Podría haber acabado la cosa a hostias. Ilia Topuria (Halle, Alemania, 27) no sabía que Hiba Aboukhris Benslimane (37) también boxeaba. La actriz, aunque no fue de las que se levantó para ver en directo el combate del triunfo- estaba advertida. El campeón no sabía que ella pegaba fuerte. Abouk boxea para mantener la forma, Topuria entrena para defender su título de la UFC el próximo 27 de octubre ante el hawaiano Jerome Max Keli Holloway (32) en el Etihad Arena de Abu Dhabi. Los dos miden casi lo mismo. Apenas un centímetro de diferencia. Ella coqueta, el fuerte, y, sin embargo, los dos tiene un halo de gracia.
El campeón inauguraba el gran festival de emprendimiento juvenil Forbes 30 Under 30, pero insisto podría haber acabado mal la cosa porque Topuria se quedó atrapado en el ascensor del Ayuntamiento de Madrid durante 25 minutos eternos. No iba solo, iba acompañado por los 5 de su equipo: agentes, representantes y demás “hombres de confianza”, que cuando se trata de boxeo son siempre, más grandes, más pesados, más altos que el campeón. ¿Se quedaron atrapados por exceso de peso? La corte del boxeador es un clásico en este deporte.
25 minutos eternos, en los que Andrea Levy, invitada al acto, llamó al alcalde que hizo todo lo posible, pero fue casi media hora para recordar que por muchas elecciones que haya, el que manda en el consistorio de Cibeles es el que tiene la llave del ascensor, y qué si al menda le ha dado por ir a tomar un café, el campeón del mundo de los peso pluma de las artes marciales mixtas lo que único que puede hacer es mantener la calma.
Los que organizábamos aquello estábamos de los nervios. Los 700 asistentes no supieron nada. Y las chirigotas empezaron a colarse entre la impaciencia. “¡Que abra la puerta a hostias!”, proponía uno. “¡De una patada revienta el ascensor!”, apuntaba otro más. Mi miedo era que cuando se abriese la puerta el campeón no tuviese ganas de subir al escenario en el mano a mano con Hiba, que siempre estuvo tranquila, educadísima, con su total look del francés Simon Porte Jacquemus (34)y su mini bolso de 600 castañas.
“¡Qué ya sale, qué ya sale!”. Al recibirle, fui decidido a chocarle la mano: “¿Cómo estás Ilia?”, pregunté, “siento lo ocurrido”. “Muy tranquilo, los que están de los nervios son estos…” me suelta con sorna, refiriéndose a la cuadrilla que lo acompañaba. “Imagínate si he estado en momentos más difíciles!”. Touché.
Abouk, íntima amiga de Kylian Mbappé (25), protegía sus ojos verdes con unas gafas de sol tintadas. Ilia también. Hiba por coquetería, Ilia porque debajo del ojo izquierdo tenía un pequeño derrame. “¿Qué consejo le darías a Hiba para boxear, campeón?”, pregunté. “Que se cuide de no recibir golpes, o si no le va a pasar como a mí”, contestó quitándose las gafas de cristal azul y dejando ver el pequeño hematoma. Las risas en el ayuntamiento suenan que dan gloria.
Y hablamos de certezas. Abouk sabe quién ganará el Masterchef Celebrity de Macarena Rey porque se emite ya grabado pero tiene un contrato de confidencialidad y no puede contarlo. Parece que ya se ha desenredado de la serpiente de verano y su romance con Álvaro Escassi. Topuria sabe quién ganará el combate. “En menos de 3 minutos venceré”. La pelea esta vez se celebra en el mismo horario que en España pero coincide con el Madrid Barça. ¿Veremos fotos del palco del Bernabéu con teléfonos conectados a la pelea de Topuria? Apuesto que sí. El sueño de Ilia es combatir en el estadio blanco. “No tengo ninguna duda de que en 2025 voy a ser el deportista mejor pagado del mundo” ha dicho Topuria en el pódcast WebPositier-, que cuando sueña algo fuerte lo consigue.
“El éxito se contagia”. Ese es el eslogan del 30 Under 30. “Hemos venido de Galicia sin entrada. Nos hemos plantado en la puerta, hemos llorado un poco, y hemos podido pasar”. Dos chavales, embutidos en la camiseta más vendida de Forbes en el festival, dan las gracias por la oportunidad de codearse con esta gente. Más de 3.000 asistentes, más de 40 ponencias, con testimoniales de triunfo incluidos. Brahim Díaz (25), lesionado, firmando autógrafos, con un “ojeador” Del Real Madrid siempre atento a que el jugador no saque los pies del tiesto, fue otra de las estrellas. “Me ha dicho que tengo para varios meses, pero yo esto en un mes me lo quito de encima”, me dijo, sobre su lesión, antes de que los fans le rodearan pidiendo autógrafos.
La noche la cerró Pedro Quevedo, (Quevedo es su segundo apellido), canario, 22 años. Pedro Luis Quevedo es el artista español que más reproducciones musicales digitales ha tenido en la historia (1.000 millones sólo en Spotify) y no tiene discográfica. Quizá convenga leer otra vez la frase. Con un modelo de negocio propio que se podría resumir en el dicho “yo me lo guiso, yo me lo como”, Quevedo eligió Forbes 30 Under 30 para anunciar su regreso: “Estoy de vuelta”. Y Tik Tok se disparó, desplazando el cumpleaños parisino de Rosalía a segundo puesto.
La entrada de Quevedo en el Palacio de Cibeles no fue desde el ascensor. No cabían. Pero también fue con troupe. Una veintena de hombres y mujeres vestidos totalmente de negro escoltaron a Quevedo a su llegada al festival. Pedro vestido de rojo tierra, el resto de negro, todo con chulería y ganas, “para dar las gracias a su gente”. Entre ellos, con gorro de cowboy el creativo Emilio Holguín de la agencia Velodrome que había sido portada de la revista entre los mejores creativos. Quevedo también salió en la cover de Forbes y la revista ya rula en Wallapop a 30 euracos. Los fans también especulan. De eso va la revista, de la pasta, de Wallapop a Ibex 35, de buscarse la vida a golpes, de hostia en hostia, vestida de Jacquemus, te apellides como el poeta que escribió “poderoso caballero es Don Dinero” o de The Nude Project.