Un policía ayuda a dos mujeres tras un bombardeo ruso en Kharkiv, Ucrania.

Un policía ayuda a dos mujeres tras un bombardeo ruso en Kharkiv, Ucrania. EFE

LA TRIBUNA

¿Cuáles son los verdaderos intereses de España en la guerra de Ucrania?

A España no le interesa que cunda la idea de que la guerra es útil para obtener objetivos políticos, ni le interesan los golpes de Estado apoyados por Rusia en África.

19 enero, 2024 02:00

Hace dos años, al estallar la guerra de Ucrania, diversas preocupaciones sobrevolaban la opinión pública. El uso de armas nucleares, el aumento del precio del combustible, la provisión de gas en invierno, la posible ampliación de la guerra a otros países. 

Hoy, en cambio, esas preocupaciones parecen olvidadas. Y, sin embargo, los riesgos siguen ahí, así que ante la perspectiva de una guerra de duración incierta la primera pregunta, quizás la única, que deben hacerse nuestros hombres de Estado es "¿qué le interesa a España?".

Averiguarlo es la intención de este artículo.

Volodímir Zelenski en Davos.

Volodímir Zelenski en Davos. EFE

En estos momentos, Rusia ha recuperado la iniciativa estratégica. A finales de septiembre, Vladímir Putin dio la orden de poner fin al esfuerzo ofensivo ucraniano que había comenzado en junio, de tal forma que en la tercera semana de octubre, los rusos empezaron a martillear la ciudad de Avdiivka (un pequeño Bajmut) que conforma un expuesto, pero fortificado, saliente. 

Aunque la llegada del mar de lodo (de la rasputitsa) rebajó la intensidad del esfuerzo militar ruso, lo cierto es que este no ha cesado y que Ucrania padece una importante presión por todo el frente.

Es normal, porque los planes rusos buscan explotar la superioridad numérica de su material y de sus efectivos para presionar homogéneamente el frente ucraniano hasta que aparezcan sectores vulnerables.

"La perspectiva de las futuras elecciones presidenciales de Estados Unidos (y en muchos otros países del mundo a lo largo de este 2024) arrojan un panorama inestable e impredecible"

Quizás lo más preocupante para Ucrania no sea ni siquiera esa ofensiva rusa, que tampoco parece muy prometedora, sino la pérdida de voluntad del apoyo occidental.

La perspectiva de las futuras elecciones presidenciales de Estados Unidos (y en muchos otros países del mundo a lo largo de este 2024) arrojan un panorama inestable e impredecible. A lo anterior, se suma el bloqueo en el Congreso de Estados Unidos a los programas de presupuestación de armamento para Ucrania, lo que ha agravado la situación de los pertrechos para el ejército, y muy especialmente su municionamiento. 

Así las cosas, a la hora de determinar qué debemos hacer como país, hemos de alejarnos de toda moralidad y preguntarnos por nuestro interés nacional. ¿Qué nos interesa que suceda en Ucrania, como españoles?

Pues bien, de un lado destacan aquellos que con menos luces que la Cañada Real decían estar dispuestos a apoyar a Ucrania a cualquier precio, incluido el de una escalada nuclear y el sacrificio de todo el presupuesto de Defensa.

Por otro lado, estaban los filorrusos que proponían como lo más razonable arrodillarse y entregar a Ucrania al "amigo" ruso por el propio bien de Ucrania. Y lo decían sin sonrojarse. Supongo que estos últimos también deben ser partidarios de entregar Ceuta y Melilla a Marruecos por el propio bien de Ceuta y Melilla. 

Ambas posturas son absurdas desde la perspectiva de los intereses españoles. Ni Ucrania nos importa tanto, ni nos importa tan poco. Es justo admitir que para España no representa en ningún caso un interés de primera fila, igual que tampoco lo representa Rusia.

Pero es igualmente cierto que Moscú, con la presencia de ciudadanos rusos en la Costa del Sol, las posibles injerencias en el procés de Cataluña, su intervención en el Sahel o sus "medidas activas" en materia (des)informativa, representa un nada despreciable interés de segundo orden para España

Al fin y al cabo, a Madrid no le interesa un continente europeo o un Sahel inestables. No le interesa que cunda el ejemplo de que la guerra es útil para obtener objetivos políticos, ni los golpes de Estado apoyados por Rusia en África, ni que el fin de la guerra de Ucrania deje otro sabor en Moscú que no sea el de la amargura.

"La guerra de Ucrania es fértil para España en oportunidades económicas en materia industrial de defensa"

A Putin y a Rusia esta guerra les debe dejar un sabor amarguísimo para que dejen de ambicionar bocados semejantes en el futuro. Porque si este bocado termina sabiendo dulce en el Kremlin, nos expondrá a la voracidad rusa o, lo que es lo mismo, a más inestabilidad, más gasto militar, más muertes y más problemas económicos en las próximas décadas.

Y de ahí que a España le interese la contención de Rusia y tomar parte en la construcción de una nueva arquitectura de seguridad y economía que blinde al viejo continente de las apetencias de las grandes potencias mundiales y de las belicosas potencias continentales

Entretanto, esta guerra es fértil en oportunidades económicas en materia industrial de defensa. Es un terreno apto para la maniobra diplomática e incluso es un vector discursivo para inocular nuestros intereses sahelianos en la agenda de la OTAN y la Unión Europea ante la creciente presencia rusa en esa parte de África. 

Ucrania no es una prioridad para España, pero sí es un asunto secundario que merece una atención proporcional. En todo caso, nos interesa promover una estrategia que tienda a garantizar la estabilidad futura de Europa.

Asimismo, el contexto de conflicto supone la existencia de terreno abonado en materia política, diplomática e industrial que debemos tratar de aprovechar como Estado y como país. Y si de paso podemos beneficiar a la sufrida Ucrania con nuestras iniciativas, bienvenido sea

No sabemos cuánto durará la guerra de Ucrania, puede que un año y medio más o puede que un lustro. Pero España debe tener claro su rumbo y los medios para navegar hacia este. Y el rumbo es apoyar a Ucrania de la forma que más nos beneficie y contribuir, junto a la UE, a evitar a toda costa una victoria rusa. Y eso, incluso si Estados Unidos se desentiende de Ucrania.

Los medios deben ser proporcionales y limitados, ya que nuestra prioridad de seguridad y económica está con el asunto de Marruecos, la OTAN-Estados Unidos, y, sobre todo, la política comunitaria.

*** Yago Rodríguez es analista militar y geopolítico, y director de The Political Room.

.

Las líneas rojas del PSOE

Anterior
El expresidente ecuatoriano, Rafael Correa, durante una entrevista en Bruselas.

La lección de Ecuador: no pactar con los narcos

Siguiente