La empresa que originó la industria láctea en Galicia: Lacto Agrícola Rodríguez, LARSA
La historia de una de las primeras marcas de leche de Galicia que triunfó tras la Guerra Civil y todavía pervive
7 enero, 2024 05:00Se cree que el yogur surgió hace más de 4.000 años gracias a los pueblos nómadas de Asia Central, que transportaban la leche fresca en sacos de piel de cabra, donde se fermentaba debido al calor y a la presencia de bacterias. Su fácil replicación facilitó su consumo, ya que bastaba con rellenar los sacos que contenían residuos anteriores con leche y esperar, transformándose en un alimento básico para ellos, ya que era fácil de transportar y conservar. En 1905, un joven judío sefardí de la ciudad griega de Salónica, descubrió la existencia del yogur gracias a unos comerciantes búlgaros. Isaac Carasso se quedó prendado de aquel alimento y descubrió todos sus beneficios, pero la Primera Guerra Mundial provocó que tuviera que huir de Grecia y pedir asilo en España en 1916.
Carasso y su familia llegaron a Barcelona donde abrió, el 6 de enero de 1919, una pequeña fábrica artesanal de yogures a la que llamó Danone. Había nacido la primera fábrica de yogur de la historia. Años más tarde, una empresa láctea gallega decidió plantar cara a Danone comercializando un yogur de vainilla completamente diferente a los demás. Su producto llegó a ser tan bueno que se quedaron con todo el mercado. Hay quien considera que en aquella empresa se encuentra el origen de la industria láctea gallega moderna. Esta es la historia de Lacto Agrícola Rodríguez, LARSA.
Los hermanos José y Antonio Rodríguez López nacían a principios del siglo XX en la parroquia de San Martiño de Mariz, perteneciente al municipio de Chantada, en la provincia de Lugo. Los dos eran sobrinos de Xan de Forcados, un médico, mecenas y filántropo que es considerado una de las figuras más relevantes para el progreso de Galicia y a la vez un total desconocido, y del que ya hablamos aquí.
Siendo niño, José pasó largas temporadas con su tío, quien influyó en su mentalidad abierta, progresista y dinámica y que, en los años 30, lo anima a asistir a cursos sobre agricultura, lácteos o apicultura que él mismo promovía.
Este propicio entorno llevó a los hermanos a fundar, en 1933, Granja Arjeriz, en Chantada, donde crearon su primera innovación, el primer queso plano tipo Arzúa elaborado de manera profesional, sin dejar de ser artesanal, ya que comenzó a producirse en el domicilio particular de José para, poco después, comenzar a hacerlo en la fábrica de Granja Arjeriz, donde ganaron capacidad de producción y automatizando algunas partes del proceso.
Fue un éxito tan rotundo que tan solo la guerra civil pudo paralizar, momentáneamente, su expansión. Tras el fin del conflicto, y con el creciente aumento de la demanda de alimentos, los hermanos Rodríguez ponen en marcha Central Lechera de Vigo, en un bajo de la calle Lóriga, en plena ciudad, desde donde comercializaban leche fresca del día mediante furgonetas y camiones de reparto que abastecían una ciudad en pleno apogeo y con un mercado muy atractivo para este producto.
En 1947 construyen la fábrica actual de Vilagarcía de Arousa, unas instalaciones mucho más grandes y modernas y fundan Lacto Agrícola Rodríguez, LARSA, que en poco tiempo ya tiene 300 trabajadores dedicados tanto a la elaboración de quesos como al envasado de leche y otros derivados.
Desde esta nueva factoría, los hermanos potenciaron la estrategia de diversificación de toda su gama de productos con yogures o queso San Simón. La leche LARSA era muy apreciada por los gallegos, lo que favoreció la comercialización de sus yogures. El queso San Simón fue un éxito tan rotundo que se vendía más en México y Estados Unidos que en la propia Galicia.
Además, en esta época LARSA combinaría la distribución propia por toda la geografía gallega con la distribución nacional e internacional a través de mayoristas y distribuidores, provocando que, en la década de 1960 contara con tres centros productivos: Granja Arjeriz, Central Lechera de Vigo y la fábrica de Vilagarcía, y vendiera gran variedad de leches, mantequillas, quesos y yogures.
Este crecimiento acabó provocando que las instalaciones de Vigo se quedasen pequeñas, por lo que, en 1964, se pone en marcha Central Lechera de Balaídos, ocupando una gran parcela con una nueva factoría que se dedicó exclusivamente a la fabricación de yogures y al embotellado y embolsado de leche fresca que se comenzaron a distribuir diariamente con una nueva flota de reparto mucho más grande y moderna.
Durante la década de 1970, LARSA experimenta un gran crecimiento en capacidad de producción y ventas, viviendo su máximo apogeo con cinco plantas en Galicia, donde procesaba el 35 % de toda la leche de la Comunidad, y una más en Madrid, además de contar con delegaciones comerciales en las ciudades españolas más importantes.
En aquella época LARSA daba empleo a más de 1.300 personas, comercializaba sus productos en más de 6.000 puntos de venta, facturaba 20.000 millones de pesetas (120 millones de euros), aspiraba a convertirse en una de las marcas líderes del mercado a nivel nacional y fue el momento perfecto para que naciera uno de sus productos más icónicos: el yogur de vainilla LARSA.
Las principales multinacionales del momento nunca habían atendido adecuadamente a este mercado de yogures, por eso, cuando LARSA consiguió combinar en un yogur su típica textura, con un aroma de vainilla muy concentrado, pero que a la vez aportaba un sabor muy natural, el mercado se rompió, ya que cautivó los paladares de los consumidores transformándolos en fieles seguidores de esta variedad y convirtiendo este sabor en el más icónico y exitoso de la marca.
Las cosas, sin embargo, se torcieron a finales de la década de 1980, provocando que la empresa acabase siendo vendida a la francesa ULN. Tres años después acabó en manos de Bongrain que acabaría por venderla a Central Lechera Asturiana, que la integraría en Corporación Alimentaria Peñasanta SA (CAPSA), su actual propietaria.
En la actualidad, LARSA dispone de 2 fábricas en Galicia: en Vilagarcía de Arousa y en Outeiro de Rei, en Lugo, donde elaboran 300 millones de litros de leche, 40 millones de yogures y 5 millones de queso cada año. Además, es la primera marca certificada como “Leche de Pastoreo”, un sello que confirma que sus vacas pastan en libertad en los prados gallegos.
Aunque ellos no lo sabían en aquel momento, el pequeño e innovador proyecto de José Rodríguez López, que fallecía en 2004 con 94 años y de Antonio, que lo hacía en 2014 a los 101, se acabó convirtiendo en el origen de la industria láctea gallega, una de las mayores empresas lácteas nacionales y una de las marcas más apreciadas y queridas de España: LARSA.
Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.
Referencias:
- es.wikipedia.org
- leitelarsa.es
- lavozdegalicia.es
- campogalego.es
- elprogreso.es
- mundodelaempresa.blogspot.com
- farodevigo.es
- elpais.com
- asociacionbuxa.com
- capsafood.com