Sólo un día después de que la vicepresidenta Carmen Calvo abogara por "intervenir" en los medios de comunicación y establecer medidas legales para regular la libertad de prensa, el juez del caso Tándem ha decidido abrir una pieza separada para investigar al digital Moncloa.com por la publicación de las grabaciones de Villarejo que implican a la ministra de Justicia.
El magistrado trata de investigar la relación entre el editor del medio y el propio excomisario Villarejo por una episódica relación de hace más de dos décadas que ha sido difundida por la prensa afín al Gobierno.
Contra los audios
No hay ningún indicio que permita, a día de hoy, pensar que Moncloa.com desempeña una función distinta a la periodística. Más bien parece que asistimos a una campaña política y mediática para torpedear la libertad de prensa.
Se da la significativa circunstancia de que tanto los abogados de Villarejo como el exjuz Garzón, como el propio Ejecutivo coinciden en el afán por sacar estas cintas de la circulación. Y todo sucede en un momento crítico en el que Sánchez no puede ni destituir ni continuar con Dolores Delgado en el Consejo de Ministros.
Pilar fundamental
No es la primera vez que, ante informaciones incómodas, un gobierno recurre a la promoción de la censura. Que la veracidad y la relevancia informativa del contenido de los audios publicados sean incómodos para el Ejecutivo no es más que el reflejo periodístico de esa "transparencia" de la que tanto alardeaba Sánchez al llegar a la Moncloa.
La campaña para silenciar los audios con las polémicas manifestaciones de Dolores Delgado supone un ataque flagrante a uno de los pilares fundamentales de la democracia y del Estado de Derecho.