Apoyar a las mujeres ganaderas es apoyar el campo

Ya he expresado en otras tribunas de opinión que nunca imaginé la felicidad que me podría producir escribir sobre ser mujer en el mundo rural, o sea, sobre mí, sobre mi evolución personal y profesional, sobre mi día a día. A través de este altavoz, que me permite dar visibilidad a la mujer rural, sé que hablo de dificultades, de diferencias, de desigualdades, pero sinceramente no me veo siendo otra persona que no sea mujer rural en Galicia. Por ello, gracias, gracias y más gracias por permitirme compartirlo con todos y todas.

Como mujer rural gallega, y como ganadera, no soy ajena a las movilizaciones que se están produciendo estas últimas semanas en el sector de la agricultura y la ganadería en toda Europa y, especialmente, en España y en Galicia. Por eso, vaya desde aquí mi más sincero apoyo a las justas reivindicaciones del sector. Creo que es fundamental destacar el importante papel que juegan la agricultura y la ganadería en nuestro país, pero siempre desde el diálogo y el consenso. Como profesional que vive del sector primario, y teniendo siempre presentes mis responsabilidades, soy la primera interesada en su cuidado y en la puesta en marcha de acciones que garanticen un futuro económica y ambientalmente sostenible. Ahora bien, partiendo de esta premisa, cualquier norma o legislación sobre el sector ha de hacerse con conocimiento de causa, a pie de campo –como me gusta a mí decir-, y de la mano de sus protagonistas: agricultores y ganaderos. Considero que para legislar todos debemos ir de la mano.

No voy a extenderme más en este tema, tiempo habrá para hacerlo en una próxima tribuna porque seguirá estando de actualidad. Pero hoy es el Día de la Mujer y toca hablar de nosotras. Hay quien piensa que este tipo de fechas no son necesarias o que el Día de la Mujer es todos los días del año, pero en ocasiones necesitamos un día concreto para reflexionar y ser conscientes de todo lo conseguido y de todo lo que nos queda por alcanzar. Como dice el refranero, que es sabio: "para atrás ni para coger impulso".  Cierto es que la mujer rural de hoy en día nada tiene que ver con nuestras antecesoras, a quienes debemos estar muy agradecidas tanto por su valor como por ser fuente de sabiduría y de inspiración para nosotras.

Porque, afortunadamente, hemos evolucionado y seguiremos haciéndolo. Una joven ganadera de hoy cuenta con el apoyo de su formación, de la tecnología y de muchos servicios para desarrollar sus tareas diarias. Así puede disponer de un tiempo de ocio del que no disfrutaban sus predecesoras. Esta nueva realidad, sumada a una educación en la igualdad, nos permite ir alcanzando  un mundo un poco más igualitario y equitativo. Un rural con futuro y en femenino. Porque el rural existe gracias a las mujeres y nadie se imagina un rural sin ellas.

Desde la humildad, una cualidad que no deberíamos perder. Hoy me complace compartir con vosotras y vosotros el protagonismo que poco a poco ha ido cogiendo la mujer en el mundo rural, habilitando su propio espacio con cargos de responsabilidad  que compagina con otros roles tan definidos históricamente como el de ama de casa, madre, cuidadora… Aquí aún queda mucho camino por recorrer en aras de la corresponsabilidad de funciones. Precisamente aquí, la educación en igualdad juega  y jugará un papel fundamental. Pero hoy también es día de poner en valor la figura esencial de la mujer en el rural. Sirvan estos datos como muestra de nuestro progreso. Más del 75% de los proyectos del rural en Galicia son desarrollados por mujeres emprendedoras. El 20% de las mujeres rurales se encuentran en una fase de emprendimiento. Y, en nuestro caso, más del 50% de la leche elaborada en CLUN procede de ganaderías lideradas por mujeres. Mujeres orgullosas de vivir en el rural, fijando población y garantizando el relevo generacional.

Solo necesitamos que las personas que dirigen nuestro país defiendan a la mujer rural y ahonden en la igualdad de oportunidades como línea estratégica para luchar contra la despoblación del mundo rural y garantizar que nuestro campo tenga futuro. Porque apoyar a las mujeres ganaderas es apoyar el campo.