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En avión, la distancia de Kiev a Madrid -2.800 kilómetros- se cubre en poco más de tres horas y media. Lo hicieron el miércoles pasado varias parejas con sus hijos recién nacidos por gestación subrogada. Se sabían afortunadas por todo lo que dejaban atrás. Habían podido salir del avispero ucraniano con sus bebés. Eran prácticamente los últimos en lograrlo. Hoy respiran aliviados, pero no pueden dejar de pensar en las parejas que siguen pendientes de Kiev.
Intentan no hacerlo cuando acuden a la consulta de la pediatra en España para ver si el bebé -que oficialmente solo tiene padre y necesitará dos años para lograr una adopción por parte de la madre- pesa lo correcto y no tiene ningún problema. Los que son creyentes, rezan por los que aún dependen de Ucrania.
Son decenas de parejas que, a la espera de sus bebés recién nacidos en los próximos días y semanas, escuchan silbar las balas y las explosiones, cuando hablan con sus contactos en Ucrania, como los médicos y las gestantes. "Esto es una pesadilla, pero de verdad", dice una de las parejas.
Esta semana han salido las últimas familias cuyos hijos nacieron en los pasados días. Los que están a la espera y tienen pendiente el viaje para el nacimiento de sus bebés en fechas próximas se preguntan si podrán llegar y cómo salir de Ucrania cuando llegue el momento, porque los aeropuertos están cerrados y algunos han sido bombardeados. EL ESPAÑOL | Porfolio ha recogido sus miedos.
Se sienten atrapados en esta "guerra maldita" mientras hacen seguimiento de la evolución de las madres gestantes que están en varias ciudades ucranianas, especialmente en la capital.
Ver la televisión o preguntar a los pocos conocidos en el país sólo sirve para aumentar la tensión: hay colas en los supermercados, en las farmacias y en los bancos. Las noticias ucranianas repiten que no se puede cambiar moneda.
En las calles y carreteras el tráfico está descompensado: las entradas a la ciudad están vacías, el carril de salida va lleno. Hay toque de queda y la gente huye a los refugios. ¿Qué hacer?, se preguntan.
La ilusión por el nacimiento de los bebés se mezcla en las parejas que han acudido a la gestación subrogada con el complicado y caro -cerca de 60.000 euros- proceso en un país extranjero en guerra desde este jueves. Decenas de familias españolas no saben cómo podrán escapar cuando llegue el momento. A al espera de que nazcan sus pequeños, todo son dudas.
La estancia de espera, nacimiento y gestión de la documentación dura, de media, unos dos meses
Desde el pasado 14 de febrero nuestro país recomienda no viajar a Ucrania y este jueves, con el estallido del conflicto, se anularon todos los desplazamientos que aún quedaban planificados.
Sin más contacto en Ucrania que la agencia o el hospital con el que se contrató el proceso, las parejas están paralizadas. Los pasos que se habían estudiado, que se saben al dedillo porque ya no son fáciles en momentos de paz, han saltado por los aires.
Hasta el aumento de la tensión bélica, las parejas españolas viajaban a Ucrania en fechas cercanas al parto para poder estar en él y realizar el papeleo correspondiente para traer el niño a España. La estancia de espera, nacimiento y gestión de la documentación dura, de media, unos dos meses.
En febrero de 2019 el Gobierno de España cambió el sistema para registrar a los niños nacidos por gestación subrogada. Hasta ese momento, una prueba de ADN para demostrar la paternidad permitía registrar como español al niño en la Embajada. De ese modo, se emitía un pasaporte al bebé que podía así viajar a España.
Desde hace tres años, no se acepta la prueba y el proceso se ha complicado. Tanto en Ucrania como en España, donde los padres necesitan acudir a los tribunales para nacionalizar y conseguir el DNI del niño, así como darle los apellidos de la madre. En Ucrania el proceso tampoco es sencillo y requiere, de media, de dos meses.
Para empezar, había que pedir el certificado de nacimiento en el Registro Civil de Ucrania, un proceso que tarda varios días. Una vez con esta documentación, las familias acudían al Consulado español para conseguir el documento que denegaba la nacionalidad española al bebé. El documento es necesario para los siguientes pasos y no tardaba menos de dos semanas en llegar. Después, había que pedir cita en el Ministerio de Interior de Ucrania para legalizar la denegación como ciudadano español. Tras ello, se solicitaba la ciudadanía ucraniana para el bebé y así poder conseguirle el pasaporte para volar a España.
