Porto de Cereixo, un recodo de Vimianzo junto al mar
En un municipio de Costa da Morte en el que predomina el interior, Vimianzo, se encuentra este pequeño rincón salado que ofrece al visitante una sorpresa tras otra.
24 mayo, 2021 06:00Porto de Cereixo o, simplemente, Cereixo, es uno de los pueblos más desconocidos de la cada vez más visitada Costa da Morte coruñesa. Este pequeño enclave ubicado en la desembocadura del río Grande, pertenece a uno de los municipios que más kilómetros de interior aglutina y que sólo dispone de otro pedazo de tierra abierto al mar: Sabadelle.
La mención más antigua que se conoce de Porto de Cereixo es la de un viaje que hizo el rey Alfonso VIII a esta población en el año 1228, se cree que con la intención de dotarla de una “carta puebla”.
Porto de Cereixo se ubica entre las localidades de Vimianzo y Camariñas, y justo a continuación de Ponte do Porto, otro pueblo costero del municipio de Camariñas, que aún conserva su puente medieval. Desde este punto, en un tranquilo paseo de 1,5 kilómetros, siguiendo la orilla izquierda el río Grande, se llega al límite con el municipio de Vimianzo, alcanzando Porto de Cereixo, prestando suma atención al trayecto por el arcén.
En primer lugar, formando parte del interesante conjunto etnográfico, uno de los más curiosos de la comarca de Terra de Soneira, nos recibe un gran hórreo tradicional gallego, y desde él parte un camino que va rodeando el río y conduce a los principales atractivos del pueblo.
El primero es un paseo fluvial, algo falto de mantenimiento, que va bordeando el río hasta llegar a la desembocadura del mismo en la Ría do Porto, que a su vez muere en la Ría de Camariñas. Aquí se encuentra uno de los elementos de mayor importancia: un antiguo molino de mareas del s. XVI conocido como Muiño das Torres o das Arceas, que tuvo su origen en el foro otorgado en 1647 por el señor de las Torres de Cereixo, Juan Taboada, a los hermanos Espasante, para que construyeran en este lugar dos o tres molinos. Distintos paneles lo acompañan, explicando el funcionamiento del molino, además de la singularidad de la flora y fauna de la zona.
Detrás de él está el mencionado pazo, las Torres de Cereixo, cuyo edificio actual es del s. XVII, construido por los Carantoña, que hoy es propiedad privada y no puede visitarse. No así su exterior, en el que se aprecia con claridad su estructura militar con dos torres almenadas, así como los escudos de distintas familias nobiliarias (los Montenegro, los Bermúdez, los Castro de Lemos, los Soutomaior…) sobre su arco de entrada.
Junto al pazo se alza otro de los símbolos de Cereixo, su magnífica iglesia parroquial románica dedicada a Santiago, que data del s. XII y destaca por disponer de un especial relieve en su tímpano sur. Se trata de la llamada “traslatio” o traslado del cuerpo del Apóstol Santiago en la barca que desde Palestina lo trajo a Galicia. Es una representación única en el románico de esta leyenda, y se trata de una de las cuatro manifestaciones de la misma que hay en toda Europa, lo que nos da pistas sobre la importancia que en su momento pudo haber tenido Cereixo como puerto de entrada de los peregrinos a Santiago.
El conjunto formado por el paseo fluvial, el molino de mareas, el pazo y la iglesia, acompañados de un roble centenario, es uno de los más completos que encontramos en un enclave rural gallego de pequeño tamaño como es Cereixo.
Además de estas construcciones, en el pueblo se halla un grupo de viviendas de piedra de cantería con balconadas de gran interés. Muchas de ellas pertenecían a familias pudientes de la zona, con alta probabilidad de origen hidalgo, algunas dedicadas a los negocios portuarios, a gestionar los molinos de mareas o al cobro de foros y diezmos.
De este grupo de casas, la más llamativa es Villa Purificación, una de las más antiguas de la localidad, donde encontramos uno de los hórreos más largos de Galicia, con 26 metros de longitud. Es un “cabazo” al estilo Fisterra, popular en Costa da Morte, construido en piedra en su totalidad y sostenido por nueve robustos pares de pies. Su gran tamaño obedece a la enorme cantidad de cereales que debía albergar, pues era en esta villa donde se cobraban los foros de la zona, la mayor parte en especie en forma de maíz o trigo.
Por ultimo, destacar su pequeño puerto, que da nombre a la localidad y que le confiere un gran encanto.
Porto de Cereixo está proximo a otras poblaciones de gran interés como Camariñas, con su puerto marinero y su siempre impresionante Cabo Vilán, o Muxía con el imprescindible Santuario da Virxe da Barca. El municipio al que pertenece, Vimianzo, conocido por su castillo medieval, está lleno de rincones por conocer, como los Muiños y Batáns do Mosquetín o sus numerosos monumentos megalíticos.
Emma Sexto