del Real en Madrid cuando la enfermedad dio la cara poniendo fecha de caducidad a su vida: tenía un linfoma.
Despligue policial de película
“Llevaba diez años en prisión y le quedan por cumplir otros diez”, según detallan a este diario las citadas fuentes del entorno del fallecido. ‘Cásper’ tenía expectativas de volver a estar junto a su esposa, Estella, y poder pasar tiempo junto a sus cinco hijos cuando cumpliese condena hasta que el cáncer se interpuso en sus planes de futuro. “Todas las semanas acudía al Hospital Gregorio Marañón a recibir quimio y pasar revisión médica”.
Cada vez que salía del penal, a pesar de que el estado de salud de Ángel Suárez se había debilitado notablemente, en Institutciones Penitenciarias no se fiaban y se montaban auténticos dispositivos de película para custodiar al reo de camino al centro hospitalario. De veinte a treinte agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, algunos de ellos de paisano, incluso con apoyo de la Unidad Canina, se encargaban de vigilar cada paso del rey del butrón.
El tratamiento no pudo frenar el linfoma y los médicos corroboraron que ‘Cásper’ padecía una patología incurable de la que moriría más pronto que tarde. De forma que su abogado solicitó el tercer grado para el reo acogiéndose al artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario. “La libertad condicional tardó un mes y medio en tramitarse: la Administración ha sido muy lenta”, se quejan las citadas fuentes.
Mientras se resolvía la concesión del nuevo régimen, a finales de 2020, Ángel Suárez Flores abandonó en Navidad la cárcel de Soto del Real para ir al Centro de Inserción Social (CIS) Josefina Aldecoa de Navalcarnero. “El CIS es como una cárcel, pero con menos medidas de seguridad: es el paso previo a la libertad y es obligatorio pasar por allí antes de que te concedan el tercer grado”.
Trasplante de médula
Entre el 2 y el 3 de enero volvió a respirar aire fresco como un hombre libre tres serle concedida la libertad condicional. Lo primero que hizo ‘Cásper’ fue reencontrarse con su amada mujer, Estella. Este diario ha podido saber que llegó a estar entre siete y diez días en su domicilio conyugal: un piso situado cerca de la carretera de La Coruña.
El tiempo corría en su contra y pudo apurar las últimas fechas señaladas de la Navidad pasando el día de Reyes con dos de sus hijos que todavía conviven con el matrimonio porque son adolescentes. “Cásper estaba centrado en su recuperación para tratar de ganar tiempo junto a su familia: iba a someterse a un trasplante de médula y le estaban haciendo pruebas”.
A pesar de los efectos del linfoma, Ángel Suárez Flores mostraba un espíritu cargado de vitalidad: “Tenía ganas de luchar contra la enfermedad y también estaba haciendo deporte porque estaba convencido de que iba a salir de esta”.
El tiempo que Ángel Suárez estuvo en la calle apenas pudo disfrutar de su libertad porque la borrasca Filomena dejó impracticable Madrid. Tan solo pudo ir al Txistu a comerse un plato de huevos fritos, con patatas y jamón. También volvió a pasearse por la calle Velázquez para tomarse un café.
“La verdad es que tuvo mala suerte cuando salió de prisión, porque le cogió la pandemia de coronavirus y luego la nevada: no pudo hacer nada”.
Fecha clave
El estado de salud de ‘Cásper’ entró en barrrena entre el 13 y 14 de enero cuando ingresó en el Hospital Gregorio Marañón. Los médicos, según esta fuente del entorno, no se andaron con paños calientes y confirmaron a su mujer, Estella, que Ángel no llegaría al trasplante. “Dijeron que iba a morir en cuestión de horas o de días”. La noticia fue un mazazo para sus cinco hijos.
El 6 de febrero, sobre las cinco y media de la tarde, 'Cásper' se apagó. Estella comenzó a llamar a los allegados del rey del butrón para informar del deceso: “Ángel ha muerto”. La esposa del butronero estaba completamente desolada: apenas era capaz de articular palabra. Había fallecido a los 61 años aquel burgalés que tantas veces puso en jaque a las Fuerzas de Seguridad, que en demasiadas ocasiones demostró una violencia desmedida, pero que con sus seres queridos y sus amigos era un tipo cordial y socarrón.
“Había hecho planes: tenía un par de proyectos empresariales para trabajar de manera legal y alejarse de la vida delictiva”. No podrá ser porque el linfoma se interpuso en su camino y sentenció a ‘Cásper’.