1. Registro Civil de Ucrania. Cita para conseguir el Certificado de nacimiento de bebé. La gestión solía llevar varios días.
2. Consultado de España. Hasta 2019, el consulado registraba al bebé como español con una prueba de ADN del padre. En febrero de ese año cambió la normativa. Para viajar a España los niños necesitan pasaporte. Para pedir el ucraniano, se necesita la denegación de inscripción como ciudadano español. Tiempo medio de la gestión: dos semanas.
3. Ministerio del Interior de Ucrania. Hay que registrar la denegación de la inscripción española. Tiempos: varios días.
4. Inmigración de Ucrania. Demanda de ciudadanía ucraniana ante la Policía del país. Tiempos: un par de semanas.
5. Emisión de pasaporte. Una vez recopilada toda la documentación se pedía el pasaporte ucraniano ante la Policía de este país. Tiempos: más o menos una semana.
¿En coche a Polonia?
Muchas de las familias que aterrizaron en Madrid el pasado miércoles habían conseguido acelerar los procesos gracias a salvoconductos y acortar esa estancia a 20 días. Pero la guerra ha estallado. Aterrorizados por la situación algunos estudian opciones para sacar a sus familias cuando llegue el momento. Algunas tan arriesgadas como llegar en coche hasta la frontera con Polonia.
El aumento de la ofensiva rusa, sin embargo, no ofrece ningún tipo de garantías para una familia que se mueve con un bebé. O con más: una de las familias que ha conseguido salir a tiempo llegó a Ucrania con su hijo mayor para el nacimiento de su nuevo hermano ucraniano.
Tanto las parejas pendientes de Ucrania como el Ministerio de Asuntos Exteriores confirman lo complicado de la situación. Por seguridad, explican a esta revista, no pueden aportar datos.
Una familia llegó a Ucrania con su hijo mayor para el nacimiento de su nuevo hermano ucraniano
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, garantizó ayer jueves que atenderá y prestará la ayuda que sea necesaria a los ciudadanos que permanecen en Ucrania. En el país invadido por la Rusia de Putin hay registrados 436 españoles. Un centenar de estos residentes ya ha regresado a España. Según los datos oficiales facilitados, ayer quedaban unos 320.
"Se recomienda no viajar a Ucrania en cualquier circunstancia", señala la página web de la embajada española en Ucrania. Las familias que han iniciado un proceso de gestación subrogada en Ucrania, uno de los pocos países de Europa que la permite -Portugal la aprobó el pasado mes de noviembre, pero solo para nacionales-, lo leen con pavor. Son varias decenas de parejas.
Inscripciones por gestación subrogada (2010-2021)
1. EEUU. 1.371 peticiones de inscripciones.
2. UCRANIA. 1.251 peticiones de inscripciones.
3. CANADÁ. 100 peticiones de inscripciones.
Según los datos oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores, en los últimos 10 años en Ucrania habrían nacido 1.251 niños por gestación subrogada, que ya viven en España. La cifra es algo inferior a la de EEUU, 1.371, donde el proceso también es legal. Viendo estos datos, ambos países se reparten el grueso de estos nacimientos casi al 50%. En tercer lugar, el Ministerio señala Canadá, con 100 nacimientos.
Desde Apingu (Plataforma apartidista por la Protección de la Infancia Nacida en Georgia y Ucrania) elevan las cifras oficiales y, por tanto, las corrigen. Calculan que a España llegan entre 700 y 1.000 niños por gestación subrogada al año. De la estadística oficial del Ministerio de Exteriores se extrae que casi el 50% del total de niños llegados a España en la última década por gestación subrogada venían de Ucrania. Sin embargo, desde el año pasado, Ucrania ha ido reduciendo su peso y muchos padres acuden ahora a países como Georgia y México.
Según los cálculos de EL ESPAÑOL | Porfolio, decenas de parejas estarían en España pendientes de Ucrania. Son las que están en algún punto del proceso de gestación y que tienen difícil, si no imposible, seguir los pasos que vendrían a continuación: el principal, ir a por sus hijos.
Ahora, con la guerra abierta, muchos niños, si el conflicto se prolonga, podrían quedarse en una especie de limbo al nacer y no estar presentes sus padres españoles para recogerlos. ¿Cuál será el destino de estos recién nacidos? Los futuros padres miran con impotencia lo que está sucediendo y poco pueden hacer.