Ucrania se pasa a la ofensiva militar y en las últimas horas ha conseguido atacar a dos bases aéreas militares de Rusia que se sitúan a centenares de kilómetros de la frontera entre ambos países. Lo habría conseguido empleando un modelo de drones de factura soviética que no tiene España, pero que han demostrado su efectividad dañando aviones bombarderos nucleares aparcados en las plataformas de los aeródromos y, al menos, tres muertos y cuatro heridos.
Un segundo ataque con drones al aeropuerto de Kursk la pasada madrugada ya ha puesto en máxima alerta a Putin que ha convocado al Consejo de Seguridad con el fin de investigar lo sucedido. Según los expertos, este ataque es el más fuerte en territorio ruso de todos los perpetrados por el Ejército ucraniano.
La información sobre el modelo exacto de los drones empleados todavía no ha trascendido. Solamente se sabe que los responsables de los daños a los bombarderos nucleares son "drones baratos", según ha publicado Anton Gerashchenko, asesor del Ministerio del Interior de Ucrania.
Algunos analistas apuntan a los drones Tu-141 de herencia soviética como los encargados de ejecutar los ataques y que habrían contado con la colaboración de las Fuerzas Especiales desplegadas en las cercanías de las bases como nexo de comunicación y guía para las aeronaves.
El Tu-141 se desarrolló a principios de los años 70 al calor de las nuevas aeronaves impulsadas en plena guerra fría. Originalmente se trata de un dron de reconocimiento y espionaje que Rusia retiró de servicio en 1989, pero que Ucrania volvió a reincorporar algunas unidades en 2014 con el conflicto de Crimea.
La particularidad de estos drones es que Ucrania los ha ido modificando tomándolos como base para la creación de unas plataformas suicidas que bien se podrían equiparar a drones de crucero. Aunque se desconoce el tipo de ojiva que acarrearían ni otras mejoras que hayan podido implementar en una tecnología que ya tiene medio siglo a sus espaldas.
Este modelo de dron cuenta con una longitud de 14,33 metros por 2,88 de envergadura y una altura de 2,44 metros. Esto lo posiciona como un dron de grandes dimensiones capaz de operar a medio y largo radio, algo que Ucrania podría estar empleando para alcanzar las bases aéreas a cientos de kilómetros de la zona de lanzamiento.
El dron cuenta con un sistema de lanzamiento por catapulta y cuenta con un motor de reacción de factura soviética que le permite alcanzar una velocidad máxima transónica de 1.100 kilómetros por hora. Tiene un peso máximo al despegue de 6.215 kilogramos, una autonomía de 1.000 kilómetros y un techo de vuelo de 6.000 metros.