Xan de Forcados, el médico y mecenas que trajo a Galicia una armadura samurái
¿Qué hace una armadura de samurái del siglo XIV en un museo en el interior de Lugo? Esta es la historia poco conocida de un gallego que hizo mucho por su tierra
10 diciembre, 2023 05:00El 5 de octubre de 1614, veintidós samuráis llegaban a Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, tras un largo viaje por el Pacífico, el Caribe y el Atlántico. La expedición había partido el 28 de octubre de 1613 de Japón, por orden directa del Shōgun japonés, Tokugawa Hidetada. Su objetivo era llegar a España, el mayor imperio de su época, de camino hacia el Vaticano, para entablar relaciones diplomáticas con el Papa de Roma, así como también lograr que Felipe III les permitiera comerciar con Nueva España (actual México). Los japoneses tenían una oferta que hacer al rey de España y al Papa: si les abrían las puertas del comercio, ellos dejarían entrar a más sacerdotes católicos en su país. Tras pasearse por Sevilla, Madrid y Barcelona, llegaron a Roma, donde Paulo V declinó su oferta ya que, mientras estaban de misión diplomática, su país había expulsado a todos los misioneros y decretado la prohibición del cristianismo. La expectación durante aquella visita fue tan grande que, tan solo para ver a la embajada japonesa cruzar el puente de Triana, se formó tal revuelo que tuvieron que intervenir las fuerzas del orden para abrirles paso. Siglos después, las historias de samuráis siguen generando un enorme interés en nuestro país, hasta tal punto que un médico y mecenas gallego se hizo con una armadura samurái que trajo a Galicia. Esta es su historia.
En un pequeño museo gallego se puede admirar una hermosa armadura de un guerrero japonés del siglo XIV, la coraza de un poderoso samurái, quizá los mayores guerreros de todos los tiempos. Y sorprende encontrar algo así, porque en toda España tan solo hay cuatro colecciones más en donde se exponen armaduras samuráis en Madrid, Toledo, Valladolid y Álava.
¿Pero cómo llegó una pieza tan extraordinaria a un museo gallego? Gracias a un médico, mecenas y filántropo que es considerado una de las figuras más relevantes para el progreso de Galicia y a la vez un total desconocido: Juan López Suárez, más conocido como Xan de Forcados.
Juan nació en el lugar de Forcados, en la parroquia de Vilacaíz, municipio de O Saviñao, Lugo, el 5 de marzo de 1884. Era hijo de dos humildes agricultores que hicieron todo lo posible para que pudiera estudiar y labrarse un buen futuro. Hizo bachillerato en los escolapios de Monforte de Lemos y después la carrera de Medicina en Santiago de Compostela y en Madrid, en cuya universidad se licenció en 1907 y se doctoró en 1913.
Comenzó su actividad profesional como médico en unas minas plomo de Córdoba y su talento le valió para que fuera becado como investigador bioquímico en varios de los centros más prestigiosos de Europa.
Cuando regresó a Galicia, se implicó en numerosas iniciativas sociales y culturales, así como científicas. Junto a su hermano Julio, puso en marcha la Misión Biolóxica de Galicia, con el fin de renovar la agricultura gallega mediante la introducción de modernas técnicas de cultivo y de cría de ganado. Para ello levantaron una granja experimental en sus propiedades y una escuela agrícola nocturna para jóvenes agricultores, donde enseñaban no solo a cuidar del campo y de los animales, sino también economía y cultura y que sería el origen de una legendaria empresa: Larsa.
Juan siguió formándose en el Rockefeller Institute for Medical Research de Nueva York y pasó la Guerra Civil en Madrid, desde donde ayudó a muchos de los represaliados por el régimen franquista e intervino en el salvamento de la biblioteca de Ramon Menéndez Pidal o el Museo del Instituto Valencia de Don Juan.
Su implicación en todo lo que tenía que ver con Galicia fue determinante para que reconocidas figuras gallegas de la vida cultural e intelectual como Isidro Parga Pondal, Domingo García-Sabell o Castelao, pudieran disfrutar de estancias en el extranjero. Además, defendió con uñas y dientes el patrimonio de la comunidad, como la muralla de Lugo, la cual se quiso demoler hasta en dos ocasiones.
Juan siempre estuvo preocupado por mejorar el campo gallego, por lo que entre sus prioridades estaba la alfabetización de la población rural y la mejora en su calidad de vida. En su testamento dispuso crear una escuela en sus fincas en la que se impartiesen cursos de Ciencias Naturales y Genética a curas y maestros para que instruyeran a sus parroquianos y alumnos.
Su extraordinaria labor y la búsqueda del progreso para su tierra le valió para ser galardonado con la Gran Cruz del Mérito Civil en 1964. Fallecía en Madrid el 12 de agosto de 1970.
El 13 de julio de 1942, Juan había donado la armadura de samurái al museo provincial de Lugo, donde estuvo hasta que, en 1983, la diputación convirtió en museo una fortaleza, el castillo de San Paio de Narla, en Friol. Allí llegó esta extraordinaria pieza, una armadura de un guerrero japonés del periodo Muromachi, que abarca desde 1336 hasta 1573.
Se desconoce cómo Juan se hizo con ella, pero se cree que, posiblemente, la consiguió en algún anticuario en los años en que residió en Alemania.
En la actualidad, esta maravillosa pieza está expuesta en la torre del homenaje, donde se encuentra la colección de armas del Museo Etnográfico e Histórico de San Paio de Narla, y donde se ha convertido en una de sus estrellas.
Por cierto, tras su viaje por el corazón de la cristiandad, varios de aquellos veintidós samuráis que habían llegado a Sanlúcar, se convirtieron al cristianismo, motivo por el que al menos cinco miembros de la expedición permanecieron en Coria del Río, en Sevilla, para evitar la persecución de cristianos en Japón y comenzar una nueva vida formando nuevas familias con mujeres andaluzas.
En la actualidad, existen unas 700 personas en Coria que llevan el apellido “Japón”, considerados los descendientes de aquella expedición. Algunos investigadores creen que el uso de “Japón” vino de la dificultad que tenían los vecinos de Coria para pronunciar los apellidos japoneses, por lo que el cura del pueblo, a la hora de bautizar a sus descendientes, decidió sustituirlos simplemente por “Japón”.
Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.
Referencias:
- es.wikipedia.org
- Elespanol.com/quincemil
- lavozdegalicia.es
- culturagalega.gal
- dbe.rah.es
- historiadegalicia.gal
- elpais.com
- traveler.es
- larazon.es
- 20minutos.es