Así quieren rescatar a Julen, el niño del pozo de Málaga: una obra de ingeniería casi imposible
- Los operativos han sacado más de 30 centímetros de tierra para intentar seguir avanzando a través del pozo.
- Abren un agujero paralelo para conectar dos túneles y tratar de sacarlo.
- Un hermano del niño atrapado en un pozo murió con 3 años de un infarto
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Los equipos de rescate han encontrado una bolsa de chucherías, el primer rastro de Julen, el niño de dos años atrapado en un pozo de 103 metros en Totalán (Málaga). Lo han hecho gracias al uso de una cámara que ha descendido hasta 73 metros de profundidad. Pero, a partir de ahí, queda mucho por hacer. El operativo para hallar al pequeño comenzó el domingo a las 14:00 horas y, a marchas forzadas, sigue con más de un centenar de efectivos implicados en él. “Suena muy difícil”, reconoce Fernando Raigal, el buzo español que salvó a los niños de Tailandia.
El croquis es el siguiente. El pozo tiene 103 metros de profundidad y un diámetro de 25 centímetros. El único rastro que se ha encontrado del niño ha sido una bolsa de chucherías y un vaso a 73 metros. Al hallarlo, la cámara ha tocado tierra. Por esa razón, temen que en ese punto se haya producido un desprendimiento. Debajo podría estar el niño de dos años.
Ahora mismo, las labores de rescate avanzan en dos sentidos. Los operativos, por una parte, siguen retirando tierra en el agujero por el que cayó el niño en pos de encontrarlo -de hecho, se espera la llegada de un camión con maquinaria para extraer tierra-. Por otra parte, se abre un ‘pozo’ paralelo por donde pueda entrar una persona, según han contado fuentes ligadas al operativo a EL ESPAÑOL. “Después, se haría otro agujero perpendicular para que se pudiera sacar a Julen”, cuenta Fernando Raigal a este periódico.
"Probando todas las alternativas posibles"
La prioridad, no obstante, es localizar al niño. “Existen técnicas apropiadas para acceder a este tipo de espacios y se están probando todas las alternativas posibles para tener todo el cuidado posible”, ha explicado la subdelegada del Gobierno de Málaga, María Gámez.
Tras el posible derrumbe, se han perforado “30 centímetros de tierra”, según el portavoz de la Guardia Civil de Málaga. La idea es seguir explorando el agujero y seguir bajando con la cámara hasta recorrer los 103 metros de profundidad que tiene el pozo para saber qué hay en el fondo. En ese sentido, es posible que haya agua o que se trate de un acuífero y haya corriente.
Con independencia del escenario que encuentren, se podría actuar en dos sentidos. Si encuentran al niño, “se podría sellar el agujero para que no se produjera un desprendimiento”, cuenta Fernando Raigal a este periódico. “Aunque, obviamente, hay que estar allí para saber qué hacer”, añade. Después, como decimos, alguien accedería por un ‘pozo’ paralelo y lo sacaría por otro orificio perpendicular.
El segundo escenario es peor. Los operativos de rescate temen que haya un acuífero y que exista corriente y que el niño pueda haber sido arrastrado hasta a otro lugar. Esa es la peor hipótesis posible. Por una parte, porque reduciría las esperanzas de encontrar a Julen vivo. Y, por otra parte, porque las labores de rescate se tendrían que trasladar a otro lugar.
En cualquier caso, nadie ceja en su empeño de encontrar a Julen. "Estaremos todo el tiempo que haga falta", reconoce el equipo de rescate formado por el Consorcio de Bomberos de Málaga (CPB), efectivos de la Guardia Civil, el Equipo de Rescate e Intervención de Montaña, el Grupo de Especialidades Subacuáticas (GEAS), la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES), y la Policía Nacional y Local.