Periodismo indomable

Economía para anticiparse a la crisis, libertad de empresa para acelerar la recuperación

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Año 2008. Una tormenta financiera desata la peor crisis desde la Gran Depresión. Dos años después, España se dirigía a un rescate al que acabó sucumbiendo, aunque de forma parcial, en la primavera de 2012.

Se suele decir que aquella crisis dejó un mundo más desigual, germen del populismo que ya gobierna y ha gobernado en grandes y pequeñas potencias del mundo desarrollado.

Las medidas de las autoridades monetarias para frenar un efecto dominó en el mundo financiero y para evitar la quiebra de los Estados provocaron cambios trascendentes en los mercados que hicieron posible lo impensable: que el dinero pasara a valer cero. La tormenta hizo mella en la rentabilidad de la banca y la consecuencia la vemos ahora en sus fusiones o en las comisiones.

Libertad de empresa y progreso

Libertad de empresa y progreso

Año 2020. Una pandemia asedia Europa y muchas empresas cierran por decreto. Sólo un mes después, ocurría con el petróleo lo inimaginable: el precio de referencia del oro negro en los mercados pasaba a ser negativo. El aire limpio de las ciudades sin coches, ni aviones lo dejaba de manera momentánea sin valor.

En paralelo, las redes de telecomunicaciones disparaban el tráfico de datos hasta alcanzar niveles que no se esperaban al menos, hasta dentro de un lustro.

El mundo afronta de nuevo otra crisis sin precedentes. Esta vez provocada por un virus. Un tsunami que está provocando una transformación vertiginosa de la economía y las relaciones laborales. Un shock ante el que las autoridades han tenido que improvisar medidas económicas y fiscales, que en algunos casos, tendrán que ser reconfiguradas en unos meses.

Muchos critican a los economistas cuando en ocasiones fallan en sus predicciones sobre lo que va a ocurrir con el PIB. Sin embargo, más allá de las siempre noticiosas proyecciones, la ciencia económica debe tener recursos y voz para estudiar y aportar soluciones en un campo vital para la sociedad, aunque complejo de entender para muchos ciudadanos. Que los economistas diseñen herramientas para anticiparse a las crisis es clave cuando llega una borrasca, como se ha visto en esta pandemia.

En paralelo, fortalecer a las empresas y a los trabajadores -con mayor cualificación- es una labor acuciante. Tanto que justifica la llegada de los fondos europeos que van a permitir al Gobierno de Pedro Sánchez desplegar su política económica y hacerlo por primera vez, en colaboración con el sector privado para mandar un mensaje de confianza a Bruselas.

Con las empresas cerradas por orden ministerial, en marzo de 2020, Gobierno y sindicatos entonaron junto a los empresarios por primera vez un "salvemos a las empresas". Sin empresas no hay progreso, ni generación de riqueza, ni empleo. No hay forma de vida para muchos ciudadanos que trabajan en el sector privado, ni recursos para financiar la labor de quienes lo hacen en el sector público.

El derecho a la libertad de empresa está recogido en la Constitución, al igual que el derecho a la propiedad privada o el derecho al trabajo.

Pero en Twitter no hay caracteres para explicar la importancia que tiene la labor de la empresa, el empresario, el autónomo y el emprendimiento en la sociedad, así como su relación con el poder político nacional y supranacional, con los reguladores o con los sindicatos. Tampoco en un mensaje simplista es posible desmenuzar sus retos, sus resultados, sus problemas, sus desafíos, sus aciertos y también, sus equivocaciones.

En Twitter no hay caracteres para explicar la importancia que tiene la labor de la empresa, el empresario, el autónomo y el emprendimiento

En 100 Opiniones para salir de la crisis, más de 70 líderes empresariales y economistas de prestigio han aportado ya su diagnóstico, sus recetas y su mirada de futuro para acelerar la recuperación económica.

Fue en el peor momento del confinamiento cuando nació esta serie de entrevistas y tribunas para trazar una hoja de ruta conjunta que fuera diseñada en Invertia por ejecutivos de grandes corporaciones, representantes de organizaciones empresariales, líderes de los más prestigiosos think tank, economistas independientes del mundo académico, los columnistas de este periódico y sus colaboradores habituales.

Son más de 70 entrevistas que tuvieron su origen en un escenario de innovación en las redacciones de los periódicos, donde de la noche a la mañana se impuso el teletrabajo. Esto significa periodistas conectados de manera virtual con sus compañeros y con sus fuentes de información.

Son diálogos y tribunas que han dado seguimiento a las entrevistas a las figuras más influyentes del mundo empresarial que venía impulsando Invertia desde el día en el que se integró en EL ESPAÑOL.

Cada entrega de esta serie aporta claves que invitan a la reflexión y a la acción. Son visiones diferentes, pero entre ellas hay muchos puntos de conexión. Porque este espacio, al igual que la sección de Opinión de Invertia, nació con vocación de contar con los más influyentes e incorporar todo tipo de opiniones vertidas desde el rigor y la experiencia.

Para trazar una hoja de ruta capaz de conducirnos a una España más resiliente es preciso que el lienzo luzca pinceladas blancas y negras, pero también que el pincel las conecte en una zona de tonos grises en los que buscar consensos políticos porque nos jugamos mucho.