Dominar el cielo es clave para cualquier ejército. Bien lo sabe Ucrania, que sigue intentando disputarle a Rusia la supremacía aérea pese a contar con una flota muy inferior. Lo está consiguiendo a través de la ayuda de sus aliados, entre ellos España, con refuerzos como los drones Predator, y con ingeniosas soluciones, como los supuestos drones soviéticos modernizados para atacar las bases aéreas rusas.
Para quien dispone de recursos casi ilimitados, como el ejército de EEUU, la cosa es más sencilla, como se demuestra con plataformas como el recién presentado bombardero nuclear B-21 Raider, desarrollado en secreto durante 7 años. Aún así, es necesario encontrar las mejores alternativas en el mercado para marcar la pauta durante las siguientes décadas. Eso se ha materializado en el Futuro Avión de Asalto de Largo Alcance (FLRAA, por sus siglas en inglés), un proyecto que, tras una reñida competición, ha sido adjudicado al fabricante Bell y su imponente convertiplano V-280 Valor.
La nueva joya de la corona para el transporte y las operaciones de ataque de largo alcance del US Army cuenta como principal característica con unos rotores basculantes que lo convierten en un híbrido entre avión y helicóptero similar al V-22 Osprey. Los rotores permiten el despegue vertical y luego basculan para acoplarse al ala central para impulsar la aeronave a una velocidad máxima de 520 km/h.
La del V-280 Valor es la mayor compra de helicópteros realizada por el ejército estadounidense en los últimos 40 años. Se prevé que a finales de esta década 2.000 helicópteros de transporte Black Hawk y 1.200 helicópteros de combate Apache sean sustituidos por esta aeronave de nueva generación. Por el camino, ha batido a duros rivales como el Defiant-X de Sikorski, que partía con ventaja según los analistas.
Así es el V-280 Valor
Todo parte del programa Joint Multi-Role Technology Demonstrator (JMR TD), que comenzó en 2013, cuando el Pentágono empezó la búsqueda del FLRAA. El primer prototipo de Bell, propiedad de Trexton, fue evolucionando hasta dar con la solución del rotor basculante.
Ya con su configuración final, llevó a cabo su primer vuelo de prueba el 18 de diciembre de 2017 en Amarillo, Texas. Durante esos primeros test se confirmó lo que se esperaba de él: una solución muy superior a los Black Hawk, con espacio para 4 tripulantes y 14 soldados y unas dimensiones muy distintas. El V-280 Valor tiene 15,4 metros de largo y 24,94 metros de ancho, rotores incluidos, frente a los 19,76 y 16,36 metros de su predecesor.
En cuanto al peso, el del V-280 alcanza los 8.200 kg (con un peso máximo al despegue de 14.000 kg), por los 5.675 del Black Hawk. Eso no impide que, dadas las mejoras tecnológicas y los motores más eficientes, la aeronave de Bell supere ampliamente la velocidad y autonomía del clásico helicóptero del ejército estadounidense.
El V-280 está diseñado para alcanzar una velocidad máxima de 520 km/h y una autonomía general de 3.900 km, aunque la autonomía de combate efectiva se sitúa muy por debajo, entre los 930 y los 1.480 km. Esas cifras son más del doble que lo visto hasta ahora en cualquier helicóptero militar.
A diferencia del Osprey, que tiene una manera muy característica de operar no exenta de riesgos, como el que provocó el accidente en un portaviones, los motores del V-280 se mantienen en posición mientras los rotores y los ejes de transmisión se inclinan para permitir el despegue vertical. En caso de fallo de un motor, ambos rotores de hélice pueden ser accionados por un solo motor, gracias a un eje de transmisión que atraviesa el ala.
"El diseño de góndola del motor fija reduce los costes de producción y mejora el desempeño, capacidad de mantenimiento y sostenibilidad" de una plataforma "diseñada para reducir la carga de trabajo de la tropa", como se puede leer en la propia web de Bell.
Entre las especificaciones del V-280 también figuran un tren de aterrizaje retráctil, un sistema de control fly-by-wire de triple redundancia y un diseño de cola en V, que le permite alcanzar altas velocidades sin perder estabilidad. Todos los equipos han sido sometidos a más de cinco años de exigentes pruebas, lo que ha proporcionado, según el fabricante, mucha información sobre las ventajas tecnológicas de la aeronave para misiones de asalto de largo alcance.
"Nos sentimos honrados de que el Ejército de EE.UU. haya seleccionado el Bell V-280 Valor como su avión de asalto de próxima generación", dijo Scott C. Donnelly, presidente y director ejecutivo de Textron en un comunicado de prensa. "Tenemos la intención de honrar esa confianza construyendo un sistema de armas verdaderamente notable y transformador para satisfacer los requisitos de la misión del ejército", añadió.
Por su parte, Mitch Snyder, presidente y CEO de Bell, aseguró: "estamos listos para equipar a los soldados con la velocidad y el alcance que necesitan para competir y ganar utilizando el sistema de armas de asalto de largo alcance de alto rendimiento más maduro, fiable y asequible del mundo".
[Así es AK1-3, el helicóptero que Rusia ha robado a Ucrania para convertirlo en un versátil dron]
El contrato inicial, por valor de 212 millones de euros, sólo incluye el diseño digital final de la aeronave como resultado del periodo de pruebas. Sin embargo, la adjudicación total ascenderá a cerca de 7.000 millones de euros, según el general de división Robert Barrie, oficial ejecutivo del programa de aviación del ejército estadounidense.
Ese montante total incluirá la fabricación de un número todavía indeterminado de aeronaves, además de la integración de sistemas, el mantenimiento, las pruebas de vuelo y la certificación de aeronavegabilidad de los sistemas de combate.
La otra alternativa
El otro gran competidor por este contrato, el Defiant-X de Lockheed Martin y su subsidiaria Sikorski, iba algo retrasado en cuanto a horas de vuelo frente al V280 Valor, algo que ha podido inclinar la decisión del Pentágono.
Sobre el papel, su propuesta también era ganadora: un helicóptero con un sistema de rotor coaxial rígido y hélice de empuje, que incorporaba la tecnología X2 para operar a altas velocidades (425 km/h) manteniendo las cualidades de manejo a baja velocidad.
"Esta capacidad crítica proporciona a los soldados una mayor maniobrabilidad y capacidad de supervivencia en entornos de defensa aérea de alta amenaza, lo que les permite penetrar en las defensas enemigas al tiempo que reduce la exposición al fuego enemigo", se lee en el comunicado de prensa publicado en 2021.
Todavía no está todo decidido pese a la firma del contrato, ya que Lockheed Martin puede apelar contra la decisión. Eso dejaría en suspenso todo el programa durante al menos 3 meses, mientras la Oficina de Responsabilidad del Gobierno valora las alegaciones.
También te puede interesar:
- Estados Unidos prueba la Cúpula de Hierro israelí: el escudo aéreo que derriba misiles en 15 segundos
- La bomba guiada que Ucrania necesita para recuperar Crimea: 150 km de alcance y alta precisión
- EEUU ya tiene el láser militar más potente del mundo: derrite tanques como si fuese mantequilla
- Misiles antirradiación desde aviones, la fórmula de Ucrania para destruir la cúpula antiaérea rusa