Las placas solares no son la única energía limpia que pretende conquistar los tejados de las ciudades y ayudar a rebajar la factura de la luz que tanto ahoga a muchas familias en España. Los aerogeneradores están en constante evolución, con turbinas inmensas para una producción a gran escala o modelos más compactos para colocar en las viviendas, aunque hay quien creen que puede reunir ambas opciones bajo un solo diseño.
Entre ese uso casero y el industrial, un nuevo producto promete amoldarse a cualquier circunstancia con vientos suaves o fuertes para generar energía eólica de forma más eficiente. Se trata del aerogenerador Mistral, diseñado por dos inventores franceses, que ahora buscan financiación para llevar su prototipo al mercado en los próximos meses.
Jean-Patrick Barboza y Yannick Müller han creado este modelo de aerogenerador vertical y compacto inspirados en las formas de la naturaleza para dar movimiento al eje incluso cuando el viento es una suave brisa. Su diseño ya ha demostrado que puede funcionar con vientos de hasta 6 km/h, pero también con rachas de hasta 60 km/h, para que estén funcionando las 24 horas del día en múltiples ambientes.
Contra vientos suaves
Mistral es un aerogenerador que recuerda a una rueda tumbada, una hélice como muchas de las que se pueden encontrar en energías renovables como la eólica o la hidráulica, pero con peculiaridades que pretenden otorgarle más versatilidad. Explica Barboza en los contenidos que están publicando en internet para promocionar su proyecto, que han optado por un diseño vertical, porque este le permite aprovechar vientos más suaves, en lugar de los 50 y 80 km/hora en los que se mueven los aerogeneradores horizontales.
El diseñador se ha inspirado en los animales para perfilar las palas de su aerogenerador. En el prototipo se aprecian palas con un lado dentado que simula las plumas del extremo de las alas de los pájaros o la forma de las aletas de las ballenas jorobadas, que también han inspirado el diseño de bicicletas más veloces.
Este dibujo ondulado canaliza mejor el aire y el agua reduciendo la resistencia para impulsar más la velocidad del animal cuando se desplaza por un medio u otro. Aplicando este diseño a las hélices de aerogeneradores o ventiladores, se persigue obtener el mismo efecto de aceleración para aprovechar el viento incluso cuando su velocidad y fuerza no es muy alta. Otras empresas como WhalePower han hecho de este tipo de palas dentadas la esencia de sus aerogeneradores.
Un viento leve hace girar el aerogenerador en torno a su eje, donde las palas pivotan sobre sí mismas según la fuerza del viento. "Todo ello en un carenado que permite un aprovechamiento óptimo del viento y mejorando así la eficiencia", se indica en la web del proyecto.
Según Barboza, el prototipo que han creado ya ha sido probado con vientos de hasta 6 km/h y rachas de hasta 60 km/h. Eso sí, no aporta aún datos sobre la eficiencia que tendría este prototipo con cada tipo de viento. Además de amoldarse a vientos más débiles, para este ingeniero era importante que el aerogenerador fuera lo más compacto posible, de forma que se pudiera instalar en la cubierta de los edificios y así mejorar la producción de energía en las ciudades.
Si se requiere de una producción mayor y hay posibilidad de instalar una estructura más grande, ha encontrado la manera de superponer los aerogeneradores compactos unos encima de otros, creando torres de energía eólica parecidas a las de telecomunicaciones. El tamaño y la altura serían completamente modulables, como si fueran piezas de Lego que se van uniendo unas sobre otras.
En ciudad y campo
Jean-Patrick es el ingeniero de esta turbina eólica, mientras que Yannick se está encargando de la parte financiera. El prototipo se encuentra ahora sobre un remolque desde donde están haciendo las pruebas, pero la intención es que dé el salto a mayores alturas como el techo de las casas o torres sobre las montañas.
Estos inventores franceses imaginan su invento girando al ritmo del viento en múltiples ámbitos, tanto en ciudades como en el campo o el mar, sustituyendo a los actuales molinos de los parques eólicos. En las zonas urbanas, en vez de contar con placas solares o los depósitos de agua contra incendios característicos de los tejados de Nueva York, estos ingenieros apuestan por decorar la parte alta de los edificios con sus aerogeneradores compactos colocados en forma de torre.
La creación de este prototipo ha durado cinco años y ya está listo para salir al mercado, siempre que consigan financiación. Todavía tienen que reconstruir el generador y demostrar la eficiencia plena de su diseño para terminar el modelo con palas más potentes que coronará los tejados.
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Para conseguir esa financiación que impulse las siguientes fases del proyecto, han abierto una cuenta en la plataforma de crowdfunding Tipeee.com. Ambos inventores están convencidos de que, una vez consigan los fondos suficientes, la producción de Mistral comenzará en los próximos meses.