Un hombre llora la muerte del sargento Amitai Alon, víctima del último ataque con drones desde Líbano.

Un hombre llora la muerte del sargento Amitai Alon, víctima del último ataque con drones desde Líbano. Gonzalo Fuentes Reuters

Oriente Próximo

Preocupación en Israel por su 'cúpula de hierro': uno de cada seis drones de Hezbolá superó sus defensas antiaéreas

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El ataque de Hezbolá sobre la base militar de Binyamina no solo dejó cuatro soldados muertos, sino que ha disparado la preocupación por la eficacia de las defensas antiaéreas israelíes. Según han informado las FDI, Hezbolá envió cuatro drones, tres de los cuales fueron eficazmente derribados por el sistema conocido como “Iron Dome” o “cúpula de hierro”. Nadie entiende, sin embargo, qué pasó para que el cuarto dron consiguiera llegar a su objetivo y causara tales estragos.

Aunque sí se informó de la presencia de dicho dron y llegó a aparecer en los radares de seguridad, su desaparición hizo pensar que había caído a tierra o que se trataba de algún otro tipo de objeto volante de los muchos que pueblan el cielo israelí sin suponer amenaza alguna. El hecho de que ni siquiera sonaran las alarmas antiaéreas es especialmente preocupante, como lo es que, según datos del Times of Israel, 221 de los 1200 drones lanzados contra Israel por Irán o sus milicias hayan escapado a la vigilancia de los sistemas defensivos. Aproximadamente, estaríamos hablando de uno de cada seis.

Teniendo en cuenta que en los últimos meses estamos viendo la gran importancia de los drones en la guerra moderna, Israel no puede permitirse estos despistes y Yoav Gallant, ministro de defensa, ya ha asegurado que se investigará lo sucedido y se corregirán los posibles errores. Los expertos temen que un ataque masivo y simultáneo con drones pueda provocar una saturación de las defensas antiaéreas si se ponen de acuerdo Hamás, Hezbolá, los hutíes y el propio Irán. Eso sí, el hecho de que hasta ahora no haya sucedido indica poca coordinación o poca confianza en el éxito de la maniobra.

Los drones son dispositivos difíciles de detectar y fáciles de adquirir. No requieren un enorme gasto y se pueden encontrar en el mercado con cierta rapidez. Tampoco es fácil acabar con sus bases de lanzamiento, pues no tienen por qué existir. Israel ha mostrado durante este año de guerra una enorme facilidad para detectar las lanzaderas de proyectiles y acabar con ellas a base de bombardeos selectivos. Con los drones, no es tan fácil. En rigor, pueden lanzarse desde cualquier lugar.

Parón a los bombardeos sobre Beirut

Está por ver hasta qué punto esta posible falla en el sistema antiaéreo israelí envalentona a los iraníes o hace pensar dos veces a Netanyahu la contundencia de su anunciada respuesta al ataque de hace dos semanas. En Estados Unidos están satisfechos con los pasos dados por Israel desde que el primer ministro y el presidente Biden hablaran la semana pasada. Su implicación en las fuerzas de intervención de la ONU en Líbano es escasa, de ahí que las mayores críticas a los ataques que están sufriendo por parte de las FDI hayan llegado de países europeos como Italia, Francia, Reino Unido o Alemania.

Estados Unidos no quiere un conflicto abierto en una zona donde dispone de un altísimo número de bases y de soldados desplegados que podrían convertirse en objetivo de los iraníes o de grupos terroristas afines. En ese sentido, ven como una señal de pacificación el hecho de que Israel lleve cuatro días sin atacar Beirut y que este lunes se haya hecho pública una orden firmada por el propio Netanyahu en la que se pide a las FDI que cesen los bombardeos y que cualquier intervención pase por su autorización previa.

Biden fue muy insistente en la exigencia de que se dejara de bombardear zonas urbanas de alta densidad, como el barrio de Dahiya. Según el medio estatal Kan, la decisión habría sido tomada unilateralmente, sin consultar ni advertir al resto de miembros de su gabinete de gobierno. Está por ver si es una decisión sostenida en el tiempo, si es un acuerdo coyuntural o si simplemente se trata de una casualidad al haber cumplido las FDI sus objetivos en la zona. La relación entre Biden y Netanyahu ha sido muy tormentosa a lo largo de los últimos dos años y la sombra de Donald Trump, con su retórica belicista, es alargada.

Siguen los ataques en Gaza

Donde no ha dejado de atacar Israel es en Gaza. Este lunes se ha producido un nuevo ataque en las cercanías del hospital de los Mártires de Al Aqsa, en Deir-Al-Balah, al sur de Gaza City. El bombardeo afectó a los refugiados que acampaban en el aparcamiento del hospital y provocó un incendio que acabó con la vida de cinco personas y dejó sesenta y cinco heridos, según Médicos Sin Fronteras. Israel alegó que su objetivo era un centro de mando de Hamás, que habría sido eliminado.

El lunes también dejó un ataque a una escuela donde se refugiaban varias familias y que, según el Ministerio de Sanidad controlado por Hamás, habría acabado con la vida de al menos 23 personas. Los bombardeos israelíes sobre el norte de Líbano también continuaron, así como las maniobras en el sur, esta vez sin enfrentamiento con las fuerzas desplegadas por la ONU. A última hora del lunes, se reunían tanto el Consejo de Guerra israelí para seguir debatiendo las opciones de contraataque sobre Irán como el Consejo de Seguridad de la ONU, de quien depende la FUNIL, y donde se espera una dura crítica a las acciones de Israel